LIBRE [Gay]

Capítulo 12

                         -asesino-

Connor ya se había despedido de Ethan y estaba camino a su casa, ya que su padre seguramente estaba preocupado. En cuanto salió del lugar donde el ojiverde se escondía, pudo sentir una presencia no muy lejos, como si alguien estuviera observándolo. Connor estaba temeroso y corrió lo más rápido que pudo en dirección a su casa.

Al llegar a su casa entró y se sintió seguro, su padre lo esperaba con la cena lista.

-¿donde estabas? -preguntó su padre aliviado, ya que lo estaba esperando.

-salí a dar un paseo -respondió el castaño nervioso. -¿porqué lo preguntas?

-curiosidad -añadió su padre con una mirada acusadora. Sabía que le mentía, él era detective y podía saber cuando alguien no le decía la verdad, en especial su hijo. -¿porqué tan feliz?

-acabo de encontrar cinco dólares en la calle -respondió el chico esquivando la mirada de su padre, mientras se sentaba en la mesa para comer.

-¡que suerte! -exclamó el detective, sabía que aún mentía, pero mejor decidió dejarlo así. -entonces no necesitas dinero para el almuerzo mañana.

Connor maldijo en su mente, al menos no siguió insistiendo su padre y terminaron de comer.

Connor subió a su habitación, se acostó en su cama y miró por la ventana recordando todo lo que había sucedido. Aún sentía el roce de los labios de Ethan y como éste lo embestía en la oscuridad. No podía dejar de pensar en las caricias que recibía por parte del ojiverde, y en como sus miradas se entrelazaban bajo la luz de la luna.

Sin darse cuenta se quedó profundamente dormido y su último pensamiento fue en Ethan, tenía la esperanza de soñar con él esa noche.

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Ethan aún seguía despierto y con la sonrisa que le dejó Connor, no podía creer que tuviera una noche tan fantástica con él. Éste se encontraba dentro del autobús donde dormía, pero de pronto escuchó algo afuera. Salió a investigar que era ése sonido, ya que pensaba que la policía pudo haber seguido a Connor.

-hola Ethan -se escuchó una voz muy seria detrás de él.

Ethan dió media vuelta y miró al chico que había pronunciado su nombre.

-¿quién eres? -preguntó el ojiverde a la defensiva.

-tu no me conoces -dijo con un aire de misterio.

-¿debería? -preguntó sarcásticamente, mientras se acercaba lentamente.

-¡de hecho si! -exclamó el chico misterioso con una risa cínica. -Yo maté a Rebecca.

-¿¡qué dijiste!? -gritó Ethan furioso y con sus manos alrededor del cuello del chico. -¡Dime!

-yo soy el asesino de tu hermana -repitió el chico sin ninguna clase de remordimiento.

-¿dame una razón para no matarte en éste instante? -lo amenazó el ojiverde furioso.

-tengo varias razones -dijo el chico con una sonrisa de psicópata, mientras caminaba en círculos alrededor de Ethan. -pero la más importante... Acabo de ver lo que sucedió entre tu y Connor.

Ethan levantó la mirada sorprendido. No podía dejar que nada le pasara a Connor.

-tranquilo, no lo vi todo -añadió el chico misterioso entre risas. -es asqueroso.

-¿que es lo que quieres? -preguntó el ojiverde intrigado.

-se que conoces a Connor tan bien como -explicaba el chico. -él hará cualquier cosa para ayudar a las personas que le importan, eso te incluye a ti ahora.

-¿y? -preguntó Ethan sin entender que sucedía.

-él está tratando de probar tu inocencia -soltó el chico con una mueca en el rostro, estaba molesto y un poco preocupado.

El ojiverde se quedó boquiabierto, no podía creer que Connor estuviera ayudándolo.

-¿no lo sabías? -añadió el chico al ver el rostro sorprendido de Ethan. -si descubre algo iré a prisión.

-es lo que te mereces ¿no? -exclamó el ojiverde con furia en sus ojos.

-creo que no lo entiendes -dijo el chico negando con la cabeza. -si Connor descubre algo, no tendré otra opción más que matarlo a él también.

-¡si le tocas uno solo de sus cabellos te mato yo mismo con mis propias manos! -lo amenazó Ethan entre dientes, sentía unas enormes ganas de romperle la cara a ése chico presuntuoso.

-si algo me pasa a mi, despídete de Connor -lo amenazó el chico poniéndose frente al ojiverde. -¿entendiste?

Ethan solo asintió cabizbajo, lo tenían contra la espada y la pared. No podía dejar que nada le pasara al chico castaño. Tenía que protegerlo a cualquier costo, al igual él lo hacía.

-¿¡entendiste!? -preguntó de nuevo el chico misterioso.

-si... -gruñó el ojiverde entre dientes.

-me alegro -dijo el chico al dar media vuelta para irse.

-¡espera! -exclamó Ethan curioso. -¿quien demonios eres?

-su mejor amigo -respondió el chico con una pequeña risa psicópata.