abrázame más fuerte

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11 de diciembre, 11:19, Michael.

—El cereal sabe a cartón—Dijo Anna jugando con su desayuno.

—Si, está asqueroso-Dayana le siguió.

Edward como siempre miro a todos serios y no dijo nada.

—No sé, a mi me sabe a comida normal—Dije haciendo que las tres personas en la mesa y mi madre que acababa de entrar a la cocina me miraran, miré la caja del cereal y encontré el problema-Les sabe mal porque es mi cereal.

—Niños dejenme probar—Dijo mi madre acercándose a la mesa, Edward le entregó su cuchara y ella la sumergió en el cereal, para luego comerlo, su cara de disgusto fue impresionante, yo seguía comiendo normalmente—Michael ¿siempre comes cosas así?—Me preguntó.

—Bueno, no, como cositas ricas de vez en cuando, pero me alimento casi todo el día de avena, porque me da flojera chequearme cada vez que como algo—Mamá hizo cara de disgusto.

—Desde hoy iremos más al pasillo de diabéticos, tengo que chequear que cosas compras y no sólo aceptar que metas cosas así de desabridas al carro.

Asentí y terminé de comer, lavé mi plato y mi cubierto y fui a la sala, el teléfono comenzó a sonar y me estiré a tomarlo.

—¿Hola? Habla Michael Castillar—Esperé algún sonido desde la otra línea, pero sólo se escuchaban murmullos, como si fuese un lugar lleno de gente—¿Hola?—En la otra línea puse escuchar un sollozo seguido de un suspiro—No sé quién eres, pero que llames sólo para hacer esos sonidos asusta—En la otra línea puse escuchar un simple ¡ah! Pero tartamudeado, era la voz de un niño, no debía tener más de 10 años—Bien, ahora voy a cortar, adiós—Dije dejando el teléfono sobre su cargador, donde se cortaría automáticamente.

Esas llamadas raras comenzaron hace tiempo, realmente dan miedo, sólo se oyen susurros, sollozos o suspiros.

Me da miedo que sea algún pervertido buscando aprovecharse de mis hermanitas.

Cabreado busqué la guía de teléfono y traté de identificar el nombre del último lugar de la llamada.

Me sorprendí al ver que era una llamada del aeropuerto de Kentucky, ¿para qué llamarían a casa desde allí?

Una posibilidad llegó como un rayo de esperanza a mi cabeza, pero fue descartada rápidamente.

"¿Y si es Chris?" Una hipótesis sin fundamento alguno y muchos contras, más imposible que afirmar que la salsa de tomates está hecha con moras silvestres.

Pero si sólo existía un rayo de esperanza, uno pequeño, quizás, sólo quizás...

Tomé mi celular y le envié un mensaje a Christian, aunque sabía que quizás a esta hora estaría cenando.

Subí las escaleras y entré al cuarto de mi hermana mayor, Elizabeth, que estaba practicando con su violín eléctrico.

No dijimos nada, sólo me senté a su lado y ella dejó de tocar para medio abrazarme, no estaba triste ni nada, ella tampoco, a veces nos gustaba ser así sólo porque si.

Cuando papá murió yo aún era muy pequeño, pero recuerdo bien como era que Elizabeth me tomaba de los mofletes y me decía que todo iba a estar bien, que todas las cosas pasan por algo y que Alex y yo éramos lo más importante para ella.

Creo que hay cosas que hasta el día de hoy no han podido cambiar, si bien no soy tan cercano a ella porque siempre está ocupada, a veces necesito que me entregue cariño, como los niños pequeños y a veces ella necesita que yo la cuide, que me encargue de ayudarla cuando lo necesita.

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