Secondary

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Hoseok detuvo su baile para acercarse a su oído y así Taehyung lo pudiera escuchar — ¿Qué quería?— lo miraba curioso.

— Me estaba vendiendo éxtasis y cocaína — rió — pero no necesito eso.

—Claro que no lo necesitas, incluso sin eso ya pareces drogado — su estruendosa y contagiosa risa logró escucharse sobre la música.

Taehyung se acercó y tomó su rostro para besarle de manera corta — Y tu tampoco te quedas lejos.

Luego de unas cinco canciones aproximadamente, los seis chicos volvieron a la barra por otro trago. Tanto bailar y sudar se estaban deshidratando. Tomaban de sus copas como si fuera agua y no es como si ésto los ayudara mucho, al contrario, solo los deshidrataba más pero al menos refrescaba sus bocas secas.

Namjoon y Seokjin volvieron a bailar luego de beber. Los otros cuatro chicos reían a carcajadas por la forma peculiar de bailar de éstos.

A Jimin se le acercó otra chica y éste aceptó nuevamente. El pequeño podría estar toda la noche bailando, amaba hacerlo.
Yoongi los miraba desde la barra, sin sacarle los ojos de encima.
Hoseok seguía viendo a los dueños de la fiesta bailar bastante apegados.

—Ese baile no es de amigos — dijo con dificultad a Taehyung.

— ¿A eso le llamas bailar? ¿Qué te parece si éste muestro un baile de verdad? — dijo tomando su mano y sonriendo coquetamente a su novio, mientras lo llevaba al centro de la sala.
El pelirrojo lo tomó de la cintura mientras el rubio lo tomaba del cuello y apegaba sus cuerpos mientras bailaban, sus cuerpos rosaban y comenzaban a introducirse en su propio mundo, como si nadie más se encontrara en aquel lugar.

Namjoon mientras se movía se acercaba aún mas a Jin y éste lo miraba mientras una de las comisuras de su boca se elevaba. El pelirosa deslizó sus brazos aferrándose con fuerza a la espalda del moreno con ambas manos. Namjoon introdujo sus manos en los bolsillos traseros del pantalón de éste y comenzaron a bailar entre besos, no les importó si los demás los veían, después de todo los chicos ya sabían que entre ellos algo más había.

Yoongi seguía en la barra tomando un trago de lo que acababa de ordenar, pero lo dejó de lado y se paró de su asiento al ver como Jimin y aquella chica con la que bailaba se conversaban cosas en el oído.

La chica cada vez estaba a menos distancia del peligris y Yoongi comenzó a caminar en dirección a estos, no se quedaría a esperar para ver que sucedería. No era que desconfiara de Jimin, pero no tenía ni la menor idea de quien era la chica por lo que era obvio que no se fiaba de ella.

— Vamos gatito, sólo una pastilla.

— No, estoy bien así, gracias.

— Entonces que te parece si vamos un momento al cuarto de arriba y nos divertimos...

—Gracias nuevamente, pero no. Tengo novio y está esperándome allí — Jimin con una sonrisa señaló la dirección donde supuestamente se encontraba el pelinegro.

La chica al escuchar ésto abrió su boca como si su mandíbula se fuera a caer y dejó de bailar mientras veía como el peligris caminaba en dirección a un chico de pelo negro que se dirigía a éste, para luego besarle abiertamente sin pudor alguno.

Yoongi entendió de inmediato la situación y sonrió triunfante mientras veía a la chica aún parada mirándolos, le guiñó un ojo y se llevó a Jimin consigo.

El mayor llevó al peligris unos metros más lejos y lo acorraló en una pared.

— ¿Que onda esa zorra?

— Nada, sólo le acabo de dejar claro que este gatito ya tiene dueño...— el menor sonrió con gracia mientras posaba sus brazos al rededor de los hombros del pelinegro.

Tal vez las copas demás estaban comenzando a hacer presencia, ya que parecía que dentro del lugar la temperatura subía constantemente, además de sus mentes algo inconscientes de sus acciones.

La manera en que Yoongi miraba a Jimin era claro reflejo de como su cuerpo reaccionaba ante la cercanía de ambos cuerpos. Como sus pequeños y rasgados ojos enfocaban cada pequeño detalle de su rostro a través de la tenue luz. Los deseos que pasaban por su mente probablemente debía guardarlos hasta el momento en que volvieran a casa, por lo que solo se limitó a besarle mientras una de sus manos comenzaba a acariciar uno de sus firmes muslos. Jimin sonrió  de manera coqueta sin apartar la mirada de sus gatunos ojos y quitó sus brazos de sus hombros para luego voltearse comenzando a bailar apoyando sus manos sobre la húmeda pared del salón, haciendo movimientos bastante sensuales y dando pequeños roses sobre los pantalones de Yoongi, quien estaba comenzando a perder la compostura. 

Se acercó al oído de Jimin y puso entre sus dientes el lóbulo del menor — No me hagas esto.

Jimin lo miraba sobre su hombro con una sonrisa lasciva.

—Jiminie,  Anciano,  Namjoon quiere que nos unamos todos a participar en un juego, vengan.

Ambos dejaron de bailar y miraron al dueño de aquella voz. Jimin quería mucho a su mejor amigo, pero en ese momento solo quería matar a Tae por arruinar el ambiente que se estaba comenzando a formar entre él y el mayor.



Ya todos reunidos en la barra vieron a Namjoon con los labios más gruesos de lo normal, estaban hinchados y rojos, al igual que los de Jin. Todos comenzaron a reír para sus adentros y éste comenzó a explicar en que consistía el juego.

— Cada jugador dice la frase " Yo nunca...", seguida por algo que haya o no haya hecho alguna vez, ejemplo, "Yo nunca he ido de fiesta". Los jugadores que si que hayan hecho alguna vez lo que dice la frase, ejemplo, hayan ido de fiesta, beben. Si ninguno de los jugadores ha hecho nunca lo que dice la frase, bebe sólo el que la ha dicho.

El barman sirvió una bandeja con muchas pequeñas copas con whisky y éstos la llevaron a un mesón donde comenzaron a jugar.

Después de una hora, Yoongi era quien iba perdiendo por lo tanto había bebido mucho más que los demás.

— Necesito ir al baño — el pelinegro se puso de pie en camino a los pasillos mientras los demás siguian jugando.

Cuando Jimin notó que Yoongi se estaba tardando demasiado se decidió por ir a ver si éste se encontraba bien.

Cruzó la amplia cocina y con dificultad pasó entre todas las personas, asomándose por el pasillo en dirección al baño. Tropezó con un par de chicos que se encontraban ahí y cuando logró cobrar el equilibrio levantó la vista. Lo que vio lo hizo sentir como si un puñal le hubiera rajado desde su pecho hasta el antebrazo.

Yoongi se encontraba al lado de la puerta del baño, apoyado de espaldas sobre la pared mientras una chica tomaba el cuello de su camisa entre sus manos y se inclinaba sobre las puntas de sus pies para lograr juntar sus labios con los del pelinegro.

Little Cat | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora