OTRA HISTORIA DE AMOR IMPOSIBLE

Capitulo 24

Las lágrimas en mis ojos ardían, ¿Por qué tenía que hacer esto más difícil de lo que ya era? Después de esto ya dudaba en no poder perdonarlo, el se había ganado mi corazón de muchas maneras, el no perdonarlo y no hablar con él ya era un eterno sufrimiento.

—No llores, no lo escribí para verte llorar Blanca Nieves.

La voz inesperada de Jev casi me mata de un susto. Estaba parado enfrente de mi ventana, debí estar tan inmersa en mi, que nisiquiera me di cuenta de que estaba ahí parado. Lo más rápido que pude me limpie las lágrimas de mis ojos.

—Me asustaste

—No era mi intención, sólo que pensé que si tocaba la puerta probablemente me la cerrarían en la cara —Sonrió encogiéndose de hombros.

No conteste. Cuando quiso acercarse, me aleje de él.

—Todo lo que dice la carta es cierto Ángel, lo siento mucho, eres todo para mí y no soporto la idea de perderte. Mira todos están en mi casa y mis hermanos van a contar lo que saben de ella, puedes venir siquieres para ver que no estoy mintiendo —Tenía ojos tristes cuando hablaba.

Me senté en la esquina de la cama tratando de procesar cada palabra que me había dicho y escrito. Se sentó alado de mí. No me moví.

—Mirame —Fue más una orden que una petición pero lo hice.

Se acercó a mí lentamente, intentando no asustarme o evitando que me moviera, sabía lo que haría pero no quería evitarlo porque yo también lo quería. Cuando estaba tan cerca como para poder sentir su aliento se detuvo y volvió alejarse para hablarme.

—¿Quieres perdonarme? —Susurro con voz temblorosa.

Ahora fui yo quién se acercó lo suficiente como para que nuestras narices rozaran la una con la otra.

—Si

Y sin contenernos más nos besamos.

Me beso en los labios con ternura, intentando dejar una huella suya en los labios. Yo sonreí. Era el beso más pequeño y a la vez más grande que tuve en mi vida. A veces las cosas no se miden por grandeza, se miden por su intensidad.

Decir que no había extrañado sus besos habría sido una mentira, decir que él no me gustaba también lo sería.

Con las sonrisas más grandes en nuestros rostros, salimos dela habitación tomados de la mano. Antes de salir por la puerta nos encontramos con mi padre que estaba parado ahí tomando una taza de café. Tenía un gesto neutro en la cara como si no le sorprendiera que Jev estuviera ahí.

—Por más enorme que este está casa, puedo escucharte subir por la pared Jev, deberías ser más silencioso o si lo prefieres dejaré una escalera en el jardín la próxima vez.

No sabíamos si responderle, pedirle disculpas o hacer algo, en fin, nos quedamos parados. Él camino hacia enfrente como si estuviera ignorandonos.

—Yo no vi nada —Dijo a lo lejos mientras caminaba hacia la cocina.

Soltamos unas risitas y nos dirigimos a casa de los Donnet dónde como él dijo ya estaban todos. Cuando entramos a la habitación dónde estaba la sala, todos los abullearon.

—Se ven tan lindos —Dijo América con ternura

—Como sea —Volteo los ojos Tyler con desdén. —Ay en serio Ty cállate. —Hablo Scott

—No enserio, nisiquiera sé porque estoy aquí, el hecho de que sea su amigo no significa que quiero estar metido en esto, tengo suficientes problemas como agregar uno más a mi lista —Dijo antes de caminar fuera de la sala.