3.Complicaciones

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Ya habiamos regresado al gran cuarto, Hayden no habló en ningún momento. Justo ahora faltaba por lo menos una hora para que las luces se apagaran y Hayden no alejaba su vista de la ventana a prueba de balas.

-¿Crees que esté bien?- Pregunta Taty en un susurro hacia mi, me encojo de hombros en respuesta.

-Taty, la van a torturar. Debería estar aterrada- Hago una mueca mientras suelto un suspiro, me daba pena hablar de esto. Sólo llevabamos una semana aquí despiertas (La primera según Hayden estuvimos desmayadas) y ya mis esperanzas estaban a punto de irse por la borda- Quisiera consolarla, ayudarla de algún modo a pesar de que recién la conozca. ¿Pero qué podemos hacer? Sólo somos dos contra un montón de hombres y mujeres armados.

-Ese ánimo no es de la Tiffany que yo conozco...- La escucho murmurar, no respondo.

Ambas estabamos sentadas en el sofá del pequeño cuarto apartado, Hayden se encontraba del otro lado. Estoy segura de que nos escuchaba, tal vez sólo nos ignoraba.

-¿Y si nos trajeron aquí por alguna razón?- Pregunta Taty de repente, la miro sin entender- Quiero decir, tal vez buscan o necesitan algo y no saben como encontrarlo.

-No creo que por eso nos torturen- Ladeo mi cabeza- Literalmente cada semana someten a personas inocentes a una silla en la que reciben descargas de energia muy potentes, podrían morir de no soportarlas, me incluyo en eso. Nos hacen recordar cosas que ni sabíamos que estaban olvidadas, nos insultan y no nos dejan saber nada del mundo exterior. Estamos encerrados, esperando a que nuestra quinta semana se cumpla para comenzar a ser más que torturados ¡Y ni siquiera nos dicen el porqué! ¡Literalmente ni siquiera sé que día del mes es, o siquiera en qué mes estamos!

No me había dado cuenta el momento en que comecé a llorar, pero ahora Taty me abrazaba con fuerza mientras mis lagrimas empapaban su pijama. Podía imaginarme sus ojos cristalizados mientras intentaba calmarme.

-¿Por qué estamos aquí?- Murmuro en voz baja- Si en verdad hay una razón, quiero saberla. Extraño a mi familia, a mis padres, a mi hermana. La imagen de mi hermana muerta no sale de mi cabeza- Sollozo, Taty al instante se paraliza y se separa de mi.

-¿Daisy?- Pregunta shockeada, asiento mientras intento limpiar mis lágrimas. Usualmente preferíamos no hablar de lo que veíamos en las pruebas, así que entiendo el que esté sorprendida.

Su cara pasa de sorprendida a una nostálgica, parecía haber recordado algo que la lastimaba. Sé que se trata de su prueba.

-¿Tú que has visto?- Pregunto con cautela, ella me mira con sus ojos cristalizados y responde.

-A mi madre.

***

La noche había pasado, había despertado al lado de uno de los nuevos. Estoy casi segura de que vino en la madrugada, ya que no estuvo aquí cuando me quedé dormida.

He sido la primera en despertar, eso es extraño ya que normalmente duermo hasta tarde. Supongo que el miedo no me deja dormir como de costumbre.

Estoy hincada al lado del chico, observando cada una de sus facciones. Y no es que estuviera interesada, solo que no tenía nada mejor que hacer.

Su pelo era negro y estaba despeinado con varios restos de tierra en este. A pesar del polvo en su rostro pude deducir que era pálido al quitar un poco de su mejilla. Sus labios eran finos y sus pestañas largas. Parecía tener 25 años apenas.

Obviamente quería saber el color de sus ojos, así que literalmente con dos dedos abrí uno intentando que se despertara de manera en vana ya que al parecer el chico tenía el sueño muy pesado. Pero pude notar que eran de un color café, me encantaron.

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