Capitulo 7

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NIAH

-Oh, joder. ¡Eso no vale! ¡Tramposo! –Grité cruzándome de brazos mientras que el gran lobo de ojos rojos se echaba a mi lado. –Eres un tramposo, Donn. ¿Y sabes que es lo peor de todo? ¡Que no vas a responderme! –Resoplé sentándome a su lado. –Y que he perdido la apuesta también...

Entonces, Donnovan se puso de pie gruñendo en posición de ataque.

-¿Qué pasa? ¿Quién viene?
Pregunté poniéndome de pie alarmada. –¡Odio que no puedas responderme en estas situaciones!

El aullido de un lobo sonó antes de hacerse presente ante nosotros.

-Papá... –Murmuré ahora más aliviada. –¡Por Dios, me asustaste! –Pero Donny seguía gruñendo. –Cariño, relájate...

Comencé a acariciarlo por detrás de las orejas como sabía que le gustaba.

-¿Qué haces aquí, papá? Donnovan y yo estábamos pasando un agradable momento.Aunque eso era mentira porque prácticamente le estaba echando la bronca, pero bueno...

-Claro, claro. Ya sé que no puedes responderme. –Volví a resoplar para acercarme ahora a él provocando los gruñidos de nuevo de Donn. –No seas celoso, amor. Hace tiempo que no lo veo...

Me puse de rodillas frente al lobo negro para abrazarlo. Este frotó su cabeza conmigo llorando.

-Sí, yo también te he echado de menos, papá. –Besé su cabeza para luego acariciarlo. –Quiero que hagamos una cena en casa. Y no quiero que ninguno de los dos rechiste. –Dije caminando hacia el medio de ambos. –Los espero el viernes a las ocho en casa. ¡Ah! Y dile a mamá que como falte, no se lo perdonaré jamás. Vámonos, Donn.

•••

-¿Por qué diablos dijiste eso?

-Ya dije que no quería oír rechistos...

-¡Pero, Niah! Sabes perfectamente que no nos juntamos. Ni siquiera podemos vernos.

-Lo hecho, hecho está. ¡¿Y quieres vestirte de una vez?! ¡Aún sigues desnudo! –Grité señalándolo con la mano de arriba abajo. –¡Podría venir alguien y verte!

-Si dejaras de gritar, nadie vendría. –Me esquivó para subir las escaleras dejándome una buena vista de su trasero.
–¡Niah!

-Ya voy... –Murmuré riendo para seguirlo.

-Y después el salido era yo...

-Por supuesto. –Ambos entramos en la habitación.
–¡Mierda!

-¿Qué?

-Teníamos que haber ido al departamento y no venir aquí.

-¿Por qué?

-¿Cómo que por qué? Estamos mucho más lejos de la universidad.

-Mañana le diré a Taylor que te lleve temprano.

-No queda otro remedio...
Murmuré caminando hacia el armario para sacar el pijama.
Vé a bañarte ya, Donny. Hueles a bosque con tierra y no se qué más.

-¿Perdón?

-No te ofendas, cariño. Pero estuviste acostado en el suelo y...

-¿Y tú no?

-Pues no.

-¡Si estuviste de rodillas!

-No es lo mismo.

-¿Cómo que no? Te vienes conmigo. –Me levantó rápidamente del suelo para llevarme con él hacia el baño.

Donnovan, suéltame!

-No.

-¡Donnovan! ¡No se me secará el pelo para mañana!

-Me da igual. –Respondió aprisionandome contra la pared de la ducha para que no escapara.

-¡No lo hagas! ¡Suéltame!

-Ya es tarde. –Afirmó antes de sentir como el agua me empapaba entera. –Además, la apuesta la había ganado yo.

-Te odio.

-Sí, claro. –Sonrió de lado antes de comenzar a desvestirme.

-Decía en serio lo de el pelo, Donny.

-Y yo también decía en serio que me daba igual. –Lo golpeé con el puño cerrado en el pecho sabiendo que no le dolería.
–Vamos, Niah. No hay nada mejor que una duchita fresquita conmigo.

-Quería acostarme ya.

-Y lo harás, solo que después de la ducha. –Hizo que me diera la vuelta para enjabonarme el pelo. –Además, tenía que vengarme contigo de alguna manera. Esto te pasa por invitarlos a una cena sin consultarmelo primero.

-Son mi familia, Donnovan.

-Tú familia soy yo, Niah. –Gruñó autoritario tensandose.

-Sí, pero ellos también lo son.
Aparté sus manos de mi cabeza para quitarme el champú rápidamente y salir de la ducha.

-Niah...

-Voy a vestirme para dormir. Hasta mañana. –Salí del baño para ir en busca de mi pijama y luego acostarme en la cama.

No quería seguir discutiendo ese tema o acabaría llorando como siempre hacia.

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