Besos

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Disclaimer: Desde las profundidades siniestras de nuestra mente, hemos creado esta historia uniendo a las familias Potter-Malfoy, desafiando los estándares de la sociedad mágica. Claro, los personajes le pertenecen a J.K. Rowling. Este fic pertenece a la "Celebración Viñetas Variadas" del Scorilyfest de grupo Lily & Scorpius: love like ours never dies en Facebook.    

*º*º*º

Y después de varias semanas su vida se había vuelto apacible, divertida y alucinante, básicamente un coctel fuerte pero dulce. Lily aún estaba en Egipto disfrutando de esa nueva faceta, ella conoció a Scorpius de muchas formas en el pasado y ahora volver a ser su novia cobraba otro significado y era totalmente diferente, porque no eran más unos niños, no estaban encerrados en un colegio y porque los ojos del mundo no estaban sobre ellos, aquí no eran famosos, sólo eran dos personas tan comunes como el resto, sobresaliendo por sus propios méritos.

Lily deslizó sus manos por los brazos de Scorpius, hasta llegar a su espalda donde clavó sus uñas mientras se estremecía en respuesta a la sensación de su cuerpo apretándola contra la pared, sus piernas enredadas alrededor de las caderas de él le impedían caer y la mantenían en el límite de la locura con cada embestida profunda que la hacía arquearse, las sensaciones cálidas y ardientes comenzaron a extenderse por su vientre.

—Déjate ir... —murmuró jadeante, escondiendo su rostro en la carne sensible de su cuello.

Lily Luna cerró sus ojos y se perdió en el torbellino de placer mientras él seguía poseyéndola con intensidad hasta que su liberación lo alcanzó segundos después.

Se quedaron quietos con su piel húmeda siendo acariciada por la brisa que entraba por la ventana, haciendo danzar sus cortinas. Sus respiraciones se fueron calmando, Lily jugaba con los mechones de su nuca, movió su nariz por la cara de él, topándose con la barrera de su barba, se había ido acostumbrando a ella, aunque le causará un poco de irritación.

—Voy a tomar más guardias si eso te hace extrañarme así.

—No te atrevas —gruñó buscando su boca sedosa, besándola de forma posesiva, embriagándola hasta hacer que su cabeza le diera vueltas y su cuerpo temblara.

—Vamos, bájame ya —pidió con una sonrisa cómplice.

Él la dejó pararse sobre sus pies, mientras le robaba otro par de besos. No se cansaba de esos labios ni de su sabor. Avanzaron por la casa entre risas hasta llegar a la ducha que compartieron.

—¿Quieres comer fuera? ¿Ir a bailar? ¿O ir a algún lugar? —preguntó mientras se ponía unos pantalones.

—Sólo quiero recostarme.

—Más bien acurrucarte contra mi.

—Claro que no, aunque si tienes quejas...

—Por supuesto que no —comentó abrazándola por detrás besando su mejilla—, podemos salir cualquier otro día.

—Tienes que parar de darme flores, la casa esta llena ya.

—Aún no termino de darte todas las que mereces, llevo años retrasado con esto.

Lilu negó con su cabeza y se giró. —Entonces sólo cómprame un campo.

—Si es lo que quieres...

—No, no... me basta con estás y tu compañía —dijo pasando sus manos por su costado, recargando su cara en su torso al lado de su corazón. Sintiéndose agradecida por poder compartir este momento con él, tenía estabilidad, pero estar con él no era aburrido ni agobiante de ninguna forma.

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