Eran las tres de la tarde cuando cayeron sobre el asfalto las primeras gotas de lluvia, grandes, oscuras y redondas. Sobre sus cabezas, en algún lugar, por encima de las nubes, los truenos retumbaban. Un relámpago como un tridente azul cayó sobre el terreno a bastante distancia.
Chanyeol se había puesto la chaqueta poco después de que a Jongin le dieran el pasaporte. Ahora, se subió la cremallera y cerró bien el cuello. Junmyeon el aspirante, a escritor, había guardado su bloc de notas en una bolsa de plástico. Tao se había puesto un gorro de vinilo amarillo para la lluvia. Resultaba increíble lo que aquella prenda hacía con su rostro, pero había sido muy difícil concretar de qué se trataba. Tao tenía un aspecto fiero con ella.
Oyeron el prodigioso retumbar de otro trueno.
- ¡Aquí viene!- gritó Kyungsoo.
La lluvia empezó a caer. Durante unos segundos lo hizo con tal fuerza que Chanyeol se encontró aislado en una cortina de agua, quedando empapado hasta los huesos. Su cabello se convirtió en un pellejo mojado y chorreante. Volvió el rostro hacia la lluvia, con una sonrisa. Se preguntó si los soldados podían verles. Se preguntó si todavía alguien sería capaz de...
Todavía le estaba dando la vuelta a esos pensamientos cuando la lluvia amaino ligeramente, permitiéndole ver un poco más. Observó a Yixing con el rabillo del ojo. El flaco muchacho caminaba con la cabeza hundida y las manos entrelazadas sobre el vientre. Chanyeol pensó que sufría de un calambre, y por un instante fue presa del pánico. Ahora no quería que Yixing quedase eliminado a las primeras de cambio.
Entonces vio que Yixing solo estaba protegiendo su emparedado de jalea restante. Chanyeol volvió la mirada hacia el frente, con una sensación de alivio. Llego a la conclusión de que la madre de Yixing era una estúpida al no envolver los malditos emparedados en papel aluminio o plástico por si llovía.
Los truenos retumbaban sobre el terreno, como prácticas artilleras en el cielo. Chanyeol se sentía estimulado y parte de su cansancio parecía haber desaparecido de su cuerpo junto con el sudor. La lluvia se intensifico de nuevo, fuerte e insistente, hasta amainar finalmente y convertirse en una prolongada llovizna.
Jongdae caminaba a su lado, con las vueltas de los pantalones suidas. Llevaba un pantalón demasiado holgado y tenía que subírselo a menudo.
- ¿Te gusta la lluvia Chanyeol?
El asintió. Delante de ellos Sehun orinaba. Caminaba de espaldas, regando el arcén a cierta distancia de los demás en un gesto de consideración, sin embargo fue Chanyeol el que tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para no mirarle el miembro, y es que Sehun lo tentaba demasiado. En cambio comenzó a observar a los soldados. Naturalmente ellos también estaban mojados, pero si se sentían incomodos no lo demostraban.
-Ese tipo de atrás no es muy hablador, ¿verdad?- dijo Baekhyun, mientras señalaba a Yixing con el pulgar. Los pantalones purpura de éste eran ahora casi negros, empapados por la lluvia.
-Ya.
Sehun se ganó un aviso por reducir demasiado la velocidad al subirse la cremallera. Baekhyun y Chanyeol llegaron a su altura y Baekhyun repitió lo que acababa de comentar acerca de Yixing.
-Muy bien, es un solitario ¿Y qué?- contestó con cierto tinte de molestia en la voz. Se encogió de hombros y añadió- : Yo creo que...
- ¡Eh! –le interrumpió Kyungsoo, acercándose. Era lo primero que le oían decir en bastante rato, y su voz sonaba extraña-. Siento las piernas raras.
Chanyeol observó a Kyungsoo y vio en sus ojos un asomo de pánico. Kyungsoo había perdido su aire bravucón.
- ¿Qué significa "raras"?
- Como si los músculos estuvieran volviéndose... blandos.
-Tranquilo –dijo Sehun-. A mí me ha sucedido hace un par de horas. Se te pasará
La mirada de Kyungsoo se ilumino con expresión de alivio.
- ¿Seguro?
-Claro que sí.
Kyungsoo no respondió, pero Chanyeol vio que movía los labios. Por un instante pensó que estaba rezando, pero enseguida advirtió que estaba contando sus pasos.
De pronto, sonaron dos disparos. Hubo un grito y un tercer disparo.
Todos miraron y vieron a un chico con un suéter azul y unos pantalones hasta media pantorrilla tendido boca abajo en un charco de agua. Se le había salido un zapato, y Chanyeol se fijó en sus calcetines blancos de deporte. El consejo número 12 los recomendaba.
Chanyeol pasó por encima del cuerpo, sin buscar los orificios de las balas. Llegó el rumor de que el muchacho había muerto por ir demasiado despacio. Nada de ampollas ni calambres. Simplemente había bajado la velocidad más veces de las permitidas y le habían dado el pasaporte.
Chanyeol desconocía el nombre y el número del muchacho. Quizá era otro solitario como Yixing.
Llevaban ya más de cuarenta kilómetros de la Marcha. El paisaje era una sucesión de bosques y campos, interrumpida de vez en cuando por una casa aislada o un cruce de carreteras, donde grupos de personas les recibían con aplausos o gritos de ánimo pese a la llovizna.
Solo faltaban 19 kilómetros para Caribou, pero la noche caería antes de que llegaran. No hay descanso para los malvados, pensó Chanyeol, y la frase le resulto graciosa. Soltó una carcajada y Sehun le miro.
- ¿Te cansas?
-No –contestó Chanyeol-. Ya llevo cansado un buen rato. –miro a Sehun y añadió: ¿Quieres decir que tú no lo estás?
- Escucha, tú sigue así y yo jamás me agotaré. Pondremos nuestros pies en las estrellas y colgaremos de cabeza en la luna.
Sehun lanzó entonces un beso a Chanyeol con la mano y se alejó.
Chanyeol le siguió con la mirada sonrojado y con el corazón acelerado. No sabía que pensar de Sehun, acaso ¿era todo una jugarreta del muchacho?, ¿pensaba engañar a Chanyeol para que ambos obtuviesen la victoria?... pero ¿Por qué a él? Y no tenía sentido faltaba mucho para que solo ellos quedasen en competencia, si es que siquiera llegaban a ello, sacudió entonces la cabeza para despejarse de esos pensamientos y calmar su corazón.
A las cuatro menos cuarto el cielo se había despejado y apareció un arcoíris por el oeste, donde el sol lucía de nuevo bajo nubes de bordes dorados. Chanyeol inclinó la cabeza hacia adelante y siguió avanzando medio adormilado. Allá adelante, en alguna parte estaba Freeport; pero no llegaría ahí esa noche, ni mañana. Faltaban muchos pasos. Quedaba un largo camino. Y todavía tenía en la cabeza demasiadas preguntas y no suficientes respuestas.
- ¿Te acuerdas del tipo que se cayó y se lastimo cuando cruzamos un par de kilómetros atrás aquella línea de ferrocarril? –Preguntó Jongdae
-Sí era Luhan, ¿verdad?
-Sí. He oído que todavía sangra.
- ¿Cuánto queda para Caribou, maniaco? –preguntó una voz a Chanyeol.
Éste miró a su alrededor. Era Tao, que se había quitado el gorro para la lluvia y lo había guardado en el bolsillo de atrás de su pantalón.
- ¿Y cómo rayos voy a saberlo?
- Tú vives aquí, ¿no es cierto?
- Está a unos veintisiete kilómetros- intervino Sehun-. Y ahora ve a ocuparte de tus cosas, hombrecito.
Tao puso otra vez cara de disgusto y se alejó.
-Ese tipo me pone furioso –dijo Chanyeol.
-No dejes que te saque de tus casillas –contestó Sehun sonriéndole ligeramente-. Concéntrate solo en derrotarle caminando.
-Está bien entrenador.
Sehun le dio una palmada en el hombro.
-Muchacho – le dijo a Chanyeol-, vas a ganar a ese estúpido.
-Parece que hayamos estado caminando toda la vida-. Comentó Chanyeol y al momento noto la acogedora calidez que se hacía presente en el hombro que Sehun había palmeado.
-Sí.
Chanyeol se humedeció los labios al tiempo que Sehun bajaba la mirada atento a ellos.
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Course |Chanhun|
FanfictionEn una sociedad donde hay un control absoluto por un tirano al que todos conocen como el Comandante existe una vez al año una competencia donde 100 muchachos entre 15-19 años participan 99 mueren y uno vive Sin embargo ¿Que pasar...