capítulo 24

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-Gigi, tienes visitas

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-Gigi, tienes visitas. -Isco asomó su cabeza por la puerta de mí habitación y yo frunci el ceño, ¿quién podría ser?

-¿Quién es? -le pregunté mientras me ponía de pie.

-Me dijo que no te dijera, para que fuera sorpresa. -ambos bajamos las escaleras. Tenía que admitir que por dentro esperaba que fuera Paulo, por más que me cueste negarlo.

-¡Ana! -exclamé cuando la vi sentada en el sofá. Ella al verme se paró sonriente. 

-¡Giselle! -nos abrazamos con fuerza.

Ana era mi mejor amiga, vivía en Málaga conmigo y desde que me fui, había perdido el contacto con ella.

-Tía, te extrañé mucho. -ambas nos sentamos en el sofá e Isco subió las escaleras, dándonos privacidad.

-Y yo a ti, Gi. -sonrió.- Tu hermano esta guapísimo, joder. -apuntó mientras dirigía su mirada por donde se había ido Isco.

-Qué loca, Isco es una cucaracha.  -dije riendo y ella soltó una carcajada. Ambas pasamos varias horas hablando y riendo, hasta que llegó el inevitable tema.

-Sé que estás consciente de que todo el mundo sabe de tu relación con Paulo y que de repente os separaron. -suspiré luego de que ella terminara de hablar.

-¿Qué quieres que te diga? -pregunté acomodándome más en el sillón.

-Todo, mi vida. -asentí y grité el nombre de mi hermano hasta que apareció por las escaleras con la respiración agitada y sin camisa.

-¿Nos puedes preparar café? -le pedí con una sonrisa inocente.

-¿Para eso tenías que gritar como si te estuvieran matando? -dijo con un tono de fastidio, terminando de bajar las escaleras y dirigiéndose a la cocina.

-¡Te amo! -exclamé y me sacó el dedo antes de ingresar a la cocina.

Después que Isco nos trajera los cafés, comencé a contarlo todo a Ana, desde que nos conocimos hasta lo de Natalia.

-Vaya, tía. -le da un sorbo al café. Luego de tragar y depositar la  taza en la mesa, me mira.- ¿Sabes que no le has dado ningún chance de explicarte? -termino mi café y dejó la taza junto a la de ella. La observo detenidamente, asimilando lo que me dijo.

-Lo sé, pero... -antes de que pudiera seguir hablando, Ana, como mala costumbre, me interrumpió. 

-No, Giselle. Sea lo que sea que haya pasado, Paulo merece darte explicaciones y tú que las escuches.  Quizás viste lo que la prensa quería que vieras... -se detuvo un momento.- Lo que Natalia quería que vieras. -después de que ella terminara de hablar, yo me quedé en silencio, asimilando lo que me había dicho. 

-Tal vez tienes razón. A lo mejor fui estúpida al irme así como así. -llevé mis manos a mi cabeza, mi cabello cayó a ambos lado de mi cara. 

Rivals // Paulo Dybala Donde viven las historias. Descúbrelo ahora