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— Podríamos haber ido al que esta abierto, ¿sabías?
La más pequeña de los dos camino por entre los taburetes del observatorio mientras contemplaba el enorme espacio abandonado y entrelazaba sus brazos, un tanto asustada. El lugar estaba bastante oscuro, las tantísimas hileras de taburetes tenían una fina capa de polvo sobre ellas y ya no había tantos adornos como cuando eran niños.
Lo único que realmente le tranquilizaba era que el domo de la estructura que formaba al observatorio tenía una especie de tragaluz de considerable tamaño por donde se filtraba la luz de luna, tiñendo aquel nostálgico lugar de un índigo brillante.
Se halló un tanto ensimismada mientras recordaba como Daniel y ella solían venir a los espectáculos juntos, luego marchaban juntos a casa, dibujando estrellas en el cielo y perdiéndose en el brillo de estas. Eran niños, no sabían demasiado, pero, aun así, eran recuerdos que ninguno de los dos olvidaría.
Estaba tan hundida en sus pensamientos que ni siquiera noto cuando dos brazos se enroscaron en su cintura. Sonrió con los labios sellados, tragándose una sonrisa tímida; porque, a pesar de que podía reconocer perfectamente el olor a colonia masculina y el torso fuerte en el que estaba apoyada, le seguía pareciendo algo surreal.
— No hubiese sido romántico si hubiésemos ido. — Daniel la meció ligeramente en sus brazos. — Además, soy todo lo que necesitas, ¿no?
La chica levanto su cabeza desde su lugar, encontrándose con la mirada del castaño. — Tu nivel de romanticismo me asombra, en serio.
Daniel sonrió y SooMi creyó que podría irse al cielo con las estrellas en ese mismo instante. Cuando miraba a Daniel sonreír, le era inevitable no querer lanzarse a sus brazos. Sus ojos se achicaban y sus dientes eran pequeños por lo que daba la sensación de ser un oso de felpa. Además, SooMi era considerablemente baja por lo que Daniel le sacaba unas cuantas cabezas y casi siempre, tomaba aquello como una ventaja. Incluso en ese momento, decidió que la mejor idea para ambientar su salida romántica era recordar viejos tiempos.
— ¿No quieres ir arriba?
— ¿Qué? N....
Tarde. El chico había tomado sus piernas mientras la sujetaba firmemente contra su pecho, cargándola de forma similar a los príncipes en esos cuentos de hada clichés.
— A veces no sé si me encanta este lado empalagoso tuyo. — SooMi medio susurro mientras le miraba con una ceja alzada y una sonrisa divertida. ¿Se divertía estando con Daniel? Mucho. Más de lo que creía.
— A mí me gusta todo de ti. — Dijo el mientras se acercaba poco a poco a su rostro para luego besarle la nariz inocentemente, retirándose con una sonrisita traviesa.
— ¡Detén eso!
— No quiero. — Le dijo mientras continuaba caminando entre los taburetes y subiendo algunos escalones. — Te ves bastante bonita cuando te sonrojas.
— ¿Por qué eres así conmigo? — Ella se rio mientras enterraba la cara en aquel pecho que le brindaba total calidez. Oculto una risita nerviosa en aquel acto. — Vas a hacer que...
SooMi observo las lucecillas colarse por las rendijas del domo y supo que se encontraban en la parte más alta. Su favorita. Si echabas la cabeza un poco hacia arriba, según ella, podías sentir las estrellas en tus manos. Daniel la deposito suavemente en el suelo mientras observaba como salía disparada como una estrella fugaz a levantarse sobre el pequeño muro que había y permitía observar más de cerca el cielo estrellado.
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URANIA☆Kang Daniel (MUSE #1)
Hayran Kurgu[Musa de la astronomía y astrología, cubierta en un manto estrellado; protectora de la poesía astronómica. ] VOGUETAE.2017