Capítulo 5: Movimiento

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-¡Todos arriba, es hora de irnos! -pasaba Claire por los pasillos del motel golpeando cada puerta, ella sabía que debían moverse lo más pronto posible.

-Vaya, veo que tienes la sutileza de un tanque de guerra -decía Carlos frotándose los ojos.

Pasaron solo algunos minutos hasta que todos estuvieran listos y arriba de los camiones y dando Claire la señal, avanzaron. La mayoría de las veces viajaban uno o dos días sin parar, pero ahora había pasado ya una semana. Una semana desde lo ocurrido con Alice, después de haber escapado se mantuvieron sin rumbo fijo. Todos estaban ya muy cansados y su líder lo sabía.

-Vamos a descansar está noche, cambio -dijo en voz alta a través de su radio para que todos lo supieran.

-Ya te habías tardado, un par de horas más y juro que se me cae el trasero. Cambio-respondía Carlos.

-Carlos, ¿a quién engañas?, si tú nunca has tenido trasero jajajaja. Cambio -no podía faltar el chiste de Otto, que gracias a la tragedia de Raccon City se había convertido en el hermano que Carlos había perdido esa noche.

-Basta chicos, que después se ponen pesados y nadie puede callarlos, además no queremos oír nada acerca de sus traseros. Cambio

Alice se encontraba sentada al fondo del autobús observando con mucha atención a Redfield que bromeaba con Carlos y Otto. Sin querer se le escapo una ligera sonrisa de los labios, pero la disimuló rápidamente agachando la mirada.

Unos kilómetros mas adelante encontraron el lugar perfecto para descansar, eran unos graneros viejos y olvidados que apenas podían ser percibidos ya que la hierba y los árboles los cubrían.

-A su derecha chicos, ¿pueden ver los graneros?. Cambio

-Copiado Claire, ahora hazte a un lado y dejamos a Otto y a mi hacer el trabajo de hombres. Cambio

-Carlos no seas egocéntrico, que la última vez que debimos parar para descansar y ambos hicieron la revisión del lugar casi mueren ¿y quién tuvo que rescatarlos?. K-mart y yo JAJAJA. Cambió -la risa de Claire y los pasajeros de los autobuses no tardaron en escucharse

-Basta, nos haces quedar mal a Carlos y a mi, pero en fin así me agradas. Cambio

Una vez revisado el perímetro estacionaron los autobuses y los cubrieron con ramas para prevenir posibles sorpresas ya sea de los carroñeros o de Umbrella. Carlos se encargo de instalar los sensores de movimiento a los alrededores para poder estar más tranquilos.

Eran cerca de las 6 de la tarde, todos habían entrado para descansar, se recostaron y durmieron, un sueño pesado los acogía, pero las chicas prefirieron quedarse vigilando la zona cerca de los vehículos. Pasadas las 8 Claire se acercó a Alice

-La noche es linda, ¿no es cierto? -dijo mientras aclaraba su voz

-Con tanto silencio podría jurar que es una noche como las de antes -dando un suspiro de nostalgía Alice alejó algunos recuerdos y se dirigió a la pelirroja -Había olvidado como era el cielo, ¿puedes creerlo?.

-Hay tantas cosas en que pensar; formas de sobrevivir o escapar de Umbrella que olvidas por completo lo que hay sobre tu cabeza. ¿Puedo recostarme a tu lado?

Alice sentía como la sangre subía hasta su cabeza, la rubia movio uno de sus brazos que estaba estirado sobre el césped, para que la otra chica pudiera recostarse a su lado.

Habían estado recostadas en el suelo sin hablar unos quince minutos por lo que Claire había dormitado, por fin, Alice decidió hacer el primer movimiento, girando ligeramente para quedar acostada sobre su costado izquierdo. Observaba detenidamente cada parte de su rostro, aquella mujer la ponia nerviosa cada vez que se le acercaba. La blusa de Claire estaba un poco mas arriba de la línea de su ombligo, y eso dejaba a la rubia ver perfectamente la herida de bala que tenia por haberla salvado.

Claire y AliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora