Capítulo 1.

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**Editando historia por errores ortográficos, de redacción, etc.**

Miiko me llamó a la sala del Cristal ¡Ojalá sea una misión! desde que terminamos el asunto de la Hamadríade loca, por lo menos para mí todo estaba muy tranquilo. Aunque el hedor de sus ramas quemandose aun me mareaba, sobrellevaba el tema.

Y sus alaridos desesperados al quemarse viva... me dan largos escalofríos.

Sacudí mi cabeza, no hay que pensar en cosas malas, Gardienne tienes que ser fuerte, Eldarya es así al fin y al cabo. Enseguida me quise enfocar en algo bueno, y de inmediato vino el recuerdo de Ezarel abrazándome para protegerme. Sin duda esa sensación lograba traerme paz.

Ya en el pasillo vi a Ykhar pasar a la velocidad de la luz, mientras me deseaba buenos días, ni me dio tiempo de devolverle el saludo.

Entré a la sala del Cristal, allí estaba Miiko con un montón de papeles, despeinada, parecía estresada.

- Miiko, ¿Me llamaste?

- Sí, espera un momento...- siguió revolviendo papeles, escribiendo a velocidad increíble. Después de esperar paciente, Miiko me dirigió su mirada.

- Te necesito para una misión- dijo al fin, intenté contener mi alegría, y fingir un poco de serenidad.

- ¿De qué trata?- después de hacerme esperar un minuto más, prosiguió.

- Necesito que recolectes algunos objetos- oh genial, otra vez de aquí a allá buscando y regateando, nadie piensa en mi Maaná. Miiko tomó un respiro mientras se frotaba las sienes, me miró y pareció percatarse de algo -En fin, son de importancia, ve- me ha tendido la lista, la tomé y salí de la sala no sin antes decir:

- De acuerdo, cuenta conmigo.

Al salir casi me choco con Valkyon, llevaba unas grandes cajas.

- Oh, Gardienne, disculpa, no te vi- dijo con su tono neutral de siempre. A veces aún sin las cajas también me pasa por encima.

- No te preocupes, ¿Necesitas que te ayude?

- No, gracias- respondió y siguió su camino.

Miré la lista. "Importantes" estos eran objetos que podría conseguir fácil en el mercado, creo que hasta podría hablar con las chicas de las otras guardias, a ver si no dejan seca de Maaná. Ahora que me doy cuenta ¿Soy yo, o a mi me dejan las "misiones" donde tengo que gastar mi Maaná?

Seguí caminando pensando en aquello, un poco antes de salir del cuartel, vi a Ezarel entrar con una caja donde se oían saltar recipientes. De amargura a amplia felicidad cambió su rostro al verme.

Le vi cara de que era la hora del bullying.

- ¿Qué tal?- me saludó confianzudo. Luego sus ojos mostraron una pizca de preocupación -Estás pálida como un fantasma.

- ¿Eh?- inconscientemente me toqué la cara, no notaba nada anormal en mí. Él pasó a tomar la caja con un brazo y posó su mano libre en mi frente.

-Estás más fría que el corazón de Miiko ¿Estás bien?- después de ese comentario, contuve una risita. Él sonrió -A ver, deja, yo te curo la palidez ahora-.

- ¿Ah, sí? ¿Cómo?- pregunté un poco desafiante. Ya me estaba sintiendo de buen humor. De repente clavó su mirada en mí, de una forma extraña que me puso un tanto nerviosa.

- Eres muy linda...- dijo con cierta suavidad, al instante se me erizó la piel, y sentí mis mejillas arder, no lo había visto venir. Su rostro empezó a moldear esa sonrisa burlona y estalló:

- ¡Ya se te fue la palidez!- se rió de mi.

- ¡Ezarel!- refunfuñé. Se limpió un par de lágrimas.

- Gracias por alegrarme el día, querida- siguió su camino mientras continuando sus carcajadas. Ese estúpido, como lo amodio.

Al fin salí al mercado, y fui con las chicas que estaban vendiendo lo que sus familiares encontraban. Iba pasando viendo algunas ofertas y otras... ¿una regadera a 500 Maaná? esas transacciones ilícitas...

Al final conseguí los "importantes" objetos a precio barato. En el camino de vuelta al cuartel me crucé con Alajéa y Firef--Chrome. Vaya combinación, él no lucía muy feliz, y ella, bueno, ella siempre está positiva, aunque haya algo que nunca me cierra. Ambos traían bolsas llenas de anda a saber qué. El día de hoy me encontré a casi todos ocupados llevando algo ¿Qué pasará?

- Hey, ¿Qué traen ahí?- pregunté al acercarme a ellos.

- ¡Hola Gardienne! Solo algunos pedidos de Miiko- contestó Alajéa, Chrome solo balbuceó por los bajos - ¿Y tú?

- Lo mismo, oigan, ¿Qué sucede hoy que todos lucen ocupados?- pregunté finalmente. Ellos dos se miraron.

- ¿¿En serio?? No sééé...- respondió Alajéa, aunque sin poder mentir bien.

¿Qué anda pasando?

Entrando en su corazón. (Ezarel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora