¡Pues demuestralo!

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–¡Que te sucede!, ¡SUELTAME! –gritó agitando todo su cuerpo.

–¿No eres, Kaneki...? –Por sus ganas de verlo, su mente lo había engañado, la persona que creyó haber visto, que creyó que era Kaneki, no lo era; solo es un chico asustado por lo que había hecho Hide –. L-Lo siento, perdón, lo confundí con otra persona –El chico solo lo miro extraño mientras acomodaba su ropa y se iba del lugar –. De espaldas... Se parecía... Creí que era él.

Se sintió apenado por el escándalo que había creado; el chico lo golpeo con el libro varias veces, creando un alboroto que los poco presentes notaron. Se toco la cabeza; si le había golpeado realmente duro. Y siguió caminado después de dar un pesado suspiro, además de que no resistía las miradas curiosas puestas sobre él. Se sentía afligido por creer haber visto a Kaneki, le estaba dando muchas vueltas a la cosa, lo mejor sería... Olvidarlo, por un momento.

Siguió su camino hasta encontrarse solo, se sentó en uno de eso banco de piedra; colocando sus codos en la rodilla, lo que hacía bajar completamente su cabeza. Por más que lo intentaba, no podía olvidarse de Kaneki ni un segundo, y menos con lo que había ocurrido... ¡Se sentía que en algún momento se volvería loco!

–Te dio un gran golpe en la cabeza, ¿no?

Un estremecimiento recorrió el cuerpo de Hide, abrió sus ojos por la impresión; todo esto aceleró su ritmo cardíaco, agitando discretamente su respiración.

¡No!, de seguro me estoy imaginando ahora su voz... ¡Esto es grave, ya me volví loco! En su mente negaba toda idea, toda posibilidad, pero todo eso se eliminó, cuando no solo su voz, si no también su presencia se sentía a su lado.

Ahora si, había llamado la atención de Hide, el cual con temor fue levantando su rostro, para mirar a su lado.

–Hide –dijo al momento que miro eso ojos mieles; llenos de felicidad y de tristeza. Esos ojos mieles que brillaban a segundos de llorar; por haber visto lo que tanto habían soñado.

–Kaneki... –dijo con un gran nudo en la garganta. Esto no podía estarlo imaginando también, ¡está ahí junto a él, nada podía ser más real!. Kaneki podía ver sus ojos cristalizados; ¿iba a llorar?. Pero no creyó que enserio lo haría –. Kaneki –Con su ojo descubierto, Kaneki pudo ver como una lágrima se derramo por su mejilla, y su cuerpo pudo sentir los brazos que lo rodearon, todo eso lo hizo sentir mal.

¿Tanto lo quería Hide?

Creyó que lo odiaría por abandonarlo, pero en cambio lo esta abrazando, y encima llorando, ¡demonios!, eso lo hacía sentir tan mal.

–Hide, Hide... –Lo llamó suavemente, todo eso lo hizo quedar sin voz, pero luego lo dejó así y le correspondió a ese momento, Hide lo necesitaba mucho; había pensado lo peor cuando no tenía información de él.

–Kaneki... ¿Donde estabas?, nunca, nunca contestaste mis llamadas, ¿no sabes que, los conejos pueden morir... Si los dejas solos? –Con la voz entrecortada logro hablar, Kaneki sonrió en su hombro; con unas cuantas lágrimas a punto de salir de sus ojos.

Tu nunca cambias... –Aunque no querían, tuvieron que romper ese momento. Hide se calmo rápidamente; limpiando su cara con las mangas de la chaqueta. Luego miró incrédulo aún a su amigo, que lo tenía de frente, a un lado de él; con la mirada baja –. Hide, yo lo, lo siento... –Soltó todo el aire, nervioso empezó a jugar con sus dedos –. Perdón por preocuparte.

Lo Que Debí Decir | Tokyo Ghoul | Shōnen-ai | Hide x Kaneki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora