Capítulo 15: "La cena de los reyes"

5 0 0
                                    

Unos pasos podrían escucharse a lo lejos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Unos pasos podrían escucharse a lo lejos. Me resultaba familiar ese modo de caminar.

-Señorita Whirgutt, la cena está...-  Decía Zulan, alzando una ceja para después preguntarme:

-¿Ocurre algo, señorita Whirgutt? Luce felíz y ... eso no es normal...¿Está enferma? - Especuló Zulan.

Rápidamente entre en sí, quitando mis manos de mis mejillas y regresando a mi realidad.

- ¡Qué tonterías dices Zulan! ¡Yo siempre he sido feliz!¡Soy una Van Whirgutt! - Alegué, tratando de ocultar mi cara, mirando a otro lado, arreglando mi cabello. 

- De acuerdo... como decía, la cena está lista - Respondía Zulan sin bajar su ceja y alejándose lentamente de la puerta de la habitación.

- ¡Ya era hora! ¡Me muero de hambre! - Grité, me levanté del lugar y me dirigí  detrás suyo, hacia la cocina donde todos se reunían.

Un tipo no muy alto y sin gracia con modales de caballero, me había ofrecido un asiento en la mesa y viendo que no tenía opciones, me senté. La mesa era rectangular y estaba forrada de un plástico tan viejo que parecía sucio a comparación del blanco mantel del cual cubría, sin mencionar que eramos 7 personas intentando caber en ese apretujado lugar. 

Sólo escuchaba parloteos y risas. Me resultaba incómodo, algo molesto. No estaba acostumbrada a tanto bullicio.

De la nada, aquel hombre poco agraciado dirigió su mirada en mi, haciéndome un par de preguntas, al mismo tiempo en el que todos callaron. 

- Oye Ellesa ¿Cómo era vivir en esa mansiónciota? He leído artículos y cuentos que exageran la realidad, pero no sé... - Espetó al momento