Capítulo 7.

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Cuando desperté ya era de noche, estaba Eweleïn cabeceando mientras se quedaba dormida. Estaba en la enfermería, me levanté lentamente de mi cama, corriendo las frazadas.

- Mhm ¿Uh?- despertó Eweleïn, todavía con la resaca del sueño. La saludé despacio con la mano.- Te despertaste - se levantó, recitando un idioma extraño se prendieron las luces.

- ¿Qué pasó?- pregunté un poco confusa.

- Parece que te pasaste con la poción de amor- dijo indicándome que me sentara, mientras buscaba en los cajones sus instrumentos. Se acercó y primero me corroboró la fiebre.

- Mhm, ¡Eureka! parece que el antídoto de Ezarel funcionó- ah cierto, el antídoto. Tomé la poción entera de un trago y luego me sentí acalorada. Tenía una sensación extraña en el vientre, básicamente, una gran excitación... tan solo recordarlo me sonroja.

- Me acuerdo que me tomé la poción entera, pero creo que no debía... Luego de sentirme ehh- intenté evadir ese detalle, y ella me miró con mala cara.

- Soy tu médico, y tienes que decirme todo sobre como te sentiste, incluso si es vergonzoso- decidí confiar en ella, nunca me falló.

- Me sentí excitada... pero a gran medida y luego no recuerdo nada más- contesté finalmente y sentí mi cara entera arder como el infierno. Ella pareció percatarse de algo.

- No te preocupes, fue todo efecto de la poción. Tranquila no diré nada a nadie- que me dijera eso me tranquilizó de algún modo. Luego me hizo unos exámenes, y muchas preguntas mientras anotaba.

- ¿Dormí mucho?- pregunté por curiosidad, la última vez estuve mucho tiempo.

- Oh no, solo desde que te desmayaste ha pasado unas diez u once horas.- se levantó con cierto ademán de dejar la habitación.

- ¿A dónde te diriges?

- Voy a avisar a Ezarel, estaba muy preocupado- me respondió antes de irse. Rayos ¿Cómo voy a mirarle a la cara ahora?

Después de un rato llegó, traía unas ojerotas.

- Gardienne, ¿Cómo te encuentras?- se sentó junto a mí de inmediato.

- Estoy bien, ¿Qué tal tú? pareces cansado.

- Estuve haciendo más del antídoto, parece que funcionó, pero tuve que dártelo todo.

- ¿Qué sucedió? Solo recuerdo que estaba muy acalorada y mareada- le pregunté, él se masajeó el lado izquierdo del cuello, lucía incómodo.

- Nada, solo te quedaste inconsciente- no sonaba muy convencido. De igual forma la charla se interrumpió, entró Ykhar, en pijamas, y corrió hacia mí.

- ¡Gardienne! ¿Cómo te encuentras? ¡Me preocupe mucho! ¡Pensé que ibas a dormir por días!- intervino entre mí y Ezarel, dejándolo de lado.

- Ya estoy bien, todavía con sueño- le sonreí, ella siempre se preocupa por mí, la adoro ♡.

- De cualquier forma ya puedo dormir más tranquila. Será mejor que descanses- se dio media vuelta y miró con feos ojos a Ezarel - Así que ya puedes irte yendo, yo la acompañaré a su habitación - él le blanqueó los ojos antes de levantarse de la silla y retirarse. No pude evitar reírme de la situación. Me levanté de la cama y caminé junto a ella por el pasillo.

- Ykhar... ¿Es verdad que solo me quedé inconsciente?- le pregunté, pasando tiempo con Ezarel se me contagió la intuición. Ella notablemente se sonrojó, y se puso nerviosa.

- Eh, si, creo que sí, no sé-.

- ¿Acaso Ezarel no hizo un informe de los resultados?

- Sisisisisisi, te quedaste inconsciente y con mucha fiebre, eso nada más- dijo todavía nerviosa, llegamos a mi habitación, me acompañó hasta la cama, se aseguró que estuviera bien tapada - Bien, descansa, cualquier cosa llama a mi habitación- y se retiró luego de decirme eso.

Dormí profundamente.

Me desperté sin recordar si soñé o no. Miré a la ventana, era muy temprano parecía. Pero me sentía enérgica, así que salí, y me dirigí a la sala del cristal para pedirle algo que hacer a Miiko, aunque tal vez debería ir a cocinar, pero me da mucho miedo Karuto. Cuando estaba llegando a la puerta escuché unas voces:

-¿...tengo que ser yo?- era Ezarel el que cuestionó

- Desde el principio fuiste tú quien insistió en no llevarla, así que hazte cargo- dijo solemne Miiko. ¿Qué quiso decir con eso? ¿Es lo que imagino? Le escuché refunfunear por los bajos, y los pasos empezaron a acercarse. Me hice la más casual que pude.

- Ah, buenos días- saludé, estaban los tres líderes de las guardias, junto con Miiko y Kero.

- Buenos días Gardienne, madrugaste el día de hoy ¿Te sientes mejor?- me saludó Valkyon.

- Sí, estoy como nueva- dije poniendo una gran sonrisa, mientras elongaba.

- Me alegro que te encuentres bien- me dijo Nevra mientras me envolvía con uno de sus brazos.

Ezarel nos ha mirado brevemente.

- Tengo que hacer los... antídotos- dijo con una mueca antes de irse.

Después insistir muchísimo a Miiko que me diera una tarea, no conseguí nada, dijo que descansara por si acaso, que tendría el día libre por hoy.

Pero eso me aburría mucho, todos estaban ocupados con sus labores, me pasé casi todo el día hablando con los Purrekos en la plaza del mercado. Ellos me contaban como fueron los festivales anteriores. El festival parece que es cada cierta cantidad de tiempo indefinida, pero todos superan el cada cinco años. Eran dos semanas de festejo, el primer día, la gran inauguración, se hacía un desfile y una reunión en la plaza del mercado, donde habrían músicos y bailes, fiesta loca y cerveza. Cada vez que me contaban algo nuevo, quería que ya empezara, pero luego recordaba la otra parte, y no sabía que pensar.

Los días pasaron, me reconcilié con Karuto, ya extrañaba sus gritos, aunque seguía igual de duro cuando le proponía nuevas recetas. No conseguí cruzarme seguido con Ezarel, apenas le alcanzaba a saludar, me evadía evidentemente. Los días se me hacían eternos, tampoco hablé mucho con Ykhar, a penas terminaba de cocinar me iba a dormir agotada, y a penas me levantaba me iba a la cocina.

A fin de cuentas, la víspera del festival llegó, pero yo seguía igual de confundida, no sabía si estar feliz o deprimida.

- Karuto...- pensé en buscar un poco de consuelo en sus secas palabras. Estabamos acomodando la comida en bandejas, mientras cocinábamos el cerdo descapotado.

- ¿Qué quieres? ¿Otra vez esa cara?- respondió duro como siempre -¿Qué te pasa ahora?-.

- Yo... estoy muy emocionada por el festival, mañana empezará, pero sabes que la razón de fondo es la que me angustia- le expliqué, él ya sabía, su rostro adquirió cierta pesadez de culpa.

- Sí ¿Entonces?-.

- Estoy muy nerviosa, no sé que hacer cuando suceda el festival, si disfrutar o estar a la expectativa, no sé como sentirme- la voz se me empezó a entrecortar, no sé si de rabia o tristeza.

- Escucha niña, tú no me vas a dejar manejar la comida y la cocina solo. Así que presta atención- se acercó a mí para tomarme de la oreja- no te estreses antes de tiempo, vas a arruinar todo. Preocúpate cuando sea el momento, antes de ello, olvídate de todo- me tironeó un poco y se me escapó una lágrimita. No me había dado cuenta que ahora eramos más cercanos, estaba adoloridamente feliz- ¿Has entendido?-.

- Sí señor- me soltó y volvió a seguir con lo suyo. Ese consejo funcionó mejor de lo que esperaba, ya puedo estar ansiosa en paz. Luego me di cuenta que le había dicho indirectamente que iba a intentar colarme en el portal. -Eh...-.

- Yo no escuché nada-.

- Te quiero Karuto <3-

Entrando en su corazón. (Ezarel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora