Capítulo 10.

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Ezarel palideció, enrojeció y palideció, parecía un semáforo. Ahora que sabía que estaba medio consiente seguro no sabía como reaccionar. En realidad, ninguno de los presentes sabían como reaccionar, ni yo.

- Gardienne...- empezó Miiko, aunque ni ella sabía que decir. Me acerqué despacio.

- ¿Por qué?- Ykhar se dirigió hacia mí para abrazarme.

- Perdón...- dijo débil. Kero intervino desde el otro lado.

- Pensamos qué tal vez... el paso del tiempo...- lo acallé poniendo mi dedo índice en mis labios, aquellas palabras me aturdían.

- No, deja, no quiero saber eso. Pero igual tenía que volver, es algo que debía hacer.

- Yo entiendo todo esto, pero esta es una misión importante y debemos continuar lo más pronto posible- dijo Nevra preocupado, las orejas de Miiko se veían caídas, parecía tener un debate interno.

- Ve en mi lugar Gardienne- dijo Ykhar, mirándome al fin.

- ¿Eh?

- Mi trabajo en la misión es mantenerme cerca del portal, creo que podrías ser más útil que yo en otros ámbitos- continuó explicándose.

- Creo que de un cierto modo, tiene razón- le dio pie Miiko.

- Gardienne no se encuentra en las condiciones para llevar a cabo una misión tan importante- espetó Ezarel inmediatamente, y aunque doliera, era verdad... Reafirmando su liderazgo de un golpe con su bastón, habló Miiko.

- Gardienne irá a la misión y si la llega a estropear, se quedara el resto de su vida en la celda- tragué saliva, la jaula, fea, chica y mala. Ezarel me miró más aturdido aún.

- Acepto la condición, no fallaré- dije lo más firme que pude. Ykhar me entregó su mochila y fui junto a los chicos, él no me quiso mirar, lucía desorbitado.

Todavía con esa atmósfera extraña, nos saludaron con su más grande sonrisa, deseándonos suerte.

Y entramos.

Aparecimos en el medio de un bosque, de pinos, pinos de la tierra, con piñas caídas al suelo, jamás pensé que estaría tan emocionada de ver una insignifiquez como lo era aquel árbol, fue tan nostálgico, como si su aroma dijera "bienvenida a casa". Valkyon pareció darse cuenta, pues me dio un manotazo suave pero firme en la espalda, que me re acomodó todo lo que se estaba debilitando en mí.

- ¿Tienen idea en dónde estamos?- pregunté.

- Ni la más remota idea- contestó Ezarel cortante pero elocuente. Parece que con él voy a vivir el "Ambos sabemos lo que hicimos, pero lo evadiremos".

- ¿Entonces qué procede?

- Según los detalles de la planificación, primero debemos encontrarnos con los faéricos que aún habitan en el mundo "humano". Luego seguiremos con el resto.

- O sea... ¿Vamos a ver hadas y duendes?- pregunté media boba.

- Y otras más, aunque algunas no sean muy agradables...- aportó Valkyon.

- ¿No son muy agradables? ¿A qué te refieres?- seguí curiosa.

- Digamos qué... mundos distintos, distintas culturas...

- No te contengas, son unos marranos- aclaró Ezarel resoplando.

- ¿Unos marranos?- reiteré.

- Sí, me alegro que no fueran exiliados junto a las demás especies, no tengo ganas de convivir junto a alguno en la guardia de Eel.

- ¿Tan malos son?- desconcertada miré a Valkyon, él asintió silencioso.

Eza sacó de su mochila unos envases con anotaciones a los costados. -Parece que seré el único que necesitará de esto- se dijo, y lo bebió. Vi algo alucinante, como sus orejas se encogían dejando un muy leve rastro de su puntez; y como su pelo azul empezaba a oscurecer hasta volverse negro.- Robamos tu ropa humana, está en la mochila- continuó naturalmente - Será mejor que nos cambiemos antes que nos encontremos con humanos.

- Yo me quedaré cuidando la zona del portal- dijo enseguida Valkyon. ¿En serio? con Ezarel nos miramos, incómodos, con cierta tensión.

- Me iré por aquel lado del bosque-dije dirigiéndome al lugar. Una vez más o menos lejos y oculta entre unos arbustos busqué mi ropa humana en la mochila.

Empecé a quitarme la ropa, teniendo un mal presentimiento (después de tantos libros donde en estas situaciones de desnudo con poca privacidad siempre sucede algo) aceleré cuidadosa para terminar rápidamente el proceso.

Unos ruidos de ramas se escucharon, (sabía que algo tenía que pasar, siempre me pasa algo).

- ¿Ezarel? ¿Valkyon? Todavía no termino- dije al aire, una vez conseguí desatarme el complejísimo top típico Eldaryano (no sé porqué tanta complicación con su indumentaria) agarré rápida (como si me lo fueran a robar) mi vestido rosado, en cuanto lo aferré a mí con seguridad, sentí un tirón.

- Andaaaa guapa, ¿Por qué tanto apuro?- se me heló la sangre, miré hacia abajo robótica. Un anciano, barbudo, con una sonrisa de pervertido me observaba, así tal cual me lo imaginaba cuando me contaban cuentos en la escuela.

Allí había un duende.

Grité lo más fuerte que pude.





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este me quedó cortito pero bueno, así es la vida(?).

pronto viene más bardo 6w6.

Entrando en su corazón. (Ezarel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora