Dean me despertó por la mañana, al parecer Ash ya accedió a la información del dichoso disco duro. Antes de ir a la acción tuve que tomar una ducha y vaya que fue lo mejor. Salí de la habitación sin la gabardina, solo con mi traje.
El chico de ojos esmeralda, digo, el de las camisas de franela me aguardaba cerca del elevador.
—¿Qué tal tu mañana? —preguntó Dean tratando de iniciar una conversación.
—Todo bien —fui cortante, para evitar sentimentalismos.
—Oh ya veo, no me quieres hablar a detalle —dijo sarcásticamente— está bien.
Se mantuvo el silencio por unos segundos hasta que agregué:
—No es eso —bueno si lo era pero la cara que puso me hizo sentir mal— solo que no sé si aún confiar en ti del todo.—Has confiado en mi todo el tiempo, porqué dudas ahora —me vio directo a los ojos.
—No lo sé.
—Wow que buena respuesta —otra vez se presentó su sarcasmo.
Rodé los ojos.
—Enserio, dime qué pasa.
—Dean estoy dudando porque... —justo cuando iba a completar la frase con un me estoy enamorando de ti, Ash se acercó a nosotros.
—Hey, ¿interrumpo algo? —dijo Ash evitando que hiciera el ridículo, ¿en qué estaba pensando al querer decirle a Dean que estoy comenzando a amarlo?
—No nos has interrumpido Ash, luego hablamos de eso Cas —me dijo Dean para luego dirigirse a Ash— muéstranos lo que encontraste.
—Bueno te sorprenderás lo que contiene ese disco. —Ash se metió en su computadora— Salmonel Enterprises como ya sabrás, recibe información de varias empresas para protegerla...
—Al grano Ash —interrumpió Dean.
—Aquí hay códigos de lanzamiento de misiles y coordenadas de almacenes que guardan armas nuevas, recién hechas —nos mostró la pantalla con varias ventanas abiertas con varios números y códigos que no entendía, además había unos especies de archivos con imágenes de dichos almacenes repletos de metralletas, bazookas, rifles, pistolas, granadas, todo un paraíso para cualquier terrorista o un loco fanático de armas.
—Si esto cae en manos de algún demente... —agregó Ash preocupado.
—Eso no va a pasar—dijo Dean.
—Así que querían que llevara esto a Chicago—dije incrédulo— ¿Qué es lo que planeaban hacer con esto?
—No lo sé Cas, pero lo averiguaremos. —Esta vez habló un Dean decidido, con un nuevo propósito— Tendremos que localizar una persona para que nos ayude a completar este rompecabezas y dar con el hijo de perra que este detrás de esto.
—Ash, localiza a Jack Ryan —ordenó Dean unos segundos después.
El chico se quitó el pelo de sus hombros, tomó una cerveza de lata y se puso a teclear. Ese tipo si que le gustaba su trabajo.
Esperamos algunos minutos y Ash volteó su pantalla con una imagen a la derecha de Ryan y a la izquierda un mapa con la localización marcada con un punto rojo.
—Tu colega está cerca—Ash señaló el punto y luego otro punto azul— Aquí estamos y él esta a unos cuantos kilómetros.
Ese bastardo no se rinde.
—Ese idiota y yo tenemos que arreglar unos asuntos; envía todo lo que me enseñaste a John —Dean de repente se volteó y abandonó la oficina de Ash.
Seguí a Dean hasta el elevador donde ni siquiera evito que se cerrara antes de que apenas llegara a tiempo de detener su partida. Su mirada expresaba nada más que furia, ira que parecía que no se controlaba dentro de su hospedador. Ni siquiera volteó a verme, sus ojos estaban cegados por algo que quizás sea venganza. Este tipo, Ryan, de seguro le ha hecho bastante daño como para que un ser humano tenga esa mirada. Si le pregunto algo a Dean acerca de porqué tanto odio quizás ni siquiera les estaría contando esto, así que ya saben que decidí.
Dean eligió otro piso diferente a los que ya había visitado, éste era lo que parecía la sala de armas. Toda pared estaba cubierta de todo tipo de armamento e incluso armas que nunca en mi vida había visto. Ahí había un cristal que separaba el armamento y un pequeño espacio después del elevador. Para cruzar al otro lado, uno tenía que tener una tarjeta especial para deslizarla en un lector y poner la mano en otro lector, así se evitaría la entrada de intrusos.
Sigo y seguiré diciendo que todo esto me parecía sacado de una película de ciencia ficción.
Dean pasó al otro lado y yo me quedé del otro esperando, pero algo dentro de mi decía que este assbutt haría algo estúpido.
Se puso un traje negro anti balas de cuerpo completo, como con el que lo conocí. Tomó un reloj, un cuchillo de mano, un puño de acero, una Colt M1911A1 y se colgó una metralleta en su hombro.
Salió de ese lugar lleno de armas y esta vez si me volteó a ver.
—Dean...
—Deberías ir a tu habitación, esto se pondrá feo—me interrumpió Dean.
—No—creo que soné bastante duro pero esta vez me escuchará— Esto que vas a hacer es una completa idiotez, piensa en un plan y no vayas a lo suicida. Ryan esta cerca y creo que es una trampa.
—Cas, deja de recalcar lo obvio. —Dijo fríamente— Me enfrentaré a él de una vez por todas.
Y otra vez dedicó esa mirada llena de furia que opacaba sus brillantes ojos verdes.
—Si quiera lleva a otros compañeros para acabar con él —trataba de convencerlo— no vayas solo, él te puede...
De tan solo pensarlo se me hizo un nudo en la garganta.
—Matar —terminé la oración.
—Mi vida es todo un riesgo, no me sorprendería morir. Ahora, muévete.
—Dean, por favor lleva a alguien más.
—Esto es entre él y yo.
—Llévame contigo —dije rápido y sin pensar.
—¿Estas pendejo? No, Cas déjate de locuras.
Me hizo a un lado y se subió al elevador. Fracasé en convencerlo, que necio es.
Lo acompañe y me dejó en mi habitación —corrección— el muy maldito me encerró en mi habitación. No quería que interviniera en algo que no entendía.
Esta bien, no entendía pero de seguro eso de que Ryan estaba cerca no me daba buena espina y de seguro sabía que Dean iba a ir tras él. No se que haya pasado entre ellos pero sé que iba a acabar con disparos y sangre.
En ese momento estaba preocupado de que Dean ya no regresara. Tenía que hacer algo, salir de esa habitación para avisarle a alguien de lo que iba a hacer.
Sé que llevo de conocer a Dean unos cuantos días pero algo en mi no podía soportar que muriese el chico rubio, mi chico.
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Al filo del amor //Destiel (en hiatus)
FanficDestiel AU Castiel Novak, un empleado de Salmonel Enterprises se le ha encargado la tarea de llevar un disco duro a Chicago, sin embargo esto lo ha puesto en la mira de un agente secreto llamado Dean Winchester. Proteger una valiosa información pued...