En la mira //pt. 2//

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Seguía atorado en la camioneta, la poca energía que tenía la utilizaba para zafar mi pierna. Cada que tiraba de ella me dolía, mucho. Después de intentos fallidos, al final pude zafarme.

Traté de llegar a la puerta izquierda de mi lado, enfrente seguía Charles inconsciente. Batallaba bastante por mi brazo derecho que se había fracturado, no quería moverse y estaba hinchado. Abrí la puerta con dificultad y mis ojos llegaron a un tipo. Era el del Impala; su pelo rubio, sus malditos ojos verdes y sus estúpidas pecas. Tenía el mismo traje del sujeto que me atacó en mi trabajo sólo que no traía su casco.

Era él, el hijo de puta que me dio una paliza. Si me quería muerto que lo haga de una vez.

—Hola de nuevo chico lindo —habló el rubio.

¿El idiota me volvió a decir lindo?

—Ya me tienes —mi voz era solo un hilo— mátame y toma el disco.

Comenzó a reír a carcajadas. Me tenía bastante confundido. Paró su risa en seco y sacó una pistola.

—Si te quisiera muerto, ya lo estarías hace mucho.

Espera, ¿qué?

—Wow, te dejé bastante jodido está vez —dijo el rubio observándome y guardando de nuevo su arma.

Idiota, un completo idiota.

Mi cabeza no estaba para más plática y confusión. Quizás los golpes en mi cabeza hacían que me mareara más y que vea todo doble de repente. Ya estaba muy agotado.

—Hey, no te desmayes por favor —decía el tipo, sin embargo todo se desvanecía, se hacía negro y vacío.

~•~•~•~•~•~•~•~•~

Entre sueños iba acostado en un auto diferente, por el ruido del motor estaba en el Impala. No sabía cómo llegue ahí.

—Hey, mantente despierto, te voy a llevar a un hospital —alcancé a oír, sólo que mi cabeza seguía dando vueltas y volví a ver todo negro.

Abrí mis ojos y esta vez no estaba en un auto, sino en un cuarto de hospital. Tarde unos segundos en repasar lo que me había pasado, de seguro los analgésicos que me dieron me tenían algo adormilado.
Reaccioné de repente buscando mi ropa y gabardina, ya que traía puesto una bata de hospital. Mi traje y zapatos estaban en una silla a lado de la cama, pero no estaba lo que buscaba.

Me sobresalté al ver en el umbral de la habitación al chico del Impala. Traía puesto un outfit diferente, camisa de cuadros, jeans y botas cafés.

—¿Buscas esto? —en su brazo colgaba mi gabardina beige.

Maldita sea.

Se acercó a la cama y me dio la gabardina. La agarre y cheque con mi brazo izquierdo (ya que mi antebrazo derecho se encontraba enyesado y no podía moverlo), revise si el disco duro seguía en alguno de los bolsillos. Nada.

—Si buscas el disco, ahí no esta —decía mientras me quitaba la gabardina y la dejaba en la silla con lo demás.

—¿Qué le hiciste? —pregunté casi exclamando.

—Está aquí conmigo, relájate —dijo mientras sacaba la cajita negra de sus jeans.

—¿Por qué no me dejaste allá en la curva?

Al filo del amor //Destiel (en hiatus) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora