➸ Siete

766 73 25
                                    

Rió burlonamente — Eso no te queda bebé. Ya sabes, yo activo tú pasivo — Jos

— Quieres ver como sí — con una mirada retadoraAlonso

Me le acerque lentamente y comencé a besarle las clavículas, baje por su abdomen y acaricie su entrepierna.

Jos gimió en respuesta.

Pasé mi lengua por sus labios, y luego los mordi.

— Eres tan sexy, Jos — Alonso

— No tanto como tú, bebé — con voz ronca Jos

De repente ya tenía a Alonso sobre él.

— Me estaba conteniendo pero se que mi autocontrol no dudaría demasiado — Jos

Comenzó a besarlo y su mano subió lentamente por su muslo, luego por la pierna, hasta llegar a su erección. El pelinegro dio un pequeño brinco.

Rozó con la yema de sus dedos cada centímetro de su cuerpo, quería relajarlo lo más posible. Sabía lo importante que era este momento con Jos y quería hacerlo sentir algo especial, como él lo había hecho conmigo la primera vez.

Le llene sus pezones y estómago de besos. Jos se estremeció y su respiración comenzaba a ser más agitada de lo habitual.

— Te amo Jos, te amo y mucho — susurró a su oído Alonso

— Y yo a ti, pecoso — Jos

Me le quedé viendo fijamente a los ojos y mordi mi labio inferior.

— ¿Estás seguro de querer hacer esto? Porque yo podría... — Jos

Tomó aire — Sí, completamente seguro — Alonso

Roce con mucha delicadeza su miembro, subí a su pecho y luego a su estómago. Pasé mi lengua alrededor de sus pezones e hizo un pequeño gemido de placer.

— Haz... hazlo ya por favor, pecoso — logró salir de la boca de Jos

Comencé a balancearme contra él, sus piernas se aferraban a mis caderas y sus uñas comenzaban a enterrarse en mi espalda.

Era una sensación totalmente distinta para mí, nunca había estado al interior de nadie.

Nuestros movimientos iban perfectamente coordinados. El sudor comenzaba a resbalar por mi frente.

— Es... es todo lo que tienes, pecoso — con una sonrisa burlona Jos

Me separé un poco de él y comencé a masturbarlo, podía ver como se tensaba; y sus mejillas se comenzaban a tornar de color rojo.

Lo besé entre los jadeos de placer, que cada vez se hacían más intensos cada vez que me adentraba en él.

— ¡Ah! ¡No pares... no pares por favor! — logró salir de la boca de Jos

Sentía que en cualquier momento iba a morir al sentir de nuevo el cuerpo de Alonso contraerse contra el mío. Además de que tenía que sentir esa presión que se tensaba cada vez en mi vientre.

Me adentre un poco más rápido y fuerte, comencé a sentir como algo se estaba tensando debajo de mi vientre.
Jos arqueo su espalda extasiado de placer y cuando menos me di cuenta, me había venido sobre él y unas gotas de ese líquido espeso volaron hasta su cara.

Me puse demasiado rojo y muy apenado.

— Lo... lo siento. Yo no quería hacerlo — Alonso

never walk alone; jalonso villalnelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora