Amando al profesor sarcástico

Capítulo 40 : Una nueva pista

- Claro que sí, ahora vivirás en mi casa junto con Remus y te cuidaremos muy bien- Aseguró Sirius abrazándolo con más fuerza, transmitiéndole a Harry todo su amor y cariño.
- ¿Qué tal si nos vamos a casa?- Le revolvió el pelo.
- Por mi ,podemos irnos de este lugar de idiotas tarados - comenta Harry con un tono que a Sirius le recordo mucho a su mejor amigo

- Perfecto, ¿venís chicos ? Así puedo hacer que las protecciones permitan vuestro paso. Además, hoy no tenéis clases.

-Siii hoy tenemos dia libre -dice animado Ron

- Exacto, así que, ¿qué decís? ¿Venís todos?

- De acuerdo y esto hay que celebrarlo con un buen vaso de whiksy de fuego -dicen Lupin y Snape sonriendo

- ¿Y nosotos qué?- Se cruzaron de brazos Hermione, Ron y Harry al mismo tiempo.

-Cerveza de mantequilla -dicen los tres adultos

- Jooo, nosotros también queríamos Whisky de fuego- Refunfuñaron.

-No es una bebida para niños , es muy fuerte

- Eso lo podemos averiguar por nuestra cuenta, ¿no creéis?- Volvieron a decir obstinados.

- De acuerdo , lo veremos

- Genial, pues vamos, ¿a qué esperamos?- Sonrieron los más jóvenes, pero sobre todo Harry.

- De acuerdo , pero si luego os lloran los ojos por el picor , os ayudaremos a mejorar -dice Sirius sonriendo

- ¿Llorarnos los ojos? ¿Puede provocar eso?

- Un poco si , sobre todo a novatos

- No sabíamos de esos efectos, pero por probar que no quede

-Pues hecho , allá vamos

- Primero vamos a mi casa, ¿no?- Rió Sirius.

- A eso me refiero

- Perdón, la emoción del momento, ¿sabéis donde se encuentra mi casa?- Preguntó a Remus y a Severus- Bueno, tú ya se que lo sabes, Rem.

- Si lo sé , mejor que vayamos ya

- De acuerdo, pues nos vamos a desaparecer, cada uno cogeremos uno de nosotros cogeremos a Ron, Hermione o Harry y nos desapareceremos con ellos.

-Yo me pido a mi cachorro -dice Sirius mirando con protección a Harry y serio a Snape , ¿ te parece bien verdad ?

- Claro- Asintió Severus- Nos veremos en nada, mi pequeño- Le beso la frente, al percatarse de que nadie salvo sus amigos y familia los veían.