LIBRE [Gay]

Capítulo 7

                         -familia-

Al salir de la escuela, Amy se dirigió a su casa para descansar, pero antes se desvío para pensar tranquilamente. No podía creer que su primo Ethan escapara de prisión y no le ha llamado, aunque sabia la razón, la policía tenia vigilada su casa las veinticuatro horas, por si el aparecía por ahí. Tenía tantas ganas de verlo y hablar con él, ya que además de primos, eran como mejores amigos desde pequeños.

Mientras caminaba recordando todos los viejos tiempos con su primo, recordó el lugar donde siempre jugaban cuando eran pequeños. Un lote de autos abandonado, no muy lejos de ahí, así que decidió ir.

Al llegar al lugar, éste estaba vacío. Se adentró más hasta que escuchó unos sonidos, eso la asustó y dio media vuelta para salir corriendo. Pero al dar la vuelta choca con Ethan, éste estaba de pie detrás de ella.

—hola prima —saludó con voz seria. Ya que el ojiverde tenía miedo de que ella lo odiara por todo lo que se le acusa.

—Ethan... —susurró la chica mirándolo fijamente, en eso ésta corre y se lanza en sus brazos. —¡Ethan!

—te extrañé tanto —susurró el rubio mientras la apretaba con fuerza.

De pronto el rubio se separó rápidamente del abrazo con un rostro de pánico.

—nadie te siguió ¿verdad? —preguntó Ethan preocupado mirando hacia todos lados.

—no, eso creo... —respondió la chica asustada.

—vamonos de aquí —dijo el chico precavido, mientras llevaba a Amy a su escondite.

Estaban en un autobús abandonado, daba un poco de miedo pero a Amy no le importaba. Ella estaba contenta de volver a ver a su primo.

—¿como está la tía Beth? —preguntó Ethan curioso.

—genial —respondió la chica con una sonrisa. —un poco preocupada por ti desde que escapaste. Por cierto.... ¿Porqué escapaste? Estas en muchos problemas.

—estaba en prisión ¿por qué? ¿Por nada? —preguntó con frustración. —yo no la maté.

—lo sé —añadió la chica cabizbaja.

—el verdadero asesino anda por ahí suelto —dijo el rubio con rabia. —tenía que hacer algo al respecto.

—¿que puedes hacer tu? —preguntó la chica preocupada. —nosotros no podemos ayudarte... Estas solo en esto.

Amy se lamentaba por eso, ella quería hacer todo lo posible por ayudarlo, pero la tenían vigilada a ella y toda su familia.

—no estoy solo... —susurró Ethan con una pequeña sonrisa.

—¿Hablas de Connor? —preguntó la chica fulminadolo con la mirada acusadora.

Éste no respondió y Amy sabia que hablaba de Connor, ya que su novio Mike le contó que ya lo había ayudado unas cuantas veces.

—él no puede ayudarte —lo reprendió la chica. —es el hijo del detective.

—lo sé... —susurró Ethan cabizbajo.

—¿que pasaría si se enteran que ha estado ayudándote? —preguntó Amy con preocupación. —¿¡y si el mismo te entrega con su padre!?

—¡él nunca haría eso! —gritó Ethan molesto.

—oh por dios... —susurró Amy sorprendida. —Él te gusta ¿verdad?

—¿Que? ¡No! —respondió el rubio rápidamente.

—no mientras primo —dijo la chica acusándolo con la mirada. —te conozco mejor que nadie, siempre arrugas la nariz cuando alguien te gusta.

—¡no es verdad! —insistió el chico apenado.

Amy siguió fulminadolo con la mirada hasta que dijera la verdad, siempre le funcionaba.

—¿y que si me gusta? No habría diferencia. —dijo Ethan cabizbajo. —además él tiene novio.

—¿enserio? —preguntó la chica sorprendida.

—un tal Nico —susurró con rabia el ojiverde.

—eres más tonto de lo que creí —se burló la chica entre risas. —Nico es su mejor amigo, además de Mike.

—¿estás segura? —preguntó Ethan esperanzado.

—estoy segura —respondió la chica con una sonrisa. —además Nico tiene novia.

—me alegro —añadió el chico pensativo.

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Connor llegó a su casa de la escuela y se encontró con su padre revisando unos archivos.

—¿que haces? —preguntó el castaño con curiosidad.

—Revisando el caso de Ethan Blake —Respondió su padre sin despegar la mirada de los archivos.

—¿has encontrado algo? —Connor estaba ansioso por encontrar algo para ayudar a Ethan.

—aún no, necesito tu ayuda con algo. —pidió el detective con amabilidad.

—¿en que? —dijo Connor levantando una ceja.

—revisa los testimonios de los testigo, a ver si encuentras discrepancias. —explicó el padre de Connor.

—¿como los conseguiste? —preguntó el castaño sorprendido.

—tengo mis métodos —fue lo único que respondió el detective.

Ambos pasaron horas revisando los archivos. Estaban a punto de rendirse, hasta que Connor exclamó.

—¡encontré algo! —gritó con emoción.