Antes de continuar con nuestra historia,remontémonos atrás en el pasado,concretamente a cuando el príncipe Mikaela tenía apenas 14 años,y le sucedió una desgracia que marcaría su vida para siempre...
Era el mes de mayo,no un día cualquiera,pues aquel era el cumpleaños del príncipe Mika,y todo el pueblo había acudido a felicitarle.En todo el día no había parado de recibir adulaciones y regalos,hasta celebraron un enorme banquete para todos los presentes.El chico acababa de cumplir los 14 años,y vivía en el castillo con sus criados y sus padres,los reyes.
Por aquel entonces,el castillo no era tan siniestro como ahora,pues era blanco por fuera,las estatuas de demonios y gárgolas eran estatuas de ángeles,los jardines estaban bien cuidados y el bosque de enfrente era un lugar agradable.Por la tarde,la gente del pueblo fue dándole regalos al príncipe,uno por uno.Los regalos eran simples,pues la gente no tenía mucho dinero,el que podía le daba animales,parte de la cosecha o dinero,lo que a Mika no le agradaba nada.Pues en esos tiempos,Mika no era el mismo chico majo que había conocido Yuu.Desde pequeño le habían malcriado y había aprendido todas las malas actitudes de la corte,por lo que a sus 14 años Mika era engreído,despota,avaricioso,va-nidoso,desagradecido y consentido.Cuando le estaban ofreciendo los regalos llegó uno de sus súbditos,un tipo fuerte llamado Crowley,a ofrecerle lo que le correspondía.
-Mi señor Mikaela...-le dijo Crowley haciéndole una reverencia-es un honor estar hoy en su palacio en un día tan especial como este...
-Sí,cállate ya,ya he oído muchas de esas...-replicó Mika muy borde-dame mi regalo.
-Lo siento mucho,mi señor...-a Crowley se le veía muy abatido-pero no he podido traerle ningún regalo,no tengo dinero en estos momentos...solo puedo darle mi eterna gratitud por ser nuestro gobernante...
-¡¿Cómo que no me das nada?!-Mika se enfadó mucho.Se levantó del trono y le metió tal bofetada a Crowley que casi se queda sin dientes-¡No vuelvas hasta que me traigas algo!¡Y como sea una mierda te condenaré al calabozo!
-Mikaela,no puedes hacer eso-le dijo su mayordomo Kimizuki,que estaba a su lado.
-¡¿Quién eres tú para decirme nada?!¡Aquí mando YO!¡QUE OS QUEDE CLARO A LOS DOS!
Y sin más dilación,Crowley abandonó la sala y se fue del castillo del miedo que le tenía al joven príncipe.Sus padres ya no sabían que hacer con él,pero a la vez no les importaba mucho que fuera así,pues en la corte,incluidos ellos mismos,todos eran tan crueles como Mika.
Pasó el día y el rubio seguía igual de maleducado.La fiesta acabó al anochecer,y allí todos los súbditos se fueron.Cayó la noche,y afuera hacía frío,la luna llena apenas iluminaba el cielo,hacía un viento helado,se veía niebla en el bosque y se podían oir los aullidos de los lobos en la lejanía.Pero no importaba,porque dentro del castillo se estaba calentito y tan agusto.
Hacia la medianoche,alguien llamó a la puerta principal.
TOC...TOC....
-¡¿Quién llama a estas horas?!-dijo Mika,el cual era el único que estaba despierto en el castillo.Como no había nadie tuvo que ir él a abrir la puerta.
Cuando lo hizo,vio a un hombre vestido con una capa y capucha andrajosas,que parecía bastante pobre.Era joven,sus ojos eran rojos,sus orejas acababan en punta y su pelo morado estaba recogido y mal cortado.
-¿Qué quieres?-preguntó Mika con su malicia habitual.
-Por favor,niño...-dijo el hombre con voz débil-mi nombre es Lacus,estoy enfermo y no tengo casa...acabo de llegar a este pueblo,déjeme quedarme esta noche...
-Tsk...¿y qué me das a cambio?-Mika se mostraba aún más hostil.Lacus sacó una rosa roja de la bolsa que llevaba,se la ofreció a Mika y se arrodilló ante él.
-A cambio solo puedo ofreceros esta rosa...
-¿Una rosa?¡¿Qué coño te crees?!¡Lárgate de aquí y no vuelvas!
Y Mika le cerró la puerta en toda su cara.
-Qué repugnante...-vociferó Mika mientras se iba a su cuarto.Pero de repente,la puerta se abrió de par en par,y un escalofrío recorrió el pasillo.Mika pasó de esto y siguió su camino.Cuando pasó cerca de la sala del trono,oyó gritos espantosos.
-¡AAAAAAAHHHH!
Mika se asustó y fue corriendo a la sala del trono,de donde provenía el chillido,y lo vio...
Vio a Lacus de espaldas,esta vez sin capucha,y dos cadáveres tirados en el suelo,asesinados cruelmente por él,y que aún se estaban desangrando,dejando el suelo encharcado en sangre alrededor de los muertos.Estos eran nada menos que...
sus padres.
El rostro de Mika reflejaba terror y espanto,no podía creer lo que estaba viendo.
-¡¿Qué les has hecho?!-gritó Mika al vampiro asesino.
-Aún no sabes quién soy,¿verdad?...-dijo Lacus con una sonrisa siniestra-Me llaman Lacus el sanguinario,soy un vampiro con sed de sangre y el peor brujo de la región...-se giró y miró a Mika-tú eres el niño que me ha recibido antes,he de decirte que no había visto a alguien tan horrible en mi vida...
tómate lo de tus padres como una venganza...-se acercó a Mika y le miró a los ojos-pero no es suficiente...alguien debe cambiarte esa conducta...ya que te portas como un monstruo,igual deberías serlo...
Lacus no vaciló,rápidamente agarró a Mika y le mordió el cuello.Le succionó la sangre hasta que casi quedó muerto.Pero no lo dejó ahí,pues Lacus se elevó en el aire,sostenía en la mano la misma rosa que antes,y la hizo levitar sobre su cabeza.Su cuerpo se rodeó de un aura maligna y pronunció un hechizo en un lenguaje extraño.Al acabar,le advirtió...
-Te he convertido en vampiro como yo,pero eso no es todo...
Serás vampiro durante el día,pero cuando caiga la noche te convertirás en un horrible demonio,y tu cuerpo cambiará todas las noches en las que deberás matar gente para alimentarte...
El hechizo solo se romperá si alguien consigue enamorarse de ti estando bajo ambas formas,pero si no lo logras antes de que todos los pétalos de esta rosa caigan,morirás.El último pétalo caerá en tu decimo-séptimo cumpleaños,si quieres cambiar tu destino,date prisa,pues el tiempo se agota...
Dicho esto,Lacus descendió y Mika empezó a cambiar rápidamente.Su cuerpo se estaba transformando en el del demonio que es ahora,el chico gritaba del dolor que le causaba dicha transformación.En segundos ya había cambiado completamente,y Mika no dejaba de mirarse a sí mismo horrorizado.Lacus dejó caer la rosa,y estaba a punto de irse por la puerta.
-Buena suerte...-fue lo último que le dijo antes de irse.Pasaron unos segundos en silencio.Solo se oía a Mikaela respirando agitadamente de la angustia.
-¡IAAAAAAAAHHHH!
Chilló finalmente el rubio,cuya voz retumbó en todo el castillo.Mika no paraba de chillar y lleno de ira se dirigió a la zona oeste,que era donde estaba su cuarto en aquel entonces,y se puso a destrozar todo lo que allí había.Estaba histérico,y dejó la sala tal como se la había encontrado Yuu en aquel estado ruinoso.Lo último que vio Mika en ese cuarto fue su imagen en un espejo que había roto,horrorizándose aún más todavía.
Después el chico se agachó y no dejó de llorar en toda la noche,por todo lo que le estaba pasando.A la mañana siguiente Mika se vio otra vez con su aspecto de siempre,salvo por que ahora era un vampiro y no humano,pero seguía espantado.Ese día se lo contó todo a sus criados,y los ciento y pico que tenía se fueron de allí a toda prisa.Solo se quedaron los más leales,como Kimizuki,Shinoa,Mitsuba,Yoichi o Mahiru,que le ayudaron en lo que pudieron.Más tarde Mika cogió la rosa de Lacus,que ahora brillaba como si estuviera encantada,y la colocó en una urna de cristal en su antiguo cuarto destrozado de la zona oeste.A partir de entonces,prohibió a sus criados acercarse allí,para así no acordarse de lo que había pasado esa noche.Solo él entraba ahí de vez en cuando,para ver la rosa y así ver cuánto tiempo de vida le quedaba realmente...
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La bella y la bestia(Mikayuu)
Fiksi PenggemarYuuichiro vive en un pueblo medieval con sus padres,y en ese lugar una parte de la población son vampiros,y que muerdan a humanos supone convertirlos en vampiros además de equivaler a tener relaciones sexuales con ellos.Yuu es el más guapo del puebl...