3. Visión confusa

853 111 27
                                    

(3) > Visión confusa < (3)

-#-#-#-

Él

Estoy seguro, esa es la casa de la chica. El lugar se encuentra destruido. Al entrar no encuentro más que paredes y pisos rotos.

Ni un mueble.

No hay sentido para esto, es otro callejón sin salida. El suelo tiene sangre, pero no puedo adivinar de quién es. La envío al laboratorio y espero que la prueba salga, pero es en vano.

"Resultados no concluyentes".

Regreso a mi casa sin nada otra vez, aunque extrañamente me devolvieron la muestra. Quizás ya me están tratando de loco. Ya es de noche, voy a dormir, aunque en realidad lo que me aparece no es un sueño.

Otra vez me encuentro atrapado en una visión:

Camino por una neblina, oigo el llanto de la chica y voy hasta allí. Levanto una ceja cuando en realidad visualizo a la camarera, que repite mi nombre.

―Jared.

Estoy confundido ¿Por qué la mesera de aquel bar se encuentra de nuevo frente a mí? ¿Acaso me gusta? Es bonita sí, pero no tiene sentido que aparezca en esta visión tan confusa.

―Jared ―vuelve a llamarme en esa voz profunda y noto como se aleja, entonces la sigo.

El problema es que avanzo, pero no la alcanzo. Más y más lejos, es imposible agarrarla. Comienzo a desesperarme y correr.

―¡Espera! ―grito y tropiezo. Chillo cuando algo me agarra del pie, entonces giro mi vista asustado, una mano negra me arrastra hasta el fondo―. ¡No, déjame! ―exclamo nervioso―. ¡Agh! ―grito en el momento en el que mi pierna comienza a desgarrarse.

Puedo ver mi piel abriéndose en pedazos.

Me quedaré sin pierna, pero no me suelta. La sangre comienza a brotar y el dolor lo empiezo a percibir con más intensidad. Es mi fin. Parece tan real.

―Jared ―repite la voz y respiro agitado.

No quiero morir, aún no.

Oigo como se quiebra y noto como me quedo sin un pedazo de mi extremidad para caminar. El horror se apodera de mí, si no hubiera forcejeado, quizás hubiera caído, pero tendría mi pierna derecha.

―¡¡Ah!! ―chillo, gritando de dolor en aquel suelo.

Hasta unas lágrimas caen de mis ojos y los cierro con fuerza.

―Jared ―repite la mujer nuevamente.

―¡¡Cállate!! ―Ya me aturde.

Oigo unos tacos acercarse a mí y abro los ojos. La bella mesera está parada en frente mío. Sonríe, camina a mi alrededor y cuando se acerca a la pierna desgarrada se agacha. Toca la carne y tironea un pedazo de piel, el cual corta con sus dedos, lo que me hace gritar de nuevo por el dolor.

Me da ganas de vomitar cuando mete parte de mi carne entre sus labios para luego masticarla. Se relame luego de tragar y continúa contenta mientras yo la miro frustrado, sin poder hacer nada.

―Delicioso ―expresa algo nuevo, se levanta para volver a caminar y ponerse en frente de mí, para nuevamente agacharse―. Jared... ―repite otra vez y lo siento como un rechinido molesto, que quiere retroceder, pero no puedo al estar desangrado―. Eres especial, lo puedo ver ―dice más palabras, entonces agarra mi rostro―. No necesitas buscarla, ya estoy aquí. ―Me besa y quedo tildado.

¿Buscarla? Cierto, la chica.

Muerdo la boca del monstruo y este chilla, mostrando su verdadero rostro. Sangre sale de su boca, sus ojos vacíos, una piel gris y venas saliendo por todas partes.

―¡¿Cómo te atreves a rechazarme?! ―dice con esa voz que aturde y con sus uñas largas corta mi cuello, toda la sangre se desborda por el suelo cuando mi cabeza rueda justo allí.

Abro los ojos pensando que la visión ha terminado, pero despierto en otro lugar. No es mi casa, ni mucho menos mi cama. Respiro agitado, aunque descubro que vuelvo a tener mi pierna. Toco mi cuello recordando la sensación de agonía y me levanto del colchón a investigar qué está pasando.

Avanzo por los pasillos y llego a una habitación con velas. Nuevamente vuelvo a ver a la mujer, otra vez regresa a ser atractiva. Me sonríe y se cruza de piernas, ofreciéndome vino.

―¿Quieres?

―No. ―Niego con la cabeza―. ¿Tú qué es lo que quieres?

Degusta el vino y sonríe con malicia.

―Que pienses en mí. ―Aparece delante mío y me sobresalto―. Para siempre. ―Me da asco cuando saca su lengua larga y lame mi rostro―. Delicioso.

―Aléjate. ―Retrocedo―. ¿Qué quieres de mí? ―repito.

Mete su larga lengua para dentro y sus ojos se vuelven completamente negros, pero no me intimida.

―Deja de buscar a Katia. ―Me da un manotazo y siento como si una aplanadora me hubiera partido en dos.

Caigo al suelo, completamente adolorido.

―¿Katia? ―Comienzo a desmayarme―. ¿Ese es el nombre?

Ella se sube sobre mí, gateando sobre mi cuerpo y otra vez sus ojos vuelven a la normalidad o en realidad a ese camuflaje que tiene de esta.

―Sí, es delicioso. ―Se acerca a mi boca otra vez―. Jared...

Cada vez que dice mi nombre me aturde, no lo quiero escuchar más de esa maldita boca llena de atractiva falsedad. Esa mujer te atrae y a la vez te destruye. Un demonio sin dudar.

~~~

Despierto, esta vez es la realidad. La muestra de sangre desaparece, no la encuentro por ningún lado. La busco, pero no la hallo. Me detengo cuando oigo el timbre. Al abrir quedo confundido. Algo está fallando en mí o en realidad lo olvidé.

―Hola. ―Sonríe la mujer, es ella, la mesera―. Soy Deborah. ―Levanta la fuente que tiene en sus manos―. No pasaste más por el bar, así que te preparé algo. ―La malicia se ve en sus ojos―. Está delicioso.

-#-#-#-

DeliciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora