Capítulo Cinco : Aprendiendo a ser odiado.

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Hola!!!!

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                                   [NARRA MAX]

                              Aprendiendo a ser odiado.

La miré directamente a los ojos intentando no reírme en ese rostro tan infantil y serio que mantenía en ese mismo instante. Caminé quedando detrás de ella, escuchando su acelerada respiración por el juego que ella mismo me propuso no directamente, pero sí que entendí a la perfección con cada palabra. El chantaje. Algo que nunca iba a permitir, era joven y con las ideas claras, el lado malo de todo, es que no conocía a Max Bosch. Con los ojos perdidos en el suelo y esperando a que se atreviera a decir algo más, me di cuenta que era mi turno para atacarla. No era un hombre que me asustaba fácilmente con las cosas, en cierto modo solo tocó un tema que llegaba a ponerme los pelos de punta y que en el fondo era una estupidez.

Herencia, ese dinero que perdimos por la mala administración que tuvimos en el pasado, y que ahora ni las inversiones nos ayudaban a levantar cabeza, salvo el padre de Aurora. Un hombre que no conocía y a la vez sí; alguien que ama a su hija no la envía tan lejos, y ahí tenia mis puntos a favor. Me rasqué la barba de un par de días, caminando sigilosamente alrededor de ella, oliendo el agradable perfume que desprendía de su cuello, y el miedo que la rodeaba por pensar que mis manos iban a tocar su cuerpo. Locura; no estaba tan loco para tocar un cuerpo inmaduro cuando realmente necesitaba manos expertas recorrer el mío y disfrutar todas las horas posibles.

—¿De qué te ríes?

Aurora me despertó de mis pensamientos.

—No quieres saberlo.

—A veces me encantaría poder hablar seriamente contigo, pero en otras ocasiones reaccionaría de la forma más inmadura y marcharía cerrando la puerta —la miré directamente a los ojos, la forma en la que atacaba era de una joven asustada, ella misma no sabía qué hacer para tener toda mi atención. —Max.

—Quieres convertirme en la bestia feroz, cuando no lo soy —sacudió la cabeza, y afirmaba que era el malo de la película. —De acuerdo, pero te arrepentirás. Acabas de decir que realmente crees que soy un hombre atractivo, cuando yo pienso lo contrario de ti. No me mal intérpretes, mis manos han tocado tu piel, pero con el afecto que tendría un hermano mayor con su dulce hermana. Eres bonita, inteligente y sabes cómo protegerte de cualquiera, el lado malo de las cosas es que nunca sería mi tipo de mujer.

Realmente era gracioso ver como seguía cada paso que yo daba, y como alzaba los brazos con la intención de golpearme en la cabeza o directamente en la entrepierna. Tenía que dejarle las cosas claras, no iba a costarme con ella ni aunque tuviera veinticinco años —bueno, en esa edad me lo pensaría. La apuesta con Lucas era algo que sobrepasaba los límites, él pensaba que yo suplicaría por estar en la cama con Aurora, cuando mi dinero apostaba fuerte a que ella terminaría enamorándose de mí.

Di un ligero salto pasando por encima de una de las rosadas zapatillas de Aurora que dejó en el comedor, cogí el mando del reproductor de música y aumenté el volumen todo lo posible, era feliz no escuchando ese acento tan sensual y como suplicaba por querer que la mirara directamente a los ojos. El placer de tener a una mujer susurrando el nombre de cualquier hombre, llegaba a ser nuestro delirio, una buena forma de ganar de nuevo. Quedé acomodado en el sofá, estirando las piernas sobre la mesa auxiliar llena de revistas, mirando cada dos por tres por encima de mi hombro encontrándome con ella y de brazos cruzados.

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