Capítulo 2

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Capítulo 2: Alianza

El menor de los Uchiha caminaba por la oscuridad del bosque, asegurándose de no ser seguido por nadie. Cierto Senju ocultaba lo más efectivo posible su chakra, siguiendo al pelinegro. Desde hace unos días, se le hacía costumbre seguir a este en todos sus caminos, se había vuelto su acosador personal.

Buscaba una manera de encontrar el perdón del mayor por casi haberlo matado, no sabía a ciencia cierta porque lo hacía cuando ambos alguna vez fueron enemigos mortales. 

Ambos caminaban en la mitad de la noche, se estaban alejando bastante de sus territorios. El albino estaba curioso por qué Izuna caminaba tan alejado de esos lados, ¿acaso quería escapar? Fue entonces cuando sintió presencias.

El pelinegro sonrió de una forma lasciva, era unos mercaderes que se dirigían hacia la Tierra del Fuego. El Uchiha fingió estar herido, llamando la atención de los transeúntes, que se acercaron para revisar al chico. Izuna los metió en un Genjutsu, estos cayeron al suelo. El azabache ensanchaba más su sonrisa, tomando a esas personas, sacando su katana.

El de ojos rojos, veía todo asustado, era la primera vez que se sentía verdaderamente asustado. Veía como el Shinobi persona por persona despertaba del Genjutsu. Los torturaba lentamente, desmembrando a estos de una forma fría. El mayor se reía como maniático mientras con un kunai trazaba en el cuerpo de esas personas algo, que revisaría cuando se fuera.

Al haber terminado de torturar esas personas, la comadreja se devolvía hacia su territorio. Tobirama se aseguró de que estuviera muy lejos, bajando hasta ver el cuerpo de esas personas inocentes. El estado en que los dejó, era muy deplorable, le daba náuseas. Vio que en ellos estaba tatuado con cuchillo el símbolo del Clan Senju. Mierda, esto era peor de lo que imaginaba.
El chico quería inculpar a su clan para eliminar la Alianza que hasta hace poco se había formado, inculpando a estos de un crimen no cometido por ellos, muchacho astuto. El menor suspiró, empezando a borrar las evidencias, tenía que mantenerlo mejor vigilado.

A la mañana siguiente, el Senju llegó agotado a su casa. Durmió instantáneamente, sintiendo sus huesos pesados, toda la noche anterior tuvo que eliminar todo rastro que hubiera dejado el chico Uchiha.

Mientras tanto, en la casa del mencionado, este se levantaba plácidamente con una leve sonrisa en su cara. Podía recuperar a su clan y a su hermano si algo llegaba a desestabilizar la Alianza. Sonaba algo egoísta, pero quería a Madara para él solo, no como hermano, sino como pareja. Sabía que el aquel idiota castaño le llevaba ventaja, le causaba enormes celos el pensarlo.

Bajó a la cocina, donde podía sentir el olor del desayuno, ahí estaba su pariente cocinando. Lo hacía ver hogareño, demasiado lindo. En cambio, el Uchiha mayor pensaba en el castaño. Ahora con las cosas en calma, su amistad había regresado, y pensaba, que tal vez tendría una oportunidad con él.

— Buenos días hermano —Dijo Izuna de manera feliz mientras se sentaba en la silla. El pelinegro se sorprendió, volteando a ver a su hermanito con una sonrisa. Rápidamente sirvió en ambos platos la comida, sentándose en frente de él. El mayor miraba extrañado al más chico, tenía una sonrisa extraña, pero prefería omitir el asunto.

— Buenos días Izuna, tengo algo importante que decirte —El menor miró con atención a su hermano, mientras su sonrisa permanecía. Sabía que estos últimos días, ambos líderes del Clan estaban discutiendo sobre la Alianza. Se comía sus celos por dentro mientras asentía con la cabeza—. Dentro de 2 días, firmaremos el tratado de paz en una ceremonia pública donde asistirán todos los miembros de ambos clanes. Y ya tenemos los planos de la Aldea que será construida para que ambos convivamos en paz.

