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-¿Chanyeol?- Era Byun Baekhyun. Se había quitado la chaqueta y la llevaba colgada al hombro-. ¿Tienes alguna razón especial para participar?.
Chanyeol destapó su cantimplora y bebió un sorbo de agua, estaba muy fría y era bastante agradable. Era maravilloso poder sentir cosas como aquella.
-En realidad no tengo ni idea- respondió sinceramente.
-Yo tampoco- dijo Baekhyun. Pareció pensarlo unos instantes y agrego -: ¿Haz practicado la Marcha antes?
-Pues no.
-Yo tampoco, pero supongo que ahora no importa mucho, ¿verdad? Ahora ya no.
-En efecto, ahora ya no- Asintió Chanyeol.
Pasaron junto a una pequeña población con una única tienda y una gasolinera. Dos ancianos sentados en sillas mecedoras delante de la gasolinera los observaron pasar, como un par de reptiles al sol, con los ojos hundidos. En los escalones de entrada a la tienda una chica joven sostenía a su hijito en brazos para que pudiese ver a los marchadores pasar.
Algunos marchadores comenzaron a especular sobre la distancia recorrida.
Kyungsoo se terminó la barra de chocolate que había empezado en la línea de salida y bebió un poco de agua. Algunos marchadores más estaban comiendo, pero Chanyeol decidió esperar hasta realmente sentirse con hambre. Había oído que los concentrados eran muy buenos. Era la comida de los astronautas cuando viajaban por el espacio.
Poco después de las diez de la mañana pasaron frente a una señal que indicaba ªLIMESTONE 16 KMª. Chanyeol recordó la única Marcha que su padre le había dejado presenciar. Habían ido a Freeport para ver a los Marchadores cruzar la ciudad. Su madre y su hermana habían ido con ellos. Los Marchadores iban cansados con los ojos hundidos y apenas eran conscientes del griterío a su alrededor, los saludos y las porras constantes de la gente hacia sus favoritos o a quienes habían apostado. Ese día, más tarde, su padre le había dicho que la gente se apiñaba a los lados de la carretera a partir de Bangor. El recorrido por el campo hasta ahí no era muy interesante, y la carretera estaba fuertemente acordonada, quizá intentando que se conservara la calma, como había dicho Tao.
Aquel año cuando los Marchadores pasaron por Freeport, llevaban más de setenta y dos horas en la marcha. Chanyeol tenía entonces diez años y se había sentido totalmente abrumado. También recordaba haberse comido seis salchichas y que cuando por fin vio a los Marchadores se mojó los pantalones.
Uno de los chicos venia gritando. Eso fue lo más vivido que le quedaba del recuerdo. Cada vez que apoyaba el pie en el suelo, el chico gritaba "¡no puedo! ¡No puedo! " Pero había seguido caminando. Todos lo habían hecho, y muy pronto habían desaparecido de su vista. Jamás había vuelto a presenciar otra Marcha, se había sentido disgustado de que no le hubiesen dado a nadie el pasaporte mientras estaba ahí para verlo. Aquella noche en casa Chanyeol había oído a su padre discutir a gritos por teléfono, y también había oído a su madre rogarle que se callara, antes de que alguien interviniese la línea telefónica colectiva.
Chanyeol tomó otro sorbo de agua y se preguntó cómo le iría a Tao.
Llegaron a una pendiente y todos quienes platicaban guardaron silencio para conservar un buen ritmo respiratorio mientras ascendían. A media subida Chanyeol se quitó la chaqueta y se la colgó al hombro. Unos instantes después pasaron junto a un suéter que alguien había dejado sobre el asfalto. Pensó que alguien iba a arrepentirse durante la noche cuando bajase la temperatura. Seguía sintiéndose bien, muy fuerte.

Soy Kim Junmyeon, número 1. Y tú eres Chanyeol número 61. ¿Correcto?
Chanyeol contemplo a Junmyeon, un muchacho de cabello cortado con estilo militar y piel muy blanca. Junmyeon tenía el rostro colorado y sudoroso.
-Soy Chanyeol, en efecto.
-Junmyeon llevaba un blog de notas. Escribió el nombre y número de Chanyeol. Su caligrafía era extraña e irregular, debido al esfuerzo de escribir caminando. Junmyeon fue a tropezar con un tipo llamado Kim Kibum que le dijo que se fijara en donde ponía sus condenados pies. Chanyeol sonrió.
-Estoy apuntando los nombres y números de cada uno- explico Junmyeon.
-Supongo que te preguntarás por qué estoy escribiendo todos los nombres y los números. Dijo Junmyeon.
-Será que perteneces a los escuadrones- se burló Kyungsoo.
-No. Voy a escribir un libro- informo Junmyeon complacido-. Cuando esto termine, voy a escribir un libro.
-Di mejor que si ganas escribirás ese libro- murmuro Chanyeol con una sonrisa.
Junmyeon se encogió de hombros.
-Sí tienes razón. Pero imagínatelo: un libro sobre la Marcha desde el punto de vista de un participante puede convertirme en un hombre rico.
Sehun soltó una carcajada.
-Si ganas no necesitarás escribir ese libro para hacerte rico, ¿no crees?
-Bueno... supongo que no- concedió Junmyeon haciendo una mueca-. Pero sigue siendo una idea fantástica para un libro.
Siguieron avanzando y Junmyeon continuo tomando nombres y números. La mayoría de los Marchadores colaboraba sin problemas burlándose del "gran libro" que planeaba escribir.
Llevaban ya casi diez kilómetros recorridos. Corría el rumor de que la previsión del tiempo anunciaba fuertes lluvias con tormentas eléctricas por la tarde. Chanyeol supuso que alguien debía traer un radio consigo. Si el rumor era cierto se trataba de una mala noticia. Las lluvias de Mayo no eran precisamente cálidas.
Siguieron caminando.
Sehun marchaba con el paso firme la cabeza levantada y los brazos con ligero balanceo. Había probado caminar por el arcén, pero había decidido no luchar más con la tierra y la gravilla. No había recibido ningún aviso y no mostraba ningún signo de que la mochila que llevaba le causase algún problema. Sus ojos buscaban siempre el horizonte. Cuando pasaban por los pequeños núcleos población, siempre saludaba con la mano aunque no sonreía, su rostro parecía tener una única facción para cualquier emoción.
Baekhyun caminaba cerca de el con paso relajado, en una especie de marcha atlética doblando las rodillas. A Chanyeol le recordaba a una especie de personaje de anime japonés. Llevaba la chaqueta colgada al hombro, sonreía alegre a la gente que le señalaba y de vez en cuando, silbaba el fragmento de alguna canción.
Chanyeol pensó que Baekhyun tenía el aspecto de alguien que podía caminar eternamente.
Kyungsoo ya no hablaba tanto como al inicio y, cada pocos pasos doblaba una rodilla con gesto rápido. En una ocasión a Chanyeol le pareció escuchar un crujido cuando este movía la articulación. Kyungsoo iba ligeramente rígido, empezaba a mostrar el desgaste de los diez kilómetros ya recorridos. Chanyeol calculo que una de las cantimploras de Kyungsoo debía estar a casi vacía; dentro de poco Kyungsoo debía detenerse a orinar.
Tao seguía con su paso inconstante, ya delante del grupo principal, como si quisiera dar alcance a los Marchadores que iban a la vanguardia, ya retrasándose hacia la posición de Yixing, al final del pelotón. Consiguió borrar uno de sus tres avisos y se lo volvieron a señalar cinco minutos después. Chanyeol llegó a la conclusión de que a Tao le gustaba estar siempre al borde del abismo.


Nota. en el siguiente capitulo comienzan a ocurrir los pasaportes.

Course |Chanhun|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora