OTRA HISTORIA DE AMOR IMPOSIBLE

Capitulo 12

Estoy afuera de mi casa, esperando el momento indicado para entrar, no sé si estoy lista y no si lo estaré lista algún día, tengo miedo de la reacción que puedan tener mis padres, ¿Qué harían tus padres si desapareces por una semana y robas uno de sus autos? Exacto, me matarán, son las 10 de la noche, sé que aún deben estar despiertos en la sala, viendo la tele mientras mi madre se como la uñas porque está preocupada por mi paradero, no quería preocupar a mis padres pero necesitaba un descanso y después de lo que había vivido aquella tarde con mi mamá, no quería verla ni en pintura, Tyler fue el único que hablo con su papá para decirle que estábamos, fuera de eso no tuvimos ningún contacto con nuestras respectivas familias.

Se hace cada vez más noche pero no quiero entrar.

—Blanca Nieves, no me quiero quedar aquí afuera para siempre —. Dijo sonriendo, me había olvidado completamente de que estaba conmigo esperando a que entrara.

—Tengo miedo de cómo puedan reaccionar —Confesé

—Te entiendo pero debes enfrentarlo, ¿no crees?

—No

—Vamos entra te apuesto que adentro te esperará una linda sorpresa —Me dio un beso de despedida y entre a la casa, preparándome mentalmente para está locura.

A pero te querías ir de pinche loca con los amigos, ¿no?

¿En serio consciencias? ¿Hasta tú dices groserías?

Yo soy un mini Jev en tu conciencia así que no cuenta, vamos no seas gallina.

Acerté correctamente, aún están despiertos, al cerrar la puerta hice un ruido que los hizo girar la cabeza, creo que literalmente corrieron hasta dónde estaba parada, mi mamá en cuanto estuvo cerca de mí me volteó una cachetada.

—¿Cómo te atreves desaparecer cómo si nada y después regresar como si nada hubiese sucedido? ¡Se llevaron el auto! ¡Eres una malagradecida! ¡Estás castigada por el resto de tu vida Ángel Merle Gray!

Yo estaba un poco en shock pero pude contestarle perfectamente.

—¡No sé si recuerdas que si me fui fue por tu culpa porque tú lo causaste por precisamente una estupidez cómo está que no me dejaste explicar!

Mire de reojo a papá que solo intentaba ocultar su risa.
Mi mamá estaba un poco exaltada por la mala palabra que había dicho pero se me escapó, no me di cuenta, ahora me siento sucia.

—¡Dile algo Simon! —Presiono mi madre a mi padre.

—Bienvenida a casa hija, me alegro de que estés bien y tú Clarissa hazme el favor de no volver a ponerle una mano encima a mi Ángel —. Advirtió mi papá

Me acerque a él y lo abrace, había extrañado eso, él era el que siempre solía defenderme de mi mamá, extrañaba su olor a colonia y suavizante de ropa tan clásico de él, hacia ya muchos ayeres que había olvidado esto y esto es precisamente lo que duele; perder pequeños momentos de la vida, experiencias o recuerdos por el miedo que otra persona siembra en tí.

Subí a mi habitación y lo primero que hice fue deshacerme de mis zapatos, estaba agotada del viaje y de cierta manera extrañaba mi casa, me quite la blusa, el pantalón y cuando estaba por quitarme mi ropa interior alguien se aclaró la garganta, lo que hizo que sobresaltara, miré hacia atrás y allí estaba Jev, recargado en la pared alado de la ventana, como no me pude dar cuenta de que estaba allí.

—¿Qué rayos te sucede? ¡Existen las puertas! —Reclame

—Así que Merle, ¿eh? —Dijo con una voz seductora, acercándose a mí.