14 DE JULIO, 2018.
No abrí los ojos, aún no estaba preparada para aceptar mi nueva realidad, aún quería creer que todo lo que había pasado era una horrible pesadilla, una simple pesadilla. Mí destino era peor que la muerte, no sé qué harán conmigo y tengo miedo de lo que pueda pasar.
Tengo que ser valiente, no puedo estar llorando en la cama todo el día, tengo que escapar y con ese pensamiento en mi cabeza abrí los ojos y de un saltó salí de la cama. Corrí a la puerta, quise llorar cuando el picaporte no giró, la estúpida puerta estaba bloqueada.
Maldita sea, ésto es una mierda.
Busqué en la habitación algo con que abrir la puerta, pero no había nada, cada mueble de está habitación estaba vacío y en el baño sólo había toallas y jabón líquido.
Desilusionada regresé al cuarto de baño e hice mis necesidades y lave mi rostro, ni siquiera me atreví a mirarme en el espejo. No quería verme y ponerme a llorar. Ignorando mi reflejo tomé de la ducha una de las botellas de gel de baño y con ella golpeé el espejo, los pedazos cayeron en el lavamanos y sin miedo tomé uno de los trozos de espejo.
El suicidio siempre será una buena opción, pero no me voy a rendir, aún no.
Con el pedazo de espejo en mi mano salí del cuarto de baño en el momento exacto en que la puerta de la habitación se abría.
Por la puerta entró una mujer, ella era muy guapa y vestía con un uniforme de servidumbre.
Ella podría estar secuestrada también o trabajaba aquí y era cómplice.
En éste momento todos están en mí contra.
Sin miedo la apunté con el pedazo de espejo.
—No me importa quién eres pero sé que tú serás mi salida de este puto infierno.
La mujer levantó la mirada de mi mano y me miró directamente a los ojos.
—Lo siento mucho Annika, pero no puedo ayudarte. El señor y el joven King me matarían sí lo hiciera.
Está maldita está trabajando para ellos.
—O puedo matarte yo sí no me ayudas o me dices cómo salgo de aquí.
—No Annika, tu no eres una asesina.
Por Dios está mujer sí que está mal de la puta cabeza.
—Por mi vida que lo voy a hacer. No sé sí esos enfermos de mierda te lavaron el cerebro pero ésto no está bien. Entiende que estoy secuestrada y no estoy aquí por mi gustó.
—Lo siento Annika, pero como te dije no puedo ayudarte.
La mano me dolía de lo fuerte que estaba sujetando el pedazo del espejo. Sin pensarlo dos veces me llevé el filo del espejo al cuello.
—El suicidio siempre es la primera opción ¿Cierto?
Tengo que hacerlo, sólo un poco.
—Espera, no te hagas daño. Sólo deja que dejé la charola en la cama y te daré las llaves.
Dí un paso hacía atrás cuando ella dió uno hacía la cama pero en ningún momento quité el espejo de mí cuello, sabía que me había herido porque sentía un pequeño picor.
—Espero y puedas huir, porque cuando se den cuenta de que no estás en casa sé volverán locos e irán a por tí.
Antes muerta a qué dejé que me atrapen de nuevo.
En el momento en que la mujer tenía las llaves en sus manos intenté tomarlas pero las retiró tan rápido que me dieron ganas de cortarle el cuello.
—Tan sólo te daré 10 minutos para que puedas irte, después tengo que avisarle al señor y al joven King de tu desaparición, y de verdad espero que la suerte esté de tu lado está vez.
Su puta suerte se la puse meter por el culo, de golpe solté el trozo de espejo y de un jalón le quité las llaves de su mano. Sin ver atrás corrí por un pasillo largo, ignorando todo a mi alrededor corrí por puro instinto. La puerta ya la tenía frente a mí, tan sólo tenía que girar la llave y sería libre.
Cuando escuché una voz masculina detrás de mí me quedé congelada con una mano en el picaporte y la otra en la llave.
—¿Oye que estás haciendo?
Lentamente me dí la vuelta sin quitar mi mano de la llave y ahí estaba el chico que entró a la habitación con la charola, su rostro estaba llena de confusión.
—Annika por favor no hagas lo que piensas hacer, vamos yo te llevaré a tu habitación y no pasará nada.
Esté imbecil creé que soy estúpida.
Sin pensarlo dos veces giré la llave y de golpe abrí la puerta.
—Annika no lo hagas.
Por mí vida salí corriendo, en el momento en que estuve afuera de esa casa, corrí lo más rápido que pude y en ningún momento miré atrás. Mi única intención era alejarme de esos enfermos de mierda. El pánico me invadió al escuchar mi nombre en repetidas ocasiones.
No, ellos no podían atraparme.
Dios por favor dame la fuerza para seguir, me sentía tan mal que por un momento me detuve y me apoyé contra un enorme tronco, con fuerza cerré los ojos y tomé grandes bocanadas de aire. A lo lejos podía oír mi nombre y por miedo de que ellos pudieran encontrarme seguí, pero está vez ya no corrí. La cabeza me empezó a dar vueltas. En el fondo sabía que en cualquier momento podría desmayarme.
Con miedo de lo que podría pasar me escondí entré unos grandes arbustos que me podrían mantener oculta por un tiempo, los ojos ya no podía mantenerlos abiertos de lo pesados que los sentía y tan sólo por un momento los cerré. No sé cuánto tiempo pasó pero cuando los volví a abrir me encontré cara a cara con el tipo de la habitación, en su rostro había una gran sonrisa.
—Te encontré bonita.
Las primeras lágrimas se deslizaron por mis mejillas, por un momento intenté alejarme cuando sentí su mano acariciar mi rostro.
—No llores bonita Annika, pronto estaremos en casa y podremos continuar con nuestros planes a futuro.
No, yo ya no tenía futuro.
No peleé, tan sólo sentí como el tipo me levantaba del suelo, cuando él caminaba yo sentía cómo mi cuerpo se balanceaba.
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El secuestro de Annika Reed
Mystery / ThrillerLas pesadillas siempre empiezan en las noches más negras. En las noches sin estrellas, sin alma y sin luz. Esas noches funcionan como escenario amenazante en los días hermosos y brillantes. Ser secuestrada no estaba en los planes de Annika Reed, el...