Aceptación

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Disclaimer: Desde las profundidades siniestras de nuestra mente, hemos vuelto, con esta pasión prohibida, rompiendo con las parejas establecidas y desafiando los estándares de la sociedad mágica. Claro, los personajes le pertenecen a J.K. Rowling.   

"Si el amor, como todo, es cuestión de palabras, acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma." – Luis García Montero.

*º*º*º

Lucius Malfoy se encontraba preparándose para atestiguar contra los que habían sido sus compañeros en la banda de los mortifagos, era arriesgarse a hacer eso o pasar el resto de sus días en Azkaban y él no pensaba hundirse con ellos.

Tomó el coche que lo llevaría al Ministerio, su esposa y su hijo ya se encontraban ahí. No le habían permitido asistir al juicio de su hijo para que no influenciara en su confesión. Una "idiotez" en su opinión.

El auto se detuvo incluso antes de salir de Wiltshire, extrañado por el suceso interrogó al chofer: —¿Qué ocurre?

Una escalofriante risa fue la respuesta, el hombre en el asiento de adelante se giró retirándose su sombrero. —¿Pensabas qué saldrías libre de esto?

Lucius desenvainó su varita provisional, reconocía esa forma de hablar incluso aunque el mago se encontrará bajo el cuerpo de otro.

Walden Macnair, ¿qué diablos estás haciendo? —dijo entre dientes.

Se suponía que una escolta de aurores lo acompañaría, pero ahora sabía que sus ex colegas habían tomado ya su diligencia.

El hombre que estaba a su lado colocó la punta de su varita en su cuello.

La traición se paga con sangre, Lucius —masculló Callahan con una sonrisa torcida.

La puerta del coche se abrió. —El viaje ha terminado, baja —arrastró las palabras Mulciber, estirando en forma guasona su mano hacia él.

Lucius sintió el miedo atrofiar su cuerpo, sus ojos repasaron el lugar notando que no eran los únicos ahí.

No te preocupes, no vas a morir...te aseguramos tu vida, después de todo pensabas vivirla libre, ¿no? —Lo empujó fuera del asiento.

Tómalo como un favor de nuestra parte —habló Rookwood escupiéndole en la cara.

En su esposa fue lo último que pensó Lucius. La humillación, la impotencia, la ira y el dolor. Todo se volvió un cóctel de emociones fuertes cortadas.

El ataque fue brutal, habían volcado en él sus frustraciones y odios por haber perdido una vez más.

Apenas con vida fue hallado por los aurores que habían lanzado una búsqueda para encontrarlo, después que la comunicación se perdiera con su escuadrón.

Fue incapaz de realizar una declaración después de eso, le habían vaciado la mente, su lesión más fuerte después de las físicas.

*º*º*º

El movimiento del coche, la calefacción y las copas que llevaba encima la estaban arrullando, bostezó cubriendo su boca con su mano.

—Te fue bien en la inauguración.

Esbozó una sonrisa torcida y la miró de soslayó. —¿Te la pasaste bien?

—Las serpientes son más de lo que pensaba, aunque había muchas personas que no estaban preparadas para vernos ahí.

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