Emma POV
Me encontraba en las mazmorras esperando la clase de pociones, había llegado demasiado temprano por lo cual nadie estaba en salón. El ansia de volver a verle podía conmigo, ahora que lo pensaba, era una tontería. El hecho de que yo llegue temprano no lo haría llegar a él más temprano, Pfff...Ni siquiera estaba Jhonny conmigo. Por Morgana, ¿En qué caracoles estaba pensando?, tomé mis cosas dispuesta a irme y se escuchó el típico portazo que Snape da cada que entra al salón. Me congelé en ese instante; no puede ser él. Cielos cielos, ¿Qué debo hacer?, mi corazón latía fuertemente, él se dirigió a su escritorio sin voltear a verme se sentó y abrió su libro tapando su rostro.
-Hoy haremos la poción de amor o mejor conocida como Amortendia.- seguía escondiendo su rostro detrás del libro.- Como vieron en sexto año, esta poción es un filtro de amor muy poderoso que causa una fuerte obsesión en el bebedor.- Menciona Snape con tono de fastidio, como si fuese algo trivial que debemos saber.
-¿Amortendia? ¿Enserio?, no es que me queje... Siempre quise hacerlo, pero debído a los efectos que tiene y al tiempo que toma al realizarse no pudimos realizarlo en sexto, sólo vimos la teoría.- Pensó Emma.
-Como saben esta poción tarda 3 semanas en prepararse, por lo que me tomé la molestia de hacer todo el proceso a excepción de la última parte.– Esto lo dijo con un tono de advertencia.
-Mnhm... ¿Será que no se ha dado cuenta que no hay nadie en el salón?, no es que me queje, así lo tengo para mí solita... ¿¡Qué?!, ¡No digas sarandeces!, Emma, concéntrate.
-Así que tomen los ingredientes faltantes, terminen la poción y, por amor a Merlín, no echen a perder mi trabajo de 3 semanas.– Dijo Snape de manera amenazante.
-Nop, definitivamente creo que no sabe que solo estoy yo, ¿Qué se supone que debo hacer?.-
Al ver que no hay movimiento en el salón, baja el libro y por primera vez desde que tuvimos ese cercano encuentro y vuelvo a ver esos hermosos ojos negros mirándome directamente.
Alza una ceja y mi corazón bombardea a mil por hora.
-¿Acaso es que esta sorda o simplemente sus neuronas Gryffindor aún no se activan?.- Me dice de manera siciante.
Uff... Este hombre tiene el don de molestarme a un punto inconcebible.
Me pregunto si se puede odiar y amar a una persona a la vez.
¿Amar?
Ok creo que esta vez sí exagere, mejor hago lo que me pidió antes de que se ponga peor la cosa.
Me levanto y voy a buscar los ingredientes, en cuanto regreso, hay en el caldero se encuentra la poción calentándose a fuego lento, pero... ¿Cómo?, ¿A qué hora lo colocó?.
Mejor me abstengo a preguntar, ¿Cómo es que los demás aun no llegan?... En fin. Debo comenzar a realizar la poción antes que el murciélago se ponga a descontarme puntos, cielos, trae un humor de perros.
Y pensar que estaba emocionada por verlo... Bueno, supongo que no debería sorprenderme, después de todo siempre ha sido de carácter mal humorado.
Me pregunto si debería hablar con él acerca de lo que pasó, bueno conociéndolo solo hay 2 opciones, o bien me lo imaginé todo y él no siente ni una clase de atracción o cariño hacia mí o segundo, sí lo hace, pero ni por todo el dinero en Gringotts lo admitiría.
Bueno, en ambos casos terminaría castigada por el resto de mi vida escolar por el simple hecho de insinuarle eso JAJAJA. Supongo que no me queda otra que hacer que él lo admita.
Estoy casi terminando la poción y escucho el sonido de un libro cerrándose, al parecer Snape ha decidido dejar de lado su preciada lectura.
Hay no, se dirige hacia mí.
Mi corazón se acelera y cada vez me cuesta más respirar. No puedo creerlo.
¿Cómo pretendo hacerle frente a Snape si ni siquiera puedo controlarme?
Rodea mi mesa y se coloca detrás de mí, siento su dulce aroma entrar por mi nariz y como una reacción en cadena, siento como una especie de corriente eléctrica recorre mi cuerpo de pies a cabeza, por Morgana, ¿Cómo puede tener tanta influencia sobre mí?
-Si no agrega el ajenjo ahora, la poción se descompensará y se arruinará.– Me susurra al oído, su aliento topa en el lóbulo de mi oreja y en mi cuello.
Creo que deje de respirar.
Me era imposible moverme, mi corazón latía tan fuerte que me parecía inhumano.
Él al ver que no reacciono toma el ingrediente y lo pone en el caldero, la distancia que pone entre los dos me hace regresar en sí y dejó escapar el aire que tenía contenido.
Debo concentrarme.
Tomo el agitador y me pongo a mezclar la poción, es el último paso y terminaré, entregaré la muestra y me iré.
Mis manos me obedecen torpemente y empiezo a mezclar, o bueno , eso intento.
Mis manos se encuentran temblando y fijo mi mirada al caldero.
Debo olvidar que él está cerca, debo poner toda mi concentración en lo que hago.
-Debes revolverlo con firmeza y lentitud.– La voz seductora de Snape me hizo pegar un pequeño brinco, de nuevo se encontraba tras de mí.
Todo mi cuerpo se erizó, él se acercó más y colocó sus manos sobre las mías, estas estaban frías. Sin embargo, me tomaba con tal gentileza que me hacía sentir un calor abrasivo en dónde tocaran las puntas de sus dedos.
-Así, sigue mi ritmo. No titubees.– Sus brazos y su espalda estaban pegados a mí, mi corazón definitivamente se me saldría del pecho de lo rápido que palpitaba, de pronto era como si el mundo dejara de girar, podía caer un meteorito a la tierra y destruir el castillo y no me inmutaría, era como si solo existiéramos sólo nosotros, me sentía segura... En paz.
Como si al fin hubiese encontrado el lugar al cual pertenecía en este mundo.
Y era entre sus brazos.
–Huele delicioso, no lo crees?.– No se lo creía, la poción estaba lista.
Eso significa que él me soltaría.
Dicho y hecho.
Soltó mis manos con parsimonia, como si quisiera aplazar el momento.
-¿A qué te huele?- Me preguntó con curiosidad y de manera melosa, me acerque al caldero y vaya sorpresa que me dió al sentir el olor. No puede ser que le diré.
–¿Y bien? – Me dijo de manera pícara.
Mhmn... Huele a libros nuevos... Llu-lluvia. -La voz me fallaba.
Y... A usted, a Severus Snape.
¡NO! Definitivamente no lo diría.
-¿Y? – Me cuestionó. Sonaba divertido, como si el avergonzarme le causara gracia. Definitivamente no le daría el gusto.
-Yerba buena.– Dije tan rápido que dudo que me entendiera.
Mi cuerpo temblaba, él se acercó a mí con una sonrisa en el rostro que decía "A mí no me engañas", se agachó un poco para estar a mi altura. Yo simplemente miraba hacia el frente, definitivamente no podría mirarle directamente, si lo hacía probablemente moriría de un ataque al corazón.
De nuevo tenía su boca a escasos milímetros de mi oreja, pero esta vez no salió de ella palabra alguna. Simplemente acortó la distancia que había entre nosotros y planto un cálido y tierno beso en mi mejilla.
No podía ser, definitivamente moriría en ese lugar.
Todo el cuerpo se me estremeció, las mariposas en mi estómago revoloteaban como si su vida dependiera de ello y en mi rostro sentía como el calor se extendía, empezando en el lugar del beso.
Sólo podía escuchar el sonido del caldero burbujeando y el ensordecedor sonido de mi corazón palpitando. Se separó de mí, tan solo un poco.
-Mentirosa.– Imposible, ¿Cómo podría saberlo?
–Qué resonante palpitar .– No podía ser, definitivamente no podía ser cierto, ¿Cómo?.
Bueno, hasta cierto punto mis latidos iban tan rápido y eran tan estruendosos que podrá ser, sólo tal vez.
Pero el hecho de que él se percatara de ello...
¿Qué se suponía que debía hacer o decir?
-No es mío.– Dije entrando en pánico.
-Lo sé, es el mío.– Me contestó con una voz cálida y sin rastro de sarcasmo. Una voz desbordante de cariño.
Ya no podía más.
Con esa frase derribó mis barreras. Mis emociones estaban al borde, se lo diría, con todas las consecuencias que trajeran, No me importaba.
Porque talvez, solo talvez, existía la posibilidad de que él me correspondiera.
Me giré hacia él con la cara completamente sonrojada y justo cuando iba a decirlo habló.
-Emma.– Susurró.
Caracoles hervidos, escuchar mi nombre en sus labios, fue como un detonante. Debía besarlo o moriría ahí mismo.
Me acerqué y de la nada escucho de nuevo mi nombre, pero esta vez era la voz de Elizabeth.
¿Pero qué?, me giré en busca de ella, ¿Acaso ya habían llegado los demás?.
Un terror me invadió, gire mi cabeza para ver a Severus, pero este ya no estaba.
Le busqué con la mirada recorriendo todo el salón, pero no lo encontré. El pánico se apoderó de mí, de nuevo escuche a Elizabeth llamándome. Esta vez el salón empezó a desvanecerse.
-¿Pero qué diantres estaba pasando?.-
-¡Emma!- Una vez más, pero ahora era más claro.
Cuando me dí cuenta tenía a Elizabeth zarandeándome para despertar, ella era mi compañera de cuarto. Somos muy buenas amigas
–Cielos, Emma ¡Llegaremos tarde a clase!, rápido alístate.–
-¿Qué?,¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Dónde?.– Y podrías decirme donde sacaste esa ternurita.- Me dice señalando al pequeño dragón que dormía a mis pies.
Miro a mi alrededor y estoy en mi habitación, aún tenía la respiración agitada. Todo había sido un sueño, estaba tratando de ordenar mis ideas cuando algo que estaba pasando por alto llego a mí como un rayo.
-Diablos, el desayuno.– ¡Dije con enojo, no podía ser iba a perderme la comida más importante del día!
-¡Gracias por levantarme!.–Le dije a Elizabeth mientras brincaba de la cama para ir a vestirme.&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Hola chic@s ya estoy de vuelta con nuevo cap. Ya se que me tarde mucho pero esta larguito y además hay que festejar ya que hoy la historia alcanzo 1000 vistas
Siiiii!!!!!!!!
Muchas gracias a tod@s por lograrlo la vdd esto me pone muy feliz y pues me da más razones para seguir.
Sin más me despido chicas y que disfruten el cap.
SLM
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Que me esconde tu mirada (Severus Snape)
FanficEmma es una chica esplendida que cursa su ultimo año en howgards, pero la llegada de cierto héroe de guerra no se la pondrá fácil, lo que no saben es que del odio al amor solo hay un paso. La historia contiene acción, romance, un poco de comedia y...