— “No si yo lo impido” —Pensó el menor de la conversación mientras su cara era seria. Tenía que asegurarse que vieran a esos mercaderes muertos con el símbolo del Clan Senju, así volverían a dudar de la veracidad del tratado—. Bien, creo que no hay problema con eso hermano, yo estaré al frente, asegurándome que no sea ninguna trampa —Madara asintió con la cabeza, su desayuno prosiguió normal.

Mientras tanto en la casa Senju, Hashirama alistaba varios regalos para la firma de la unión con Madara. El pelinegro le gustaba desde pequeño, aprovecharía la oportunidad para pedirle matrimonio. Tobirama se bajaba con unas notables ojeras mientras el castaño lo saludaba con un ánimo enorme. El menor, iba a la cocina a preparar el desayuno, ya que su hermano era un desastre cocinando.

— Tobirama adivina —Le dijo Hashirama con una sonrisa ancha, el albino sacaba los ingredientes para preparar el desayuno mientras de reojo miraba a su hermano.

— Habla —Le dijo en un tono demandante mientras el mayor carraspeó un poco su garganta para continuar.

— Madara y yo ya escogimos la fecha para firmar el tratado de paz. Será dentro de dos días, necesitamos anunciarlo a ambos clanes para que estén preparados, constaten la ceremonia  así como una sorpresa que tengo preparada al finalizar el acto —Tobirama lo vio con ojos filosos al oír lo de sorpresa. Estaba empezando a cocinar mientras el mayor se sobó la nuca apenado. De verdad que su hermano le daba miedo a veces.

Una vez terminó de cocinar, ambos se sentaron y hablaron sobre cosas triviales. Pero en ningún momento, el albino pudo delatar a Izuna, era como que su lengua se trababa para delatarlo. Eso sí, no dejaría de espiarlo para asegurarse que todo estaría bien.

-Días después-

Ambos clanes estaban frente a frente, con los estandartes debidos. Los dos líderes estaban frente a frente, mirándose mutuamente mientras Hashirama daba su discurso.

Al terminar, los dos Shinobi se dieron la mano como señal de Alianza, entre festejos, el Senju calló a todos un momento, todos quedaban viendo expectantes al líder del Clan mientras Madara lo miraba extrañado. Hashirama hizo una reverencia, en señal de respeto y suspiró para seguir con su plan.

— Madara Uchiha, como forma de consolidación para la Alianza, he venido a pedir tu mano en matrimonio frente a tus parientes y frente a mis parientes. Quiero que nos unamos en matrimonio, pidiendo así el permiso a ambas familias —El Uchiha se sonrojó fuertemente mientras veía sorprendido a Hashirama. Ambos clanes quedaron en silencio un momento.

— “No, mi hermano no se puede casar, no, él va a decir que no, todo el Clan dirá que no. No lo pueden separar de mi lado, no pueden alejarlo de mi lado” —Pensaba un histérico Izuna, queriendo clavarle su katana en el cuello al estúpido del Senju. Esto era un golpe bajo. Madara respiró fuerte y habló.

— Yo acepto Hashirama, pero tenemos que ver la respuesta del Clan —El Uchiha menor, sintió como su corazón se hacía trizas poco a poco al escuchar a su hermano aceptar la propuesta. Su enojo aumentó al ver como ambos clanes vociferaban la aprobación y Madara le sonreía a Hashirama. El Senju le dio un beso en la mejilla a su ahora prometido. Tenían que empezar los planes para la boda.

— “Cuando tenga la oportunidad, maldita sabandija, te voy a torturar tanto que vendrás rogando por clemencia” —Pensaba el ahora nuevo líder del Clan, ya que su hermano se casaría.

— “Planeas algo Izuna Uchiha, y no es nada bueno” —Decía el Senju sin despegar su vista del joven, el cual tenía una mirada tétrica no notada por nadie más que por él. Sin duda alguna, tendría que vigilarlo más de cerca. Aunque le costara desvelos, lo vigilaría más que antes.
Nadie sabe que es capaz un corazón roto profundamente.

Das Sie Blau Werden [IzuTobi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora