22.- Conociendo la verdad

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Debo admitir, eso dolió como pocas cosas me han dolido, pero después pude relajarme un poco y disfrutar de ese primer momento tan íntimo con Jax. Él fue tierno y cuidadoso. Trate de no pensar en que se notaban que ya tenía experiencia en el asunto. Aun así, no me arrepiento y creo que lo volvería a hacer junto a él, pero solo junto a él porque solo confío en Jaxon.

Veo como Jax se viste cuidadosamente y tiene solo sus boxer y sus jeans puestos. Yo solo tengo mi ropa interior puesta y estoy acostada en mi cama tapada un poco con las sábanas de mi cama donde me recuerdo que tengo que cambiar un par y estas botarlas antes que mi papá las encuentre y mate a Jax.

Jax se sienta junto a mí y toma mis manos entre las suyas para besarlas cuidadosamente. Jax siempre me ha tratado como a una princesa y esta vez no fue la excepción.

-¿Estás bien?- me pregunta ahora con sus manos en mis rodillas.

-Estoy perfecto- le respondo con una sonrisa- pero creo que deberíamos vestirnos y ordenar esto antes de que mi papá vuelva.

-Eso es muy buena idea. Quiero seguir viviendo.

Ambos reímos y terminamos de vestirnos. Debo decir que me duele un poco sentarme, pero al menos sé que ese dolor no estará ahí por mucho tiempo.

Con Jax ordenamos mi cama y nos deshacemos de las sábanas manchadas. Las botamos en el enorme basurero del edificio. Espero que a papá no se le ocurra meter sus manos en el basurero porque reconocería mis sábanas.

Cuando ya estamos de vuelta en mi departamento, Jax me detiene en la cocina y me apoya contra uno de los muebles. Sus manos en mi cintura me hacen sentir un cosquilleo y más cuando me mira de la manera en la que lo hace ahora. Pongo mis manos en sus brazos y las acaricio con ternura. 

-Gracias- me dice Jax besando con suavidad mi frente- Gracias por dejarme ser el primero.

-Eres el indicado- le digo sonrojándome.

-¿No te hice daño?

-Ya te he dicho que no, Jax- le digo entre risas. Me parece adorable su preocupación- Y lamento si es que fui muy torpe para ti...

-Detente ahí- me interrumpe Jax- Fue perfecto. Todo lo que me importó es que fue contigo.

Le sonrío a Jax mientras juntamos nuestros labios. Él toma mis muslos y me sube en la encimera de la cocina para estar más cerca y poder seguir besándonos. Sé que no deberíamos hacer esto porque papá podría llegar en cualquier momento, pero al menos tenemos unos segundos antes de que papá nos vea por si entra por la puerta.

Como si lo hubiera invocado, siento como la manilla de la puerta se mueve y la puerta comienza a abrirse. Jax se aleja de mí con rapidez y me ayuda a bajarme. Me arreglo un poco el cabello porque está desordenado, aunque eso es muy normal en mi cabello.

Jax alcanza a tomar una galleta de la encimera y me la tiende a mí con normalidad. Me guiña con el ojo derecho y yo solo trato de no reír. 

-Hola, chicos- dice papá entrando a la cocina- Jax, dame una galleta, hijo.

-Claro.

Jax toma una de las galletas y se la tiende a mi papá. Veo como su mente parece estar en otro lado y suspira. Jax me mira y ambos tratamos de no reír. 

-¿Te quedas a cenar, hijo?- le pregunta papá a Jax.

-No, le prometí a Amy que cenaría con ella y con Kian- dice para luego despedirse de papá.- Nos vemos luego, señor Fray.

Jax se acerca a mí y besa por unos segundos mis labios para después tomar su mochila, que ya habíamos movido hacia aquí, y se acerca a la puerta.

El día en que nos conocimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora