Capitulo VI

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A la mañana siguiente me levante temprano, mucho antes de que mi mamá se despertara. No había puesto alarma ni nada por el estilo, solamente no había podido dormir muy bien pensando en todo aquello que había pasado por la tarde, lo pesada que era Irene, lo que me había dicho Víctor y lo que me había contado Evak; no paré de darle vueltas al asunto de lo que le debió de haber costado contarme ese pedacito de su ser que ahora me permitía conocerlo aún más.

Después de un rato cambiando de posiciones en la cama para volver a dormir y tras no conseguirlo decidí prepararle algo de desayunar a mi mamá, no habíamos hablado mucho desde lo ocurrido hace tiempo y sabía que ni era fácil para ninguna de las dos, pero me estaba enfocando tanto en sentir lástima por mí misma que me llegue a olvidar que ella también estaba sufriendo. Así que me amarre el cabello en una coleta y puse manos a la obra.

-Vaya... -bostezó- ¿y ese milagro? -comentó mi mamá al verme haciendo el desayuno.

-¡Hasta que te despertaste! Decidí hacer el desayuno por mi cuenta, ya no aguanto más waffles para desayunar. Así que apurate a arreglarte y ven a desayunar.

-Claro madrastrita -dijo con un tono burlón y sarcástico.

Mientras esperaba que estuviera lista, me serví una taza de café y preparaba el omelette de jamón tratando de adivinar donde se encontraban las especias y viendo que verduras que hubiera le podía agregar al omelette; he incluso prepare un poco de jugo de naranja.

-¡Wow Danielle, esta vez si te luciste! -me halago mientras ponía su plato frente a su silla al momento que se sentaba. Ya casi había terminado de arreglarse.

-Si, bueno tu siempre haces waffles y creo que nos caería mejor algo más saludable -dije, sintiéndome un poco avergonzada por su halago.

-Bonito adorno aquel, -mantuvo la vista en el rompecabezas que ahora hacía función de cuadro decorativo- siempre me gusto ese rompecabezas.

-Me puse a esculcar en las cajas que no había desempacado y lo encontré en el marco; y como esta bonito decidí colgarlo.

El resto del desayuno se pasó con la misma clase de conversación, e incluso después de terminar le conté sobre la escuela, mis compañeros, amigos, los maestros y las materias. Pero le llamaron de su oficina sobre algún proyecto que necesitaba de su aprobación o algo por el estilo.

-Lo siento mucho Danielle, pero realmente me necesitan allá -dijo disculpándose terminándose el jugo que quedaba en su vaso.

-Esta bien, no te preocupes -trate que no se notara el tono de melancolía en mi voz- no es como si tuvieras otra opción, comprendo -le sonreí mientras levantaba los trastes y los llevaba a la cocina.

Lavé los trastes y al ir hacia mi habitación pase por el baño donde mi mamá estaba terminando de maquillarse. Mi madre siempre me había parecido la mujer mas hermosa de todo el mundo y no solo porque fuera mi mamá o por su tez suave y pálida como la porcelana, sus ojos gris oscuro (al igual que los mios solo que desde mi parecer a ella le iban mucho mejor y más hermosos) con pequeñas arrugas alrededor por el cansancio y la edad, su cabello rubio oscuro (que yo no había heredado pero mi hermano si) y su figura y altura que solo una modelo podría tener. Mi mamá era mucho más que solo eso, ella era la honestidad, fuerza, determinación y amabilidad en ella, ella era mi modelo a seguir como persona y como mujer.

-No quieres que te lleve a la escuela, aunque creo que es un poco demasiado temprano -dijo volteando a ver al reloj.

-No, estoy bien. Recuerda que voy con Eli y Evak a la escuela -aunque quizás hoy si iría sola.

-De acuerdo, ten cuidado.... -deje de escuchar a este paso, ya que me sabía el sermón de memoria- trataré de llegar temprano hoy -me dio un beso en la mejilla, se subió a su camioneta y se fue.

Rompecabezas de CielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora