5.Libre

388 46 5
                                    

Miedo.

Esa era la única palabra que podía describir el rostro de Brian, tenía miedo. Con una de sus armas apuntaba al hombre de traje elegante, pero este en vez de espantarse tenía una sonrisa de superioridad en el rostro.

No entendía nada, mi primo lo había llamado Frederick Becher, sé que ese fue el nombre que vi y escuché en mis recuerdos. Y también que a ese nombre se refieren todas las siglas colocadas en este establecimiento.

Frederick Becher.

¿Era este hombre el causante de que todos nos encontráramos aquí? Simplemente no sabía que pensar.

¿Qué si estaba asustada? ¡Estoy aterrada! Desde aquí podía notar como mi primo se quería ir corriendo del lugar, pero por alguna razón se quedaba firme en su sitio.

-Tiffany, la jeringa- Me susurra Brian mirando algo de reojo y regresando su vista a Becher. Al principio no entiendo a que se refería hasta el momento en que decidí observar al sitio al que él antes había estado mirando.

Era la máquina encargada de que los rayos eléctricos llegasen al cuerpo de Taty, claro que ya no funcionaba gracias al daño que Brian le había ocasionado.

Pero habían dos jeringas encima de la maquina, una vacía y otra llena del líquido que ya conocía: Suero controlador.

Parpadeo, ¿Qué pretendía hacer Brian?

Un disparo se escucha, Brian le ha atinado un disparo en el estómago al doctor que había sometido a Taty a estar en la silla de pruebas. Eso solo provoca que Frederick comience a reír y en vez de escapar o ayudar a su amigo, hace una señal con su mano. Un disparo roza mi brazo.

¿De dónde vino? Mis ojos viajan a dicho lugar, es Irak, me apunta con su arma mientras el hombre que se encargaba de mi amiga apuntaba a mi primo.

Sebastían comienza a disparar, Brian apenas y lograba evitar los disparos de parte de el militar. Me fijo en que Frederick lo observaba con algo de odio y que segundos después toma al doctor del brazo para salir de allí. No sabía si estar feliz porque Becher había escapado o estar asustada por lo que podría hacer.

Mi brazo está sangrando de a poco, pero sin cuidado corro hasta la maquina. Taty me grita un ¡Cuidado! justo cuando Irak vuelve a disparar, esa bala impacta en mi brazo.

Suelto un chillido de dolor, pero sigo corriendo hasta llegar a la maquina, tomó la jeringa llena del suero controlador y miro preocupada a Brian. ¿Ahora que se supone que debía hacer?

-¡Tiffany, por acá!- Exclama Brian alzando su brazo, lo miro confundida hasta entender que quiere que se la lance. Mis nervios están a flor de piel, la jeringa es de cristal, si fallo se rompería con el primer golpe.

Aún así, con el brazo sano la lanzo, esperando que por un milagro mi primo logré alcanzarla.

-¡Tiffany, no!- Irak me observa aterrado al instante que la jeringa llega a manos de Brian. Tanto Irak como Sebastían dejan de disparar solo para mirarlo aterrados.

Brian por su parte, parecía familiarizado con la escena.

-Otro disparo y a cualquiera de los dos voy a inyectarle esta cosa- Amenaza, no entiendo porqué tanto terror en los rostros de Irak y Sebastían- Estarían bajo mi poder, y creo que todos conocemos la consecuencia de estar bajo el poder de un Rebelde.

-Tira la inyección- Ordena Sebastían, aunque se oía más como una petición- Tira la jeringa.

-¿O qué?- Pregunta Brian acercándose a Sebastian, Irak apunta a mi primo con algo de temor.

RebeldesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora