Capítulo 11

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              -el comienzo de algo-

—¿que haces aquí? —preguntó una voz masculina que apareció de pronto, causándole un pequeño infarto al castaño.

Connor dió media vuelta y se encontró frente a frente con el ojiverde.

—salí a dar un paseo —fue lo único que se le ocurrió en ése momento.

Ethan lo miró directamente a los ojos con una mirada acusadora, quería que le dijera la verdad.

—salí a dar un paseo a éste lugar oscuro... Frío y solitario. —Connor estaba nervioso que comenzó a balbucear.

Ethan no paraba de sonreír gracias al chico que tenia frente a él.

—deberías volver a casa —insistió Ethan preocupado, ya que era de noche.

—tu no me mandas —replicó el castaño indignado y mirando hacia todos lados asustado, ya que se estaba poniendo demasiado oscuro el lugar.

—vamos —Ethan no tuvo opción más que llevarlo a su escondite, un autobús abandonado.

—¿aquí duermes? —preguntó Connor cabizbajo, ya que no quería ofenderlo.

—tu que crees —respondió el ojiverde reposando en uno de los asientos.

—deberías dormir conmigo —propuso el chico castaño inocentemente.

Ethan solo lo miró consternado y con una ceja levantada.

—no me refiero a la misma cama... Ni sexo —se contradijo rápidamente con los nervios al máximo. —podríamos poner unas cobijas en el suelo...

—¿acaso crees que soy tu perro? —preguntó Ethan molesto.

—no... No me refería a eso... Yo... —balbuceó Connor nervioso pasando su mano por su cabello.

—tranquilo —lo interrumpió el ojiverde entre risas. —estoy bromeando.

Connor solo comenzó a reír aún nervioso. No comprendía su sentido del humor.

—muchas gracias —agradeció Ethan haciendo contacto visual con el castaño. —pero aquí estoy bien, además tu padre podría verme.

—tienes razón —añadió Connor pensativo.

Éste quería contarle que estaba ayudando con su caso y descubro quien mató a su hermana, pero creyó que sería mejor esperar.

—¿no te da miedo estar aquí solo? —preguntó el chico un poco asustado.

—no —respondió levantando los hombros en señal de despreocupación. —no me digas que le tienes miedo a la oscuridad?

—¡como crees! —exclamó Connor rápidamente y aparentemente nervioso. —¿quién le teme a la oscuridad en estos días? Yo no.

Ethan solo comenzó a reír, la ternura de Connor lo hacía sonreír sin poder evitarlo.

—¿quieres que me siente contigo? —preguntó el ojiverde mostrando su mejor sonrisa.

—si por favor —respondió el castaño cabizbajo.

Ethan se levantó de su asiento y caminó lentamente a donde se encontraba el castaño, se sentó junto a él y lo miró directamente a los ojos.

—solo bromeaba —añadió Connor entre risas.

Éste se sentía aún más nervioso con Ethan tan cerca de él. Ya tenía unas tremendas ganas de besarlo, más aún estando a centímetros de distancia.

—lo sé. —fue lo único que dijo Ethan antes de estampar su labios repentinamente con los del castaño, no podía resistir un segundo mas sin probar esos delgados labios rosados.

Al ver que Connor no se oponía, éste intensificó la fuerza del beso aún más. Ambas lenguas se frotaban mutuamente como si de una sensual danza se tratara. Ethan pasó su mano por la nuca del castaño para acercarlo, mientras que Connor estaba contra la ventana del autobús tocando los pectorales del ojiverde.

Connor se quitó la camiseta rápidamente y siguió besando al chico que tenia encima suyo.

—¿estas seguro de ésto? —preguntó mirando al castaño a los ojos.

—seguro —respondió Connor cabizbajo y con las mejillas rojas.

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