bollos de cereza

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Estaba estudiando para la prueba era una verdadera mierda, pero aun así tenia que pasar ese examen era el primero para entrar en la carrera, ahora que estaba seguro de lo quería hacer de lo que me quedara de vida,  un camino para encontrar la forma de reparar el daño que provoque.

-Simón, la cena esta lista, deja ese libro y ayúdame a poner la cena- escucho la voz de Penelope.

Dejo el libro sobre la cama, y sigo a Penny, las cosas habían ido bien para variar.

Todo se había vuelto en determinadamente normal, no mas magia de mi parte, aun que Baz y Penelope aun hechizaban algunas cosas, aun que he notado que casi no lo hacen en mi presencia, no se que pensar, nunca había sido bueno de todos modos con eso, pero aun extraño la sensación de la magia recorriendo me sistema, era como si fuera una parte de mi.

-¿Y Baz?- la escuche preguntar, sacándome de mis pensamientos, ya había puesto 3 platos en la mesa, hasta que recordé que hoy iría con su familia, no sabia muy el porqué pero se que se quedaría. 

-Con su familia, creo.
-Esta bien.

**
Me quedé callado, Baz regresaba hoy, pero yo estaba en lo que antes fue el estudio de la casa del Hechicero, con el padre de Penélope, el veía los libros con esperanza. Yo en cambio con asco, sentía un nudo en la garganta, como era posible, el tenía tantas cosas oscuras, tantas cosas que me hacían ver su verdadera naturaleza.
Y Baz estaría festejando que el siempre tuvo razón, Baz siempre se colaba en mis pensamientos inclusos en estos, No quería estar ahí.
-Simon ¿Estás bien?- mire al hombre me quedé quieto a lo mejor no era bueno saber que solo yo podía abrir aquella puerta aún cuando ya no tenía magia, me enferma pensar en lo que pasó ese día, y aún más me enferma estar ahí investigando.
-Lo estoy, solo que me tengo que ir- sentí su mirada preocupada pero asintió, llevándose algunos libros bajo su brazo, no quería ni ver qué se llevaba.
-Te llevaré
-Gracias.
**
Baz.
Peni no estaba haciendo magia para hacer su te, se veía irritada, y molesta. Y cuando me veía solo sonreia muy poco, no era que fuéramos muy buenos amigos, pero verla distante después de este último año que llevamos juntos, bueno es raro.
-¿Pasa algo?- normalmente estaría sobre mi preguntando sobre mi familia y ver que dijieron, para saber si ya habían aceptado el hecho que salgo con el elegido.
-Mmmm... Si pasa, mi padre se ha llevado a Simon y no me ha dicho a donde, solo me aseguro que estaría bien.-Gruño, y sirvió molesta el liquido en su taza favorita, y no me preguntó si quiera si quería, solo me dio otra taza, estaba irritada.
-¿Se lo llevó a un lugar?-me atreví a tomar una galleta, ella ya había visto mis colmillos y no había dicho nada, simpremente siguió comiendo. Pero ahora se notaba muy mal, no era el hecho que se llevará a Simon, era el hecho de que no le había dicho adónde, y sabiendo que su padre investigaba los daños provocados por el Humbrum, bueno.
-Si, Baz estoy muy molesta, preocupada, el aún no supera lo que pasó en la escuela, ni yo. ¿No podemos solo olvidarnos de eso?-Sonrei y trate de calmarla, ella se preocupaba mucho por mi novio, se que lo ve como un hermano, algo que ella no ha tenido realmente, no se llevaba tan bien con ninguno de sus hermanos. Y creo que yo me llevó mejor con la mía.
-Vamos a pensar, el está bien, de seguro viene de regreso y con unos estúpidos cafés y esa cosa de arándanos que le gustan tanto.
Ella sonrió y iba hablar pero la puerta se habría dejando ver a un rubio, se quedó en el marco, y en efecto traía una bolsa de bollos de cereza en su manos pero su cara era todo menos feliz, se veía irritado, Penélope se puso de pie de inmediato y se acercó.
-¿estás bien?
-Por el momento no quiero hablar- y sus ojos se fijaron en mi, su cara cambio y sonrió, me encanta saber que puedo influir en su estado de ánimo.
-Regrese
-¿Cómo estuvo tu fin de semana, cariño?- la cara que hizo Penélope me hace casi reír, ella solo regreso a su silla con los bollos de cerezas pero se nota más tranquila y suelta una sonrisa.
-Bien, te extrañe tanto- y se dejó envolver en mis brazos busque sus labios, si amaba eso, besarlo era muy bueno. Hasta que Penélope nos hizo saber que estaba ahí.
-sigo aquí así que o se sientan o se van a otro lugar- gruñó la mejor amiga de mi novio.
-Vamos a comer- y con eso dimos inicio a nuestra reunión al rededor de Te y bollos de cerezas.

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