Parte 34~

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Me quedé hablando con Matt hasta tarde. Nunca había hablado por tantas horas con él. Me gusta la noche, porque ambos podemos conectarnos sin problemas hasta la hora que queramos.

Matt me dijo que se iba.

Miré la hora y ya iban a ser casi las 6:00 AM.

Me levanté despacio, sin hacer ruido.

Tenía hambre. Eso provoca el insomnio y los nervios.

Así que, lentamente abrí la puerta de mi habitación y un leve crujido se hizo presente al abrir la puerta.

Mierda. Mis padres me descubrían y estaba en peligro de extinción, no tendría hijos con Matt, no podría casarme con él y ya no viviría obviamente.

Bueno, mejor me dejo de exageraciones.

Como tenía mi típico vestido que me llegaba hasta las rodillas me era fácil caminar.

Encendí la luz del baño, ni loca iba a ir a la cocina en plena oscuridad.

Caminé en puntitas de pie y al pasar al lado de la habitación de mis padres, mordí mi labio con fuerza.

Al llegar a la cocina, vi un paquete de galletas sobre la mesa.

Bueno, esa era una misión de sumo cuidado. Era... perder mi vida al ser descubierta por mis padres, o morir de hambre.

Tomé el paquete con cuidado y ese ruidito a plástico se hizo presente. Intenté agarrarlo sin que hiciera ruido. Era inútil.

Lo dejé sobre la mesa y saqué un cuchillo de esos de mi padre. Por lo menos le daría utilidad a esos cuchillos, porque mi padre los colecciona a casi todos.

Lentamente, abrí el paquete con el cuchillo. En esos momentos deseo tener las uñas largas. Lamentablemente, me las como cuando estoy nerviosa.

Abrí el paquete y fui corriendo en putitas de pie, sin hacer ruido, hasta mi habitación, apagué la luz del baño, y cerré la puerta despacio.

Dejé el paquete sobre el escritorio y miré a mis hermanos, los cuales dormían como si no hubiera un mañana.

Comencé a comer, intentando no hacer ruido con el maldito paquete.

Comí hasta que me sentí llena. Misión cumplida.

Luego de terminar de comer, me acosté y quedé dormida.

AL OTRO DÍA...

Me desperté y creo que fue porque estaba consciente de que tenía tarea de Cs. Sociales.

Me levanté rápido y miré la hora.

Eran como... las 11:30 por ahí.

Agarré mis cosas y rápidamente hice la tarea de Cs. Sociales.

Al terminar de hacerla, creo que fui a hablar con mi Matt por un rato.

Luego, almorcé con mis padres y hermanos.

-¿Hoy te entregan el exámen de Lengua? -preguntó mi padre.

Yo escuché apenas un murmullo. El sueño me estaba matando.

-Soledad, te estoy hablando. -dijo mi padre.

Ahí, me sacó de mis pensamientos.

-¿Qué pasa? -pregunté.

-Te acabo de preguntar si hoy te entregan el exámen de Lengua. -dijo él.

-Si no me lo entregan hoy; me lo entregan mañana. -dije.

-¿Dormiste bien? -preguntó mi mamá.

-No. Andrés me vino a visitar como todos los meses y dormí mal. -dije.

Sí, esa era una verdad, pero la otra verdad era que estaba nerviosa por el exámen y me había quedado hasta tarde hablando con Matt.

-¿Pusiste las pastillas en tu mochila? -preguntó mi madre.

Negué. No me importaba el dolor. Ya estaba acostumbrada.

-No y no me importa. -dije.

-Uh, qué mal humor, Lolín. -dijo mi hermana.

Sí, suelo estar de mal humor casi siempre, pero hoy era extremo mi nivel de mal humor y mi bipolaridad ni les cuento.

-Si te callas, mejor. -le dije a mi hermana.

Me preparé para ir a la Escuela y me fijé si todo estaba en orden.

Puse las pastillas -por las dudas- y salí corriendo con mi mochila hasta el auto.

No sé, yo tan sólo recuerdo poco de la charla en el auto. Estaba en el mundo de "TENGO SUEÑO, CARAJO".

-Uy, llegamos 5 minutos tarde, Lolín. -dijo mi padre.

Yo creo que mis nervios y palidez se hicieron notorios.

-¡¿QUÉ?! -grité.

Yo, odio ser impuntual. Suelo llegar siempre 10 minutos antes de que sean las 13:00 hs.

-Era mentira. -dijo mi padre y soltó una leve carcajada.

-Idiota. -susurré.

-Pero sí, capaz llegamos 3 minutos antes de que toque la campana para formar. -dijo él.

Ya me puso nerviosa. Especialidad suya.

-¡No quiero llegar tarde! -dije, llevando mi mano a mi boca.

-No te comas las uñas. -dijo mi hermana, quitando mi mano de mi boca.

Dios. Así de insoportable es.

La fulminé con la mirada.

Al llegar, agarré mi mochila y bajé a las corridas.

-No te apures, hay tiem-... -dijo mi padre, pero la frase quedó en el aire porque cerré la puerta del auto y salí corriendo hacia la entrada de la escuela.

-Hola, seño Patricia. -saludé a la seño que estaba en la entrada.

-Hola, Sole. Estás más alta que yo... -dijo ella.

-Jaja. -dije y entré al trote.

Ya estaba en la Escuela, la querida cárcel de todos.

Entré y vi a Mili.

-Hola, chica apurada. -dijo ella.

-Hola. -dije, entrando al aula y dejando mi mochila rápidamente.

-¡Hola, Sole! -dijo Ceci.

-Hola. -dije, cortante.

-¿Qué pasa? Tú siempre sueles entrar con una gran sonri-... -dijo, pero la interrumpí.

-Tengo sueño. Me quedé hasta las 6:00 AM con el celular y por si fuera poco, estoy nerviosa. -dije, apresuradamente.

-¿Okey?... -dijo ella.- ¿Y con quién te has quedado?.

-Pues... con Matt. -dije, mordiendo mi labio con fuerza.

-Ahhh... buena explicación. -dijo Miri apareciendo detrás de mí.- ¿No pasó algo más que eso?.

Uy, qué mal pensada.

-¡MAL PENSADA! -grité.

-Como si tú no lo eres. -rió levemente Miri.

Al rato, tocó la campana y saludamos como siempre.

Me estaba cansando de los regaños de la seño Griselda. Siempre lo mismo. Uno no hace nada pero, toda la Escuela tiene la culpa por algo que hacen dos pendejos.

Un rato después de tanto regaño, entramos al aula.

Todas las horas para mí fueron una tortura. Mi sueño y mis pensamientos me alejaban de éste mundo.

Si odiaba la clase de Matemática, hoy la odié más. Me sentía lejos de éste mundo. Sentía que estaba en un mundo sólo con Matt, con mi amor.

Mi Vida Sin Él. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora