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Yixing continuaba caminando sin compañía. Chanyeol no le había visto hablar con nadie. Se preguntó si Yixing estaría cansado o si era solitario por naturaleza. Seguía convencido de que Yixing abandonaría la competencia muy pronto, quizá incluso fuese el primero en ser eliminado, aunque no sabía muy bien por qué lo creía. Yixing se había despojado de su suéter verde y llevaba su último emparedado de jalea en la mano. No miraba a nadie y su rosto era una máscara, era como si su mente estuviese en otra parte; casi como alguien muy distraído.

Siguieron caminando.
La carretera se cruzaba con otra y varios policías detenían el tráfico de ésta mientras pasaban los Marchadores, saludaron a cada Marchador, y un par de competidores seguros de su impunidad, les dedicaron gestos burlones. A Chanyeol no le pareció correcto. Sonrió y asintió con la cabeza para saludar a los policías; después se preguntó si los agentes no pensarían que todos estaban locos.
Los coches hicieron sonar sus bocinas y, en ese instante una mujer comenzó a gritar el nombre de su hijo. La mujer había estacionado su automóvil junto a la carretera, evidentemente esperaba que apareciera el muchacho.
- ¡Minki! ¡Minki!

Era el número 31. El muchacho se sonrojó y lanzó a su madre un breve saludo con la mano. Después adelantó el paso con la cabeza inclinada hacia adelante; claramente apenado. La mujer intentó saltar a la carretera, pero uno de los vigilantes la agarró por el brazo y la detuvo. Seguidamente la carretera trazo una curva y el cruce con la otra carretera quedó fuera de la vista.
Dejaron atrás la señal de LIMESTONE 11 KM y, poco después, pasaron por una pancarta de bienvenida: "Limestone recibe con orgullo a los Marchadores". Chanyeol cálculo que debía de quedar menos de un kilómetro para batir el récord.

Entonces llegaron nuevos rumores, esta vez referidos a un muchacho llamado Wufan, el número 100. Wufan tenía un calambre y había recibido ya el primer aviso. Chanyeol camino con mayor velocidad hasta ponerse al nivel de Sehun y Kyungsoo.
- ¿Dónde está?
Kyungsoo señaló con el pulgar a un chico alto y larguirucho que vestía vaqueros. Wufan había decolorado su cabello y lo llevaba en un rubio brillante que reflejaba con el sol. Sus facciones blancas y suaves ahora presentaban unas arrugas de profunda concentración, y su mirada estaba fija en su pantorrilla derecha, a la que prestaba cuidados. Estaba perdiendo terreno, y su rostro lo reflejaba.
-¡Aviso! ¡Segundo Aviso, número 100!
Wufan empezó a forzar el ritmo para avanzar más rápido. Jadeaba ligeramente y a Chanyeol le parecía que eso era tanto por el esfuerzo como por el miedo que sentía. Chanyeol perdió la noción del tiempo y se olvidó de todo, salvo de Wufan. Le vio luchar y se dio cuenta, un tanto aturdido que aquella lucha podía ser la suya una hora después, o al día siguiente.
Era lo más impresionante que había visto nunca.
Wufan fue retrasándose lentamente y les señalaron varios avisos a otros Marchadores antes de que el grupo advirtiera que estaban acomodándose a la velocidad de Wufan, absortos por las dificultades de éste. Esto significaba que Wufan estaba cerca del límite.
-¡Aviso! ¡Tercer aviso, número 100!
- ¡Tengo un calambre!- gritó Wufan con voz ronca-. ¡No es justo si uno sufre un calambre!

Ahora estaba casi a la altura de Chanyeol, quien pudo apreciar que Wufan estaba aplicándose un masaje a la pantorrilla desesperadamente, y casi pudo oler el pánico que desprendía Wufan a oleadas. Chanyeol empezó a distanciarse de él, dejándole atrás y al cabo de un momento oyó exclamar al muchacho:

-¡Gracias a Dios! ¡Está relajándose!

Nadie dijo nada. Chanyeol sintió una mezcla de disgusto y rencor. Sabía que era un sentimiento mezquino y poco deportivo, pero deseaba estar seguro de que le daban el pasaporte a alguien antes que a él. ¿Quién quería ser el primero en hundirse?
El reloj de Chanyeol marcaba las 11.05. Cálculo que eso significaba que habían batido el récord, contando dos horas a 6,5 kilómetros por hora. Pronto estarían en Limestone. Vio que Kyungsoo volvía a flexionar las rodillas, primero una y luego la otra. Por pura curiosidad le imitó. Las articulaciones de las rodillas crujieron débilmente y Chanyeol se sorprendió al apreciar su rigidez. En cambio los pies seguían sin molestarle. Al menos eso iba bien.

Empezaban a sucederse los cruces de carreteras, y había más policías y gente animando a los competidores con gestos y toques de bocina. Algunos lanzaban confeti, y Chanyeol comenzó a sentirse importante. Al fin y al cabo era el Marchador "local" había nacido y vivido toda su vida en el estado.

De pronto, Wufan lanzó un grito. Chanyeol miró hacia atrás. Wufan estaba doblado, sosteniéndose la pierna con las manos y aullando de dolor. De algún modo increíblemente seguía caminando, para Chanyeol era como si Wufan volará separándose muy muy apenas del asfalto de la carretera, muy lentamente demasiado lento. Chanyeol volteó a ver a los demás Marchadores pero nadie parecía verle nada extraño a Wufan salvo el dolor que obviamente éste sentía. Probablemente todo fuese maquinado por su mente, al concentrarse tanto en lo que le pasaba a Wufan.
Todo pareció alentarse a un más entonces, como para igualar la velocidad en la que se movía Wufan. Los soldados situados en la parte trasera del vehículo oruga alzaron sus armas. La muchedumbre permaneció expectante, como si nadie supiese que sucedería a continuación. Los Marchadores se quedaron sin aliento, como si ellos tampoco supiesen. Y Chanyeol se quedó como los demás, sin embargo el sí sabía: todos lo sabían. Era muy sencillo a Wufan iban a darle el pasaporte.
Los seguros de las armas saltaron. Los Marchadores rápidamente se apartaron de Wufan, temerosos. De pronto el muchacho se encontró sólo en el asfalto bañado por el sol.
-¡No es justo!- Gritó Wufan - ¡No es justo!
Los Marchadores penetraron una zona arbolada que daba sombra, algunos de ellos mirando todavía hacía atrás y el resto al frente, temerosos de mirar. El grupo entero de espectadores estaba sumergido en un silencio absoluto.
-¡No es...!

Cuatro fusiles abrieron fuego con estrépito, a Chanyeol le pareció ver salir volando varios metros por el aire el cuerpo de Wufan y caer sobre la línea blanca del asfalto inerte y los soldados murmurar algo entre sí antes de regresar al vehículo oruga. Sin embargo no se lo pensó demasiado y continuó apresurando el paso hasta encontrarse de nuevo con Sehun y Kyungsoo.

Quedaban 99, pensó Chanyeol amargamente. 99 botellas de cerveza en el estante.

Yixing pasó a un lado del cuerpo caído uno de sus pies resbalo ligeramente en la sangre y la siguiente pisada dejó en el suelo una huella sangrienta, como de fotografía de portada de una historia de detectives. Yixing no miró siquiera el cuerpo de Wufan, ni cambio de expresión. Tu Yixing pequeño. Se suponía tu serías el primero en recibir el pasaporte pensó Chanyeol. Después apartó la mirada. No quería sentirse mal. No quería vomitar.

Siguieron caminando.

Course |Chanhun|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora