Al filo del amor //Destiel (en hiatus)

Capítulo perdido

Dean
Cas y Jo salieron a buscar el desayuno. Me quedé en el cuarto metido en mi laptop buscando mejores rutas para llegar más rápido a Washington. Ya quería que todo esto acabara y pudiese estar a solas con Cas. Él me volvía loco, anoche casi lograba algo pero mi gran amiga Jo estaba a lado. Lástima, pero al menos conseguí algo de amor anoche.

Imprimí las nuevas rutas con la impresora portátil que traía. Listo, sólo quedaba que mi hambre se saciara con lo que trajeran los chicos.

Se me hacía raro que tardarán tanto. Iba a salir del cuarto pero una Jo aterrorizada abrió la puerta.

—¿Qué sucede? —pregunté preocupado—. ¿Dónde está Cas?

—Se lo llevaron —trató de decir Jo liberando una lágrima—. Lo han secuestrado.

Y en ese momento mi corazón dejó de latir por unos segundos. Mi Cas estaba en grave peligro. Sentí por un momento que mi mundo se iba a acabar. Me llené de ira, seguramente fue Ryan, ese maldito hijo de perra.

—¿Qué haremos? —preguntó Jo preocupada por su amigo.

Por más que me doliera no podíamos hacer nada; localizar a Ryan sería casi imposible sin estar en la base y él aparece cuando menos te lo esperas.

—Sólo queda esperar —respondí con la mirada baja.

—Si ayuda de algo, traté de seguir la camioneta en la cual se lo llevaron y podemos decirle a Ash que la encuentre con la matrícula —sugirió Jo con esperanzas de encontrar a Cas.

—No, ellos esperan que busquemos la camioneta cuando la encontremos estará vacía y abandonada en un callejón —dije destrozando las esperanzas.

Cubrí mi cara con mis manos y sentí una mano acariciando mi espalda.

—Cas estará bien, lo encontraremos —dice Jo.

—No debí dejar que viniera, ni siquiera había acabado su entrenamiento —ignoré lo que dijo Jo segundos antes.

—Sé que Cas es tu mejor amigo pero, vamos, no te pongas así ahora que más te necesita.

Jo salió del cuarto y me dejó a solas. Tenía razón, Cas me necesitaba y no podía alterarme.

Minutos más tarde llega Jo con la comida que debió traer junto a Cas.

—Come —ordena Jo y sin muchas ganas de comer por la noticia le obedecí.

Después de comer seguimos en el hotel al pendiente de cualquier mensaje o llamada a los teléfonos. Estaba seguro que iban a contactarnos pero el tiempo pasaba muy lento.

—Es temprano pero lo necesito —me dije a mi mismo sirviéndome una copa de whiskey.

Tomé una, luego otra y a la tercera mi teléfono comenzó a sonar. Era un número desconocido.

—¿Hola?

—Dean, Dean, Dean creo que tienes algo nuestro —la irritable voz de Ryan se escuchaba al otro lado.

—¿Dónde está Cas? —pregunté sin rodeos.

—Tu amigo está aquí con nosotros, no te preocupes —afirmó Ryan—. Hagamos un trato, te regresamos a Castiel a cambio del disco duro.