capítulo 12

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Abrí los ojos y me estire con una sonrisa, no quería levantarme de la cama.

Ayer luego del partido había tenido un momento con Paulo muy emotivo.

Flashback.

Estaba sentad en mi butaca mandándole un mensaje a Isco para que viniera por mi dentro de diez minutos.

Nuevo mensaje de Paulo:

"Baja al campo, yo estaré ahí para que te dejen pasar."

Leí con una sonrisa que no pude evitar formar. Bloqueé el teléfono y salí en dirección al campo, estaba caminando por el túnel de los jugadores.

A lo lejos visualicé al argentino y corrí a él.

-Alto ahí, señorita, aquí pasan solo personas con acceso permitido. -un guardia colocó su brazo, evitándome pasar.

-Ella viene conmigo. -Paulo llegó y le dijo al guardia desde su espalda.

-Oh, en ese caso, adelante. -caminé a Paulo y lo abracé.

-¡Enhorabuena! -le di un beso en la mejilla pero él tomó ambos de mis cachetes entre sus manos y me besó.

-Necesitaba meter ese gol por vos. -me susurró en lo que nos separamos.- Pasado mañana nos vamos a Turín, tenés que estar lista. -me avisó. Por lo menos tenía hoy y mañana para avisarle a mis padres e Isco.

-Has hecho un buen partido, Dybala. -no podía creerme quien acababa de llegar, el mismísimo Fernando Torres. Él me miró y me dedicó una sonrisa.- Hola, soy Fernando. -estiró su mano esperando a que yo la aceptara, cosa que hice.

-Giselle. Es un gusto, Fernando. -traté de no comportarme como lo hice cuando conocí a los compañeros de mi hermano.

-¿Eres de Málaga? -me preguntó y yo asentí.- ¡Hombre! Amo el acento de allá. -acomodó su cabello hacia atrás y nos miró a ambos.- Bueno, os dejo solos. Un gusto jugar contigo, Paulo. -le dio dos palmadas en el hombro.

-El placer es mío. -respondió Paulo.

-Hasta luego, chicos. -comenzó a caminar pero se dio la vuelta para decirnos algo.- Por cierto, hacéis buena pareja. -me guiñó un ojo y ahora sí se había ido.

-Lo último fue incomodo. -reí volviendo mi mirada a Paulo.

-Yo creo que tiene razón... -posó sus manos en mi cintura y se aproximó a mí.

-¿Tú crees? -sonreí tentadoramente.

-No lo creo, lo sé. -se mordió el labio inferior y ya se estaba acercando para volver a besarme.

-¡Dybala, vení un momento! -nos separamos y a espaldas de Paulo, se encontraba Higuaín quien lo llamaba.

-Aún me debés ese beso. -me señaló acusándome.- Te estaré escribiendo para hablar sobre el viaje, preciosa. -luego se dio la vuelta y corrió hacia su amigo que lo recibió con un abrazo.

Fin del Flashback.

Volví a cerrar los ojos, recordando el momento. Decidí pararme de la cama, pasé por el baño y me cepillé los dientes.

En lo que bajé, vi a mi hermano sentado en el sofá viendo la televisión. Corrí y me tiré encima de él.

-¡Buenos días, hermano! -me acomodé en el sofá a su lado y me sonrió.

-¿A qué se debe tanta felicidad, pequeña demonio? -preguntó pasando los canales en la TV.

-Bueno, hice una clase de apuesta con Paulo y perdí... -comencé a jugar con mis dedos.

Rivals // Paulo Dybala Donde viven las historias. Descúbrelo ahora