Capítulo 5

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ELÍZABETH

Empujo la cama hacia un lado y me quedo mirando fijamente la pared. Hace una semana y media había un rayajo. Ahora hay once.

Cojo las tijeras y las abro para hacer el número doce, pero una voz me interrumpe.

-¿Señorita Turner? ¿Está lista?

Suelto un taco y me alejo de la pared.

-¡Un momento! ¡Ahora salgo!

Vuelvo a colocar la cama en su sitio y cojo la mochila. Abro la puerta y sonrío a Gemma.

-Ya estoy.

Ella me devuelve la sonrisa y me ajusta la corbata.

-Está usted perfecta, señorita Turner.

Hoy es mi primer día de instituto. Ian me ha matriculado en uno de pijos, así que tengo que llevar uniforme.

-Ya te he dicho que puedes llamarme Eli -bajamos las escaleras y nos metemos en la cocina. Cojo una manzana y le doy un bocado-. ¿Dónde está Ian?

Gemma recoge un trapo que estaba en el suelo y se pone a frotar la encimera.

-Todavía sigue en su despacho. Aunque el señor Williams está aquí.

-Gemma, por favor, ¿cuántas veces te he dicho que puedes tutearme?- dice James apareciendo por la puerta.

La anciana sonríe y le revuelve el pelo.

-Las suficientes para oírle, pero no para hacerle caso- le contesta, y cogiendo la fregona se marcha de la habitación.

James se da la vuelta y se apoya en la isla de la cocina, de cara a mí.

-Buenos días, señorita Turner- me saluda imitando la voz de Gemma-. ¿Preparada para empezar el día?

Le doy otro mordisco a la manzana.

-Buenos días a usted también, señor Williams- dejo la fruta en la basura-. Preparada.

De repente suenan unos pasos por las escaleras y aparece Ian con un maletín de cuero. Pasa de largo pero luego vuelve sobre sus pasos y se queda frente a James.

-¿Qué estás haciendo aquí- se mira el reloj-, a las ocho menos veinte de la mañana?

-Venía a recoger a Eli -me da un empujón amistoso-. Como tú no quieres llevarla, lo haré yo. ¿O quieres que nuestra pequeña niñita vaya sola a su primer día de colegio?

Me pellizca un moflete como si fuera una niña pequeña. Le doy un manotazo.

Ian sigue impasible.

-Podría irse en metro- dice.

James bufa y pone los ojos en blanco.

- Es su primer día,  además no quiero que pierda - saca unas llaves del pantalón y me tira del brazo-. ¡Vamos, que vas a llegar tarde!

-¿Y la universidad?- le pregunta Ian mientras se pone un abrigo negro.

James agita una mano, restándole importancia.

-Por un día no pasa nada. Ya pediré los apuntes.

Antes de salir por la puerta me quedo mirando a Ian. Él me devuelve la mirada con una frialdad impresionante.

Desde que nos peleamos no hablamos casi. Sólo lo necesario. Yo no me he vuelto a escapar, pero he estado todo el tiempo metida en mi habitación. Los únicos con los que he cruzado una palabra son Gemma y James, que ha estado viniendo a casa cada vez que podía.

364 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora