Capítulo 2: "Cambios"

21 0 0
                                    

Al dirigirme al salón de clases, me detuve un momento y escuché un par de risas, me resultaban un tanto familiares

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al dirigirme al salón de clases, me detuve un momento y escuché un par de risas, me resultaban un tanto familiares. Sí, se trataban de mis mejores amigas.  Entré al salón y fui recibida por cálidas palabras.

- ¡Ellesa! ¡La pijamada en una de tus casas de lujo será I-N-C-R-E-Í-B-L-E!- Se alegraba Roselly.

- ¡Sí! ¡No puedo imaginar todo el goumert que nos darán tus 50 chefs personales! Mi padre sólo me dejó tener 20 chefs personales ¡te envidio!- Decía Staniffer.

- ¡Tus pijamadas siempre son las mejores! ¡Nunca nos decepcionas! Es más llevaré a mi hermanita Farily, seguro quedará encantada. - comentaba Surlee.

Me alegraba mucho saber que tenía una fuerte reputación y que jamás sería olvidada. Sabía que ella eran mis mejores amigas y siempre estarían conmigo.

Tocó la campana para indicarnos la salida.

- Nos vemos a las 8 de esta noche Ellesa, llevaré mi limosina blanca - Decía con egocentricidad Roselly.

-Sí, nos veremos en la noche.- Me despedí.

Todas iban saliendo y a pesar de lo que había pasado parecían no estar enteradas de los rumores sobre el rechazo que le brindé a Yacktter.

Los alumnos salían del instituto y eran llevados por limusinas, carruajes, autos de lujo, de todo tipo. Pero al parecer mi chófer ya se estaba tardando.

De pronto recibí una llamada de mi padre en mi celular.

-¡Hola Daddy!- Contesté

- Elle, cariño ¿Estás bien?- Preguntaba mi padre.

-Sí papi ¿Dónde está Roxter? ¡Es humillante que me deje aquí parada! ¿Sabes cuánto tiempo he estado de pie? ¡Dos minutos! ¡DOS MINUTOS! Tienes suerte de que no fueran tres.- Decía de manera indignante.

- Lo siento princesa, Roxter no podrá ir a traerte n...- Decía mi padre.

- Bueno, si no puede él, manda a Yanil, Darko, Zulan o ¡a quien sea! ¡Pero hazlo ya!- Gritaba de manera desesperada. Ya llevaba tres minutos parada y no quería que fueran cuatro.

- ¡Ellesa! ¡Nadie te irá a traer, paga un maldito taxi y ven a casa pronto! - Finalizó mi padre y colgó bruscamente el teléfono.

Me había quedado asustada y sobre todo atónita con el comportamiento de mi padre. Jamás en mis 16 años me había gritado. JAMÁS, esta era la primera vez.

Para mi fortuna, no había nadie que hubiese visto tan bochornosa situación. Ahora mi problema era...

-¿Un taxi?-

-¿Yo subida en un taxi?-

 -¡Cómo se supone que me lleve un taxi, si jamás me he subido en uno!- Gritaba y me preocupaba.

- Tranquila, Ellesa, tranquila, sólo salgo de aquí, pasará un taxi, me llevará a casa, despediré a Roxter,  y jamás volverá a sucedere esto...- Me decía a mi misma.

Salí del portón del instituto y espere pacientemente a que pasara un taxi.

- Ahora bien... taxi...- Dije, esperando que llegara uno justo donde yo estaba.

Pero no pasó nada. Y era obvio no me había percatado que aún seguía dentro de la escuela pues sólo se le permitía a los choferes personales accedían a las entradas principales de la escuela. Sólo tenía una opción...

-¿Caminar?-

- ¿Es en serio? ¿Tengo que caminar? ¡No puedo creerlo! Yo, Ellesa Van Whirgutt ¿tengo que caminar? ¡Roxter, cuando te vea... te aniquilaré!- Me quejaba mientras caminaba.

Miré a mi alrededor y vi que el camino estaba acompañado de enormes árboles y arbustos bien podados o que la escuela tenía una fuente para las aves en forma de ángel, era la primera vez que me percataba de ello. Sin embargo el camino se me hacía eterno ya que sentía que no avanzaba y claro, era el instituto Dan Gold Lermatth, la prestigiosa casa de estudios en donde sólo asisten los alumnos más ricos y de elite de toda la ciudad Venmoon, era enorme. No podía creer lo que me estaba pasando.



Princesa de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora