Prólogo

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Quito de a poco los escombros que lo aplastaban. No es porque quisiera ser lenta, sino porque desesperada y debilucha no son una buena combinación.

Lo escucho toser cuando saco el último pedazo de cemento de encima suyo, antes de que él siquiera pueda hablar lo tomo del brazo y comienzo a correr antes de que eso que nos perseguía pudiera alcanzarnos.

-¿Qué sucede?- Pregunta el chico sin entender, no respondo y sigo corriendo.

No sé si ha volteado para ver lo mismo de lo que yo escapaba, solo sé que ya no se dejó arrastrar y comenzó a correr a mi mismo ritmo.

Vehículos, nos perseguían vehículos pertenecientes al ejército de Becher. Iban a asesinar al desconocido y yo como buena samaritana me puse en riesgo a mi también.

-¡¿Sabes disparar?!- Grito, el chico me mira aterrado pero responde.

-¡Si, ¿Por qué?!

Y justo en ese instante dejo de correr, él me imita observando cada uno de mis movimientos.

Saco una de las armas que me dio Brian, una simple pistola.

-Intenta disparar a sus ruedas- Ordeno pasándole el arma. Dispararía yo misma, pero el terco de Brian aún no me daba las clases que necesitaba. El desconocido me mira aterrado y niega- ¡Te salvé de un posible asesinato, así que más te vale disparar ahora sino quieres que nos maten a ambos!

Traga saliva y al instante obedece, dispara a las ruedas de los cuatro vehículos y cuando estos se han detenido a causa de las balas es cuando comienzo a correr y el chico nuevamente me sigue.

No puedo correr muy lejos de ellos, pero pronto llego a un edificio abandonado en el cual me escondo junto con el castaño.

Y es cuando me doy cuenta. Ambos estamos bañados en polvo y suciedad, y es que vamos, acabábamos de salir de una casa que literalmente explotó.

-¿Me puedes explicar que sucede?- Pregunta confundido y aterrado, lo miro sin entender ¿Acaso no sabía que pasaba?- Es decir, estaba en casa de mi hermana y de repente despierto en este sitio que contenía una bomba dentro. Una chica llega a sacarme y ahora cuatro vehículos nos persiguen y haces que les dispare, explícame que sucede. Y también dime tu nombre.

Ruedo los ojos. ¿Qué tan alejado del mundo ha estado este chico?

-Me llamo Tiffany Griffin- Es lo primero que digo- Y no estoy autorizada para explicarte nada. Así que tan solo dime tu nombre y vámonos de aquí antes de que nos alcancen.

El chico frunce el ceño al tiempo que me mira como si estuviera loca. Pero obedece.

-Me llamo Carter, Carter Allamand.

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