Un avión pasó sobre sus cabezas dejando tras de sí el zumbido de los motores y una fina línea blanca de tiza en el negro firmamento, con sus luces de posición de destellos amarillos y verdes. Baekhyun volvía a silbar, y Chanyeol dejó que los párpados se le cerraran casi por completo, es que ahora mismo con la mano de Sehun aun estrechada con la suya, se sentía muy relajado. Sus pies se movían por si solos.
Su mente adormilada empezó a desviarse de la realidad. Los pensamientos le ocurrían al azar. Recordó a su madre cantarle una canción de cuna coreana cuando él era muy pequeño, una canción sobre un pequeño barco y la búsqueda de un camino. Le hizo recordar el rostro de su madre mientras le cantaba, tan hermoso, él se había prometido amarla siempre.
Entonces la imagen cambio al rostro sonriente de su hermana Yoora cuando eran todavía muy pequeños, ambos cuidaban el pequeño hurón que alguna vez poseyó Chanyeol, de igual manera corrían y jugaban por el jardín trasero del hogar, poco tiempo después cuando el hurón murió. Chanyeol recordó encontrarse llorando en los brazos de su hermana aferrado a las mangas de su vestido ligero y mientras hundía el rostro en el pecho de ella haber jurado que siempre estaría para ella.
Yoora desapareció. Su rostro se convirtió en el de Choi Junmin, el chico de la casa de al lado. Él tenía cinco años y Junmin otros tantos, y la madre de Junmin les había sorprendido jugando a los doctores en el patio trasero de la casa de Junmin. Ambos tenían pajarito. Así era como le llamaban "pajarito". La madre de Junmin había llamado por teléfono a la suya, y ésta había acudido a llevárselo y le había hecho sentarse en su dormitorio, le había preguntado cómo se sentiría si ella, le hiciese salir a la calle desnudo. El cuerpo adormilado de Chanyeol se estremeció al revivir la humillación y la vergüenza ante tal idea. Había llorado y suplicado que no le obligara a pasear por la calle desnudo... y que no se lo dijera a su padre.
Un par de años después, Chanyeol le había dado a Choi Junmin un golpe en la boca con el cañón de su pistola de aire comprimido mientras jugaban, y necesito cuatro puntos de sutura en el labio superior. Él no había tenido la intención de golpear a Junmin en la boca había sido un accidente de eso estaba seguro. Sin embargo mientras Junmin se mudaba de casa el año posterior a aquel, Chanyeol sonreía tras la ventana de su habitación, ya no tendría que jugar más con Junmin escondidos al doctor, él no quería pasar humillaciones.
Entonces la imagen cambio de nuevo, se encontraba frente a la caseta de vigilancia despidiendo el automóvil en el cual su madre se retiraba, volteaba para encontrarse a solo unos pasos de él a Oh Sehun, este le sonreía de lado extendiendo ambos brazos a su alrededor, y, de repente estaba atardeciendo y el halo de luz rojiza acentuaba las facciones del muchacho frente a él. Dudo en dar el paso pero Sehun lo esperaba entonces...
-¡Aviso! ¡Aviso, número 61!Una mano apretó fuerte la suya antes de soltarla.
-Ese eres tú, muchacho. Aviva el paso y despierta.Era Sehun, que le sonreía.
-¿Qué hora es? –preguntó Chanyeol con voz adormilada.
-Las ocho y media.
-¡Pero si he estado...!
-... durmiendo durante horas –completó Sehun-. Ya conozco esa sensación.
-Desde luego, eso me ha parecido.
-Es tu mente, utilizando la puerta de escape. ¿No te gustaría hacer lo mismo con tus pies?
Chanyeol se puso a meditar acerca de los últimos instantes de su sueño, pensó que las decisiones y como afectaban a las personas, eran como estrellas en el firmamento. Cuanto más intentabas alejarte y escapar más aparecían frente a ti, pero cuando estabas dispuesto a enfrentarlas, todo debía ser claro y estas desaparecían.
Sin embargo ahora nada era claro para él, salvo que estaba sintiendo cosas de verdad por Oh Sehun, y eso le aterraba. ¡Dios mío, pero que locura! Involucrar tus sentimientos ahora mismo Chanyeol! Se reclamó. Totalmente idiota pensó mientras ambos se jugaban la vida en esta carretera, él todavía tenía que lidiar con sentimentalismos. Claro aún en una minúscula oportunidad ambos podrían ganar, pero, el no conocía los verdaderos sentimientos de Sehun, además necesitaría estar a solas con él para poder aclarar las cosas. Por un instante deseo con todas sus fuerzas haber conocido al muchacho en otras circunstancias.
-¡Aviso! ¡Aviso, número 61! ¡Segundo aviso, número 61!
Chanyeol estaba tan concentrado que tardó unos instantes en advertir que se trataba de él. Era el segundo aviso que recibía en menos de diez minutos, y comenzó a sentir miedo de nuevo. Pensó en aquel chico sin nombre que había muerto por bajar de velocidad una vez más de las permitidas. ¿Era eso lo que estaba sucediéndole a él?
Miro alrededor. Sehun, Junmyeon, Baekhyun, Jongdae y Kyungsoo le observaban con atención. Kyungsoo tenía una extraña mirada de satisfacción. Chanyeol podía apreciar su atenta expresión pese a la oscuridad. Kyungsoo había dejado fuera a seis Marchadores, y deseaba que Chanyeol fuese el siguiente. Deseaba verle morir.
-¿Tengo monos en la cara, o qué?- le espetó Chanyeol con tono irritado.-No –respondió Kyungsoo, apartando la vista de el-. Claro que no.
Chanyeol caminaba ahora con determinación, balanceando los brazos vigorosamente. Eran las nueve menos veinte. A las once menos veinte, unos trece kilómetros más allá, volvería a estar libre de avisos. Sintió el histérico impulso de proclamar que podía hacerlo, que no era necesario esparcir rumores de él, que no iban a darle el pasaporte...al menos no de momento.
La carretera se inclinó suavemente tras una curva y apareció a lo lejos un rótulo amarillo de tráfico. Llegaron rumores sobre lo que decía pero, antes de que alcanzara a Chanyeol, éste consiguió leerlo con sus propios ojos: PENDIENTE AGUDA-CALZADA LATERAL PARA CAMIONES.
Hubo gemidos y gruñidos. Desde la cabeza del grupo, Tao proclamó con voz alegre:
-¡Vamos allá, colegas! ¿Quién quiere hacer una carrera conmigo hasta la cima?
-¡Cállate, idiota! –respondió una voz baja.
-¡Dímelo a la cara, imbécil! –Gritó Tao-. ¡Ven aquí y dímelo a la cara!
-Se está volviendo loco –murmuro Baekhyun.
-No –respondió Sehun-.Sólo está desentumiéndose. Los tipos duros como él tienen una resistencia increíble.
La voz de Kyungsoo llegó hasta ellos, sorda y apagada.
-No creo que pueda subir esa colina. A seis kilómetros y medio por hora no lo conseguiré.
La colina se alzaba ahora ante ellos. Casi habían llegado a la base y, con la niebla, era imposible divisar la cumbre. Por lo que sabían, pensó Chanyeol, la subida podía ser eterna.Sin pensarlo apoyo una mano en el hombro de Sehun, sin fijarse o buscar una respuesta. Éste sonrió por lo bajo.
Iniciaron la ascensión.
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Course |Chanhun|
FanfictionEn una sociedad donde hay un control absoluto por un tirano al que todos conocen como el Comandante existe una vez al año una competencia donde 100 muchachos entre 15-19 años participan 99 mueren y uno vive Sin embargo ¿Que pasar...