1. Zack

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Salgo de casa en mi bicicleta, mis padres no me compraran un auto hasta los veinte es decir el año que viene, con mi ropa deportiva y cómoda me doy mi tiempo por las calles de mí ciudad camino a casa de mi novio Zack.

Una semana hoy, es el tiempo que tengo sin verlo. El fin pasado fue su cumpleaños y con ayuda de nuestros amigos le organizamos una gran fiesta en un enorme salón donde la pasamos genial, pero luego de eso y de darle mi regalo, me dejó en casa como siempre que andábamos juntos y desde entonces no sé nada de el.
Habíamos hablado por llamadas, muy poco la verdad. Sentía que había algo tras esa distancia repentina y en mi cabeza no dejaban de darme vueltas varias hipótesis que siendo sincera odiaba cada vez más.

Le había comentado a Debby mi mejor amiga y ella sólo había dicho un:

"Quizá no fue como pensaba"

Y se refería al segundo "regalo" que le había dado, el primero fue la fiesta sorpresa planeada totalmente por mí y financiada por mis padres en forma de préstamo, y el segundo no creo que tenga quejas respecto a el, si bien no fue la primera vez que lo hacíamos, aunque ahora que lo pienso y ¿si por eso no le gusto? Puede que estuviera esperando algo distinto a lo que siempre hacemos, mas radical que vestirme de mujer maravilla para el.

Sacudir mi cabeza fue mi intento de cambiar en mi mente esas ideas pensando que la universidad lo absorbe esta semana queriendo ser positiva.

Con ese pensamiento en la cabeza llegué a su casa, estaba bastante alejada de la mía y en un mejor vecindario. Era esa típica casa blanca de tejas rojas pero el doble de la mía, con patio delantero y trasero, y con dos camionetas siempre estacionadas al frente, la de el y la de su padre.

Dejé mi bicicleta recostada a su buzón y me acerque con algo de nervios a su puerta, luego de tocar el timbre una vez salió Doris su ama de llaves.

—Buenos Días Doris, ¿Está Zack?— le sonrío.

Ella asiente en respuesta —En su habitación, pasa adelante y Buenos Días Candace—

Entro a la casa seguida de Doris, espero me indique que suba y noto que el señor O'Connor esta sentado en la sala leyendo el periódico.

—Buenos Días señor O'Connor ¿Como le va?— el me mira y sonriente se levanta a abrazarme.

—Buenos Días Candace, me va excelente— sonríe —Zack está arriba— me índica que suba y así lo hago.

Camino directo a la ultima habitación del pasillo, toco la puerta y el asoma su cabeza con una sonrisa algo tensa. Levanto mi ceja en señal de no entender su reacción tras una semana sin verlo y apenas hablar.

—Candy— sale y cierra la puerta tras el — ¿Que haces aquí?— me pregunta.

—Vine a verte— me encojo de hombros y me acerco con nervios para besarle. Cuando sus manos me toman de la cintura y me besa el primero, esos nervios innecesarios dejan mi cuerpo y sonrío.

—Si— se pasa la mano por el cuello como hace siempre que esta nervioso— Te iba a buscar luego, quería o bueno debo comentarte algo—

—Ya estoy aquí, puedes decirme— lo miro obvia aun entre sus brazos.

—Si, emm— toma mi mano y comenzamos a ir en dirección a las escaleras— hablemos en el patio—

Cuando llegamos a el nos sentamos en las tumbonas uno frente al otro y me toma de las manos.

—Habla— le digo aunque mi tono de voz suena de manera brusca sin ser la intención el aprieta mis manos.

—Es difícil ¿si?— me mira— Sabes que hemos pasado momentos increíbles juntos, todos a tu lado han sido wow, yo estoy perdidamente enamorado de ti y me cuesta hacer...—

—Espera— le interrumpo— ¿Esto es lo que creo?— siento que algo se rompe dentro de mí— Esta es la típica forma de terminar con alguien—

— ¡No!— Dice exaltado— no es así, te amo Candy. No hay manera de que eso cambie. Pero hay ciertas cosas que me tienen bajo mucha presión y hora quizás no lo entiendas pero es lo que necesito hacer y quizá no es la solución pero creo que debemos darnos un tiempo—

Y en ese instante siento que si se rompió algo, para ser precisos mi corazón y es mas feo de lo que pensé.

—Me amas, pero me estas pidiendo un tiempo- asimilo sus palabras— Vamos Zack se sincero— limpio las lágrimas que se me han escapado -Dime ahora que fue lo que pasó, estaba todo bien, bueno desde mi punto de vista. Aprovecha esta oportunidad para decirme en que fallé— las ultimas palabras brotaron sin querer como las lágrimas que mojaban mis mejillas.

—No, no llores — me abraza— No me perdonaré jamás hacerte llorar, claro que te amo, y no fallaste en nada. Hay mucho de nosotros aún, solo necesito solucionar unas cosas y no mereces ser desplazada por esta clase de asuntos, no quiero dejarte— se separa y con sus dos manos toma mi rostro y seca mis lágrimas con sus pulgares.

—Lo estas haciendo, me estas pidiendo un tiempo. —Retiro sus manos— Ya no quieres seguir y estas poniendo escusas y esta bien no te obligare a nada. Soy una mujer adulta y sabré superarlo— me levanto con decisión, intento no verle a la cara y seco con mis manos mis mejillas mojadas mientras trago el duro nudo de mi garganta.

—Candy, es tan duro para mí como lo es para ti— se levanta y se coloca frente a mí.

Me río sin ganas en su cara —No parece— suspiro, intento a toda costa que no se me escapen mas lágrimas mientras el sigue allí con la cabeza gacha— No se si esto es correcto, pero te puedo asegurar que no he amado a nadie como te amo a ti— me doy media vuelta para irme y el toma mi brazo.

—Candace, te juro que será solo un tiempo— me da un beso calmado, de esos que yo amaba porque sentía que el también lo hacía— No hay nadie que ame mas que a ti—

—En este punto ya no se si creerte— me muerdo el labio cuando mas lágrimas comienzan a deslizarse por mi mejilla y camino decidida, bajo la mirada al pasar por la sala de su casa, ignoro la voz de Doris preguntando por que me voy tan pronto, solo agarro mi bicicleta con torpeza para irme de allí lo antes posible.

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