LEAN POR FAVOR EL AVISO AL FINAL
Caminaba por la Villa, hace una semana que había recuperado su compostura, que había vuelto a ser aquel chico serio, con un leve egocentrismo en su semblante.
Caminaba hacia donde su hermano, ahora como su asesor personal. Tenían grandes papeleos así como temas delicados de que tratar. Las Aldeas recién creadas estaban tensionadas entre sí. Cada vez era inminente un estallo de una guerra entre todos los países.
Hashirama tenía la idea de entregar parte de los Bijuus, como forma de tratado de paz. A Tobirama le parecía una muy mala idea, porque él como estratega sabía que las Aldeas tendrían una fuente de poder externa, y podrían crear mejores tácticas con ello.
Las dos únicas bestias con cola que no estaban en su mando eran el Nibi y el Ichibi. Esos estaban al mando de Kumogakure y Sunagakure. Pero tenían problemas al controlarlos, algo que no era tampoco nuevo aquí.
Entró a la oficina viendo a su hermano con una cara sumamente cansada. Hashirama al ver a su hermano sonrío leve. Tobirama hizo una reverencia.
— Buenos días, señor Hokage —Saludó mientras el moreno se levantaba y abrazaba al chico.
— ¡Me hacías tanta falta Tobirama! —Contestó de una forma infantil mientras el mencionado bufaba y le daba un golpe en la cabeza. El mayor lo soltó, teniendo lágrimas infantiles.
— Por kami Hashirama, eso no es propio de un jefe. Controla tus impulsos y hablemos de los asuntos serios que tenemos —Pidió sentándose en la silla frente al escritorio del Senju más viejo.
— Bien, bien. Primero tenemos que tratar el asunto de las bestias con cola. Se están saliendo de nuestras manos, los sellos no son suficiente. Estuve hablando con los Uzumaki, especialmente con la princesa Mito. Necesitamos contenedores humanos —Sentenció el líder de aquella aldea mientras su asesor estaba con un rostro neutral.
— Sí, ella me dijo parte de ello. Pero tenemos que buscar gente con un chakra especial, uno que pueda lograr fusionarse con el del Bijū. No podemos escoger cualquier ciudadano, tienen que ser personas de plena confianza en nuestra familia —Sugirió el menor mientras Hashirama suspiraba.
— Hay 3 candidatos para ello, dos de ellos tienen que ser forzosamente Jinchūriki. La primera persona es Madara, pero por el momento no podemos sellar nada dentro de él, está embarazado —Dijo Hashirama mientras miraba a Tobirama fijamente—. La segunda persona tiene que ser la princesa Mito, ha demostrado ser una persona de gran confianza y su chakra Uzumaki es excelente para adaptarse al de un Bijū. Y la tercera, he pensado en ti Tobirama —Dijo Hashirama mientras el chico lo veía neutral, aunque en el fondo sonreía leve.
— Esperemos que Madara tenga a tu hijo. Yo digo que podríamos sellar en él al Kyūbi. Será un excelente guerrero de nuestro lado —Sugirió Tobirama en un tono indiferente. Hashirama se resintió un poco, no veía a su esposo como su hermano lo veía. No era una simple arma.
— Sólo te pido que no te refieras a tu cuñado como una simple arma. Y sí, me parece muy bien que Madara tenga al Kyūbi. Mito podría tener al Nanabi. Y tú, puedes tener al Sanbi, ¿qué te parece la idea? —Tobirama se mostró inmutable pero en el fondo sonreía de una forma maligna.
— Me parece excelente tu punto de vista. 3 Jinchūriki en Konoha, las demás Aldeas están es desventajas. Sí, pero pido retrasar varios meses el insertar en mí el Sanbi. Comencemos con Mito, y miremos como le va a ella controlando al 7 colas —Pidió el Senju, notando la mirada extrañada de su hermano—. Tú sabes, para primero experimentar con un humano como contenedor y crear formas de controlar perfectamente a la bestia sellada en su interior. Madara está embarazado y yo estoy muy ocupado para los entrenamientos. Así que empecemos despacio —Agregó el Senju, teniendo un asentimiento del Hokage. Bien, tendría la oportunidad de experimentar nuevos Jutsu con su incremento de chakra cuando tuviera en su interior al Sanbi. Y así nadie sospeche de su embarazo.
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Das Sie Blau Werden [IzuTobi]
RomanceUn error, una alianza. Casi una muerte. Esto servirá para manipular a la persona que más amas, a tal punto de provocarle sumisión mental. No hay perdón, sólo tratos de redención. No hay ganador, ni perdedor. Ambos están en las justas. Nada es seg...