-Oye, ¿te pasa algo?
-¿A mi?
-Pues claro, se nota que te pasa algo, Niah. ¡Recuerda que soy tu mejor amiga!
-Sí, tienes razón. –Suspiré. –Es Donny...
-¿El buenorro? –Asentí rodando los ojos por el apodo que le había puesto.
-Creo que discutimos...
-¿Crees? Además, ¿quién puede enfadarse con ese Dios griego?
-Pues yo. –Reí negando con la cabeza. –Es que no sabes lo que me hizo. Me arrastró con él hacia la ducha para mojarme entera.
-Uh, más quisiera yo que me mojase a mi...
-¡Mia! –Grité haciendo que se encogiera de hombros antes de reír.
-Venga, Niah. Eso es una bobería comparado con las discusiones que tengo yo con mis padres o mi hermana mayor.
-Pero yo no...
-Lo que tienes que hacer es vengarte de él. Coges un vaso de agua fría ¡y se lo echa encima cuando duerma!
-Oh, Dios. Tú quieres que aparezca el verdadero Donnovan... –Murmuré sin poder evitarlo.
-¿Quién es Donnovan?
–Preguntó de repente Terry sentándose a nuestro lado.-¿No te enseñaron que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?
-No cuando en ellas están mis amigas. –Si, claro. Amigas...
-¿Querías algo?
-Guau, gracias. Ya me doy cuenta que no soy bienvenido...
-Es que estábamos hablando de cosas de chicas. –Respondió ahora Mía mirándolo mal.
-Bueno, que yo solo vine a invitarte, Fresita.
-¿Eh?
-¿Quiéres ir a por un helado después?
-No lo creo...
-¿Por qué no? Solo es un helado...
-Lo sé, pero tengo cosas que hacer, Terry.
-Bueno, tu piénsatelo y después me dices. –Se levantó de la mesa para irse por el mismo camino por el que había venido.
-Que chico más raro.
•••
Las horas restantes al recreo pasaron rápido y pronto ya me encontraba guardando las cosas en la taquilla para dirigirme a la salida.
-¡Niah! –Joder...
-Ya te dije que no voy a ir, Terry.
-¿Pero por qué no? Prometo que solo será un helado y te llevo a tu casa.
-No.
-¡Pero espera! –Dijo de repente frenandome por el brazo.
-¡Eh! –Ay, madre. Me deshice rápidamente de su brazo para detener a Donnovan a tiempo.
–¿Se puede saber porqué agarras así a mi novia?-¿Novia? –Me miró ahora a mi.
-Te dije que tenía novio...
-Nunca pensé que fuera verdad. –Respondió Terry decepcionado.
-Vámonos, Donn.
-No se te ocurra volver a frenarla en contra de su voluntad, imbécil. –Tiré de su brazo para caminar hacia los aparcamientos en busca del coche.
-¿Qué haces aquí?
-¿Te hizo daño? –Preguntó mirando mi mano por todos lados. –Juro que si tienes algo...
-¡Donn! Hey, tranquilo.
–Sostuve su cara con mis manos para que me mirara a los ojos.
–Estoy bien. –Suspiró cerrando los ojos por un momento haciendo que estos volvieran a su color original. –Volvamos a casa ¿si?Asintió y ambos nos subimos a su coche para poner rumbo a casa.
Durante el trayecto, noté como aún seguía tenso y no pude controlar el unir mi mano con la suya cuando se detuvo en un semáforo.
-Todo está bien, cariño. Debes relajarte.-Lo sé, es solo...
-Nada, Donn. Ahora iremos a casa a almorzar y luego veremos la tele como hacemos siempre ¿si?
-Sí, pero también quería disculparme por lo de anoche. Nunca quise que te enfadaras.
-Bueno... En ese caso yo también te debo una disculpa.
El semáforo cambió a verde y pronto arrancó el coche para volver a casa en menos de nada.
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Small Mate
Werewolf-Tenemos que hablar, princesa... -¿Qué pasa, papi? -¿Qué opinas de Donnovan Mcgregor? -¿El señor que aparece en mis sueños? -Asintió seriamente. -¿Por qué? -Debes irte a vivir con él. °°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°° ¡Segunda parte d...