Capítulo 8: "Arreglando las cosas"

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Al bajarme del taxi,  me alejé bastante de ellos para evitar que algún paparazzi o alguien importante me viera y arruinara más me reputación

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Al bajarme del taxi,  me alejé bastante de ellos para evitar que algún paparazzi o alguien importante me viera y arruinara más me reputación. Traté de arreglar mi apariencia. Una dama de alcurnia como yo, no debe verse mal aunque la situación no sea favorable. 

Al terminar de sacudir y tratar de verme menos horrenda, noté que no estábamos absolutamente cerca de la mansión o a la entrada principal.  Es más, nos encontrábamos en la calle.

- ¡Un segundo! ¿Dónde estamos? ¡Este no es mi hogar! ¡Ni siquiera cerca! ¡Taxi! ¡Exijo que me... - Apenas intenté terminar mi oración cuando el taxista echo a correr mientras le daba unas ultimas palmadas a Roxter.

-Amigo Rox, yo me largo de aquí- El taxista corría agarrándose su peluquín , mientras su ropa: pantalón café y su saco gris ondeaban con el poco viente que el creaba, mientras se alejaba de mi.

-¡Oiga! ¡Alto! - Corrí detrás suyo para intentar detenerlo, pero sólo logré que subiera rápidamente al taxi y echara andar. 

Por otra parte, sólo pude oír a lo lejos las risas de Elliam Federlok. Quería matarlo en ese instante. 

- Bueno señorita Whirgutt, me despido, es aquí hasta donde puedo acompañarla. -Decía Roxter mientra se alejaba junto con su nieto. 

-¡Bien! ¡Váyanse! ¡No los necesito! - Les gritaba con tanta ira mientras me acercaba a la entrada principal.

Mientras ellos se alejaban, me disponía hablarle a Yanil a través del citófono, el cual se encontraba en la entrada principal. Presioné el botón una vez y nadie respondía.

-¡Qué descaro!¿Por qué nadie responde? ¡Qué incompetente servidumbre!- Me decía a mi misma ya que me estaba empezando a desesperar.

- Mansión de la familia Van Whirgutt ¿Qué desea? - Escuché una respuesta.

-¿Yanil? ¡Soy yo, Ellesa! ¡Ábreme la puerta y llévame a mi cuarto! ¡Rápido!¡Ya!- Contesté muy irritada.

- ¿Señorita Whirgutt? ¿Cómo es que...? -

-¡Cállate y date prisa! - Le grité. 

-Amm... ¿señorita Whirgutt?- Preguntó Yanil.

-¿Qué sucede? ¡No me hagas perder más mi tiempo y dilo ya!- respondí muy enojada.

- Darko, no se encuentra, así que no podrá ir a traerla. - Decía Yanil un poco apenada.

-¿Qué?¿Cómo se atreven?¡Llama a Zulan!¡Date prisa!- demandé. 

-S... sí.... señorita, enseguida. -Decía Yanil apurada.

- Ufff... ¿Cómo puedes ser tan tonta Yanil? - Me preguntaba porque estaba perdiendo los estribos. 

Yanil era mi mucama personal, tenía aproximadamente mi edad. Ella era tonta, realmente torpe y bastante tímida. Su color de piel blanca y su rubio cabello me hacían sentir un poco de envidia, pero sólo un poco. Por supuesto yo era más hermosa que ella y mucho mejor.

- ¿Señorita Whirgutt? - Decía el citofono. Era la voz de Zulan.

-¡Oh Zulan! ¡Al fin alguien competente! ¿Dónde rayos estabas? ¿Sabes por cuantos problemas tuve que pasar? - Le grité.

-Sí... señorita Whirgutt, con respecto a eso, sus amigas le estaban esperando y estuve atendiéndolas el mayor tiempo posible junto con Yanil...- Contestaba Zulan algo preocupada.

-¿Qué? ¿Mis amigas? ¿Aquí y ahora? - Pensé.

Fue en ese momento cuando recordé la ansiada pijamada que habíamos planeado con cautela.

-¡Zulan tonta! ¡No me hagas perder más mi tiempo y ven por mi... AHORA! - Grité tan fuerte que seguramente me escucharon todos. 

- Señorita Whirgutt, ese es el problema, no hay nadie ni nada que la pueda traer hasta la mansión, tendrá que caminar por su cuenta.- Al finalizar, Zulan corto en seco.

-¿Zulan? ¡Zulan! ¡ZULAN! ¡No me puedes dejar aquí! ¡No pienso caminar!- Grité.

Las puertas de la entrada principal se empezaron a abrir y no tuve otra elección más que caminar.




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