[7] Fingir hasta no soportarlo.

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Esmeralda:

¿Hacer una fiesta un martes? Sólo a Amber se le puede ocurrir.

No seguía de humor, pero debía ir. Se supone que las amigas debían siempre estar ahí. En realidad, no era una fiesta, sólo estaríamos dieciocho personas.

El grupo de Eduardo, el de Amber, el de Félix y el mío; que incluía a Mónica y a Evelyn.

—¿Podemos irnos ya? —preguntó Sara recostada en la puerta, me encogí de hombros y miré a María. Era la que faltaba por terminar de arreglarse.

La chica asintió colocándose un zapato y echándose el cabello hacia atrás.

—Oigan, ¿Podemos irnos en un solo vehículo? O al menos en dos, pero no en todos, por favor. —pregunté aún sin ánimos de conducir.

—Iba a sugerir lo mismo. —mencionó Estephanie dando a entender que no tenía ningún problema con eso.

—Bien, entonces yo llevaré a la rubia. —respondió Sara y María asintió de acuerdo.

Terminé de cerrar las puertas con seguridad y guardé en el maletero una pequeña maleta con ropa que teníamos Sara y yo para el día siguiente, ya que íbamos a dormir en casa de Amber.

Me adentré al vehículo de una de mis mejores amigas, cerré la puerta de copiloto y me coloqué el cinturón de seguridad.

—¿Sigues sin nada de ánimos? —suspiré lista para hablar— Tranquila, si no quieres contarme no lo hagas.

—Sí, estuviste insistiendo por mucho tiempo así que, ahora deberás escucharme. —ella rio y saqué la nota que estaba dentro de la funda de mi celular— Encontré esto en mi casillero ayer, estuve toda la noche tratando de saber quién rayos puede continuar este juego.

—No quiero lastimarte, Esmeralda, pero al parecer es alguien que conocemos, le dijo muchas cosas a Evelyn que lo demostraba, sabe dónde queda tu casillero y cómo hacerte enfadar. Además, las demás no lo notaron ni preguntaron nada, pero ¿por qué rayos Evelyn y Mónica faltaron una semana?

—Tienes razón, también estuve pensando en eso. De Evelyn lo entiendo, quiso que la semana fuera más calmada, o pudieron haberla suspendido, pero ¿Mónica qué tendría que ver? ¿Cómo se va a quedar acompañando a su prima toda una semana de clases? —pregunté guardando la nota nuevamente.

—¿Crees que volvieron a chantajearla? ¿Con Mónica? —preguntó y me encogí de hombros.

—No lo sé, lo que sí sé es que el secreto que "estoy ocultando" es muy importante para alguien. Sólo debo averiguar para quién y el porqué.

—Así es, y siempre que necesites ayuda dímelo, por ti sería espía. —dijo y ambas reímos.

Sara lograba subirme los ánimos siendo ella. De esa manera no tenía que fingir que estaba de buen humor. Sólo debía relajarme, dejar que las cosas fluyeran en la "fiesta" de Amber y más tarde continuar investigando.

Aunque lo más probable es que mi ex rival quiera presentar a su novio, sin embargo, para mí no sería sorpresa, así que tendría que fingir no saberlo.

¿Para todo debía fingir? ¿Es un plan para dejar de ser honesta?

Pronto llegamos a casa de Amber, jamás habíamos estado allí, ella sólo nos había enviado la dirección y estaba totalmente segura de que estábamos en el lugar correcto, el estilo me lo decía.

Me bajé del vehículo, cerré la puerta y me dirigí a buscar la maleta.

—¿Crees que será una noche divertida? —la miré y me encogí de hombros.

—Veremos que sucede. —tocamos el timbre y nos abrió una rubia muy eufórica, segundos después María y Estephanie se posicionaron detrás de nosotras.

—¡Si vinieron! —gritó y nos abrazó.

—¿Qué te hace pensar que no vendríamos, boba? —dije mientras Sara y yo éramos apretadas por su abrazo.

—No lo sé, creí que podrían dejarme plantada. —escuché un poco de tristeza en su voz.

—Es difícil aceptarlo, pero ahora somos amigas, y a las amigas no se les abandona. —respondí causando que Amber soltara a Sara para apretarme aun más.

—¡Te quiero, Esmeralda! —sentí como me quedaba sin aire.

—¿Podrías soltarme entonces? Me asfixias, tienes demasiada fuerza. —me soltó y tomé una bocanada de aire para luego expulsarla en un suspiro.

—Estás muy energética, Amber. —mencionó Sara.

La chica se hizo a un lado y entramos a su enorme casa.

—No puedo preguntarlo discretamente, lo siento. ¿Vives sola aquí? —fulminé a Sara con la mirada y ella se encogió de hombros— Lo siento, es que nuestra casa me parece enorme y vivimos nosotras cuatro... —le tapé la boca.

—Espera a que llegue Yerson, él sabe controlar a su criatura. —María y Estephanie rieron por como me refería a nuestra mejor amiga.

—Bien, falta poco para que lleguen los demás. —dijo Amber con su celular en mano.

Subimos guiadas por Amber a acomodar nuestras cosas y en eso nos encontramos a Anabel, Laura y Britany. Pocos minutos después Evelyn y Mónica estaban gritando que habían llegado, como si no la estuviésemos viendo.

—Exageras, como te gusta llamar la atención. —dije cubriendo mis oídos con ambas manos.

—Sí, a donde sea que llego me tengo que hacer notar. —alzó una ceja y visualicé unas gafas de sol sobre su cabeza.

—Primero, ¿De esa manera? Y segundo; ¿Por qué rayos tienes unas gafas de sol si son las ocho de la noche? —fruncí el ceño bajando las manos, ya que Evelyn no estaba gritando.

—Porque como tú dices, le encanta llamar la atención. —respondió su prima tranquilamente. Reí haciendo que Evelyn se irritara.

—Cálmate, es sólo que puedo jurar que Mónica cambia de personalidad, y me encanta cuando es mala contigo. —mencioné para volverme a reír.

—Te ignoraré, Esmeralda Carpenter Scott. —Amber me miró frunciendo el ceño.

—¿Qué pasó? ¿Te gusta cómo suena mi nombre? A veces olvido que así me llamo. —dije encogiéndome de hombros.

—Es obvio que el mío es mejor, pero... —fue interrumpida por unos sonidos provenientes de la puerta. Volteamos y allí estaban Félix, Felipe, Ángel y Daniel.

—Hola, chicas. —saludaron y noté como Amber se sonrojaba. No pude evitar sonreír.

¡El romance estaba por empezar!  





[Amber en multimedia]

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