El día en que nos conocimos

5.- El chico de ojos azules

Una semana y todo el contacto que he tenido con Jax son los típicos "holas" cuando se sienta al lado de Bryce y los "adios" cuando ya han tocado el timbre para que cada uno vaya a nuestras respectivas casas. He intentado buscar alguna señal que me diga que él está tan interesado como me dijo papá ese día, pero parece que el tipo de adolescentes que eran en la época de mi papá, hace 16 años atrás, son muy diferentes a los adolescentes de esta época, o al menos son muy diferentes a Jaxon.

Además, Skye me ha mantenido ocupada toda la semana ayudándola a armar todo para la bienvenida de los alumnos nuevos porque, como es de esperar, también es parte del centro de alumnos y yo, como su mejor amiga, soy su secretaria no oficial porue ella odia a su secretaria oficial.

Así que aquí estoy, poniendo globos y cintas en las paredes del gimnasio. Debería estar en clases pero gracias al poder que tiene ser Skye y por ende ser amiga de Skye, puedo perder mis dos últimas clases, es decir, matemáticas y biología.

Preferiría estar en clases o leyendo el diario de mamá, pero soy demasiado buena amiga. Bueno, en verdad no he leído el diario de mamá desde el primer día que conoció a papá no sé porque. Me digo a mi misma que no he tenido tiempo y que cuando lo tengo estoy demasiado cansada, pero son excusas. Hasta yo sé que lo son, pero no me he atrevido a leer más. Como que tengo miedo de leer después de lo que me dijo papá el otro día. Sigo manteniendo lo que dije ese día de que no hay nada que papá haya hecho en el pasado que me haga sentirme decepcionada de él, pero aun así estoy un poco asustada. ¿Qué es la cosa tan mala que hizo papá para que piense que eso pueda pasar?

-¿Esos globos están listos, Liv?- escucho la voz de Skye que me saca de mis pensamientos

-Eso creo, comandante Gray- respondo con una sonrisa irónica en los labios

-Muy graciosa, Liv- dice mientras rueda los ojos.

Skye es de esas típicas chicas que quieren que todo lo que organizan salga perfecto. A Skye le gusta tener todo bajo control y si algo no lo está se descontrola un poco. Así es mi querida mejor amiga y la quiero de esa manera. Por eso prefiero ayudarla yo en estos eventos porque sabe que yo sé como ella quiere las cosas.

Además, a mí puede mandarme a hacer lo que quiera usando el tono que quiera sin que me moleste o me sienta ofendida. He estado con ella mucho tiempo como para saber como son las cosas con ella.

-Creo que está todo listo para que le des la bienvenida a tu querido Jaxon- dice Skye con un tono de chica rosa que es bastante molesto y además hace ojitos 

-No es mi querido Jaxon- le digo dando vuelta los ojos y poniéndolos en blanco- La bienvenida es para todos los estudiantes nuevos más los de primer año no solo para Jax

-Admite que él es la única razón por la que me estás ayudando en esto

-Estoy ayudándote con esto para que no pierdas la cabeza y termines matando a todos.

Skye me mira con mala cara, pero después esa expresión desaparece cuando escuchamos el timbre de la escuela que significa que las clases del día han acabado, además es viernes así que comienza el fin de semana. Todos los chicos, de todos los años, comienzan a entrar en el gimnasio. Skye hace una señal al DJ, que es un chico de nuestro año que no está en nuestro salón ya que su apellido empieza con V, y la música empieza. 

Todos comienzan a comer los bocadillos que pusimos en unas mesas muy ordenadas, organizadas por Skye, y a conversar. Así son todas las fiestas de bienvenida de mi escuela. Bastante tranquilas y nada aburridas. Aun recuerdo que fue en mí fiesta de bienvenida cuando comencé a hablar con Skye. 

Cosas buenas suelen pasar en estas cosas o al menos así fue para mí.

Escucho que Skye grita mi nombre para escucharse por sobre la música. Cuando la diviso a punto de subir al escenario, veo que me apunta hacia la entrada. Giro mi cabeza hasta ese lugar y veo como Bryce entra al gimnasio junto con un Jaxon que se está riendo aparentemente a carcajadas. Seguro que Bryce intentó hacer una de sus bromas aburridas con las que Skye y yo solo nos reímos de lo malas que son.