➸ Nueve

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Comenzó a sonar la alarma de mi despertador.

— Jos, puedes apagar la alarma — Alonso

El celular seguía sonando.

— Esta bien, yo la apago — Alonso

Comenzó a abrir sus ojos y a levantarse poco a poco, miró a su alrededor y vio que Jos no estaba ahí.

Además de que se encontraba en su cama y no el pequeño sofá, vestía su pijama y todo su cuarto se veía normal, no había desastre, a excepción de las cajas.

— Tal vez Jos, recogió todo pero... ¿Porque se fue sin decir nada? — Alonso

Se puso sus pantuflas, salió de su cuarto y camino por el pasillo hasta llegar a la cocina. Alan ayer me trajo algo de comer, calentare un poco.

Comencé a buscar la comida y no había nada, ¿pero que raro? No recuerdo haberla comido.

De repente el timbre sonó.

— ¡Debe ser él! — se acomodo su revuelto cabello y abrió la puertaAlonso

— ¡Alon!

Mis ojos se abrieron como platos era Alan, y estaba seguro de que vendría a preguntarme que pasó ayer.

— Hola Alan, pasa — Alonso

— Gracias — entró — Oye está lindo tu departamento, no lo imaginaba así — Alan

— Sí... Pero sí ayer lo viste — Alonso

— Confundido — ¿Ayer? — Alan

— Sí, ayer. Viniste a traerme algo de cenar, ¿por cierto donde dejaste la comida, no la encuentro? — Alonso

— ¿Yo? No, ayer estaba en una fiesta, no vine aquí para nada — Alan

— Como no, ayer en la noche estuviste aquí. Ya dime ¿dónde la dejaste? — Alonso

— Jaja, te juro que no estuve aquí — Alan

— Mmm... — Alonso

— ¿Pasa algo? — Alan

— No, nada — Alonso

— Ok... ¿Y ya tienes pensada la decoración de tu depa? Porque si no, yo tengo muy buenas ideas — Alan

— No, aún no. De hecho tengo que seguir juntando dinero para ir comprando poco a poco mis muebles y así — Alonso

— Yo te iré ayudando en lo que pueda, Alonsito — sonrióAlan

— Gracias, Alan — Alonso

(...)

Decidí salir a dar un paseo por la cuidad, mi cabeza estaba llena de miles de pensamientos entre ellos uno que me volvía loco:

¿Qué tal si lo de ayer nunca pasó y solamente fue producto de mi imaginación?

Tal vez era cierto, si Alan no vino ayer y no había ningún rastro en el departamento de que algo más pasó.

Una lágrima comenzó a caer por mi mejilla, tener ese pensamiento en mi mente pasando una tras otra vez me ponía realmente mal.

Me senté debajo de un árbol. ¿Cómo mi mente pudo hacerme esa mala jugada? ¿Realmente necesito tanto a Jos, para llegar a eso? Estaba triste, frustrado y tal vez un poco molesto, mi mano se cerro en un puño y tire un golpe al pasto.

never walk alone; jalonso villalnelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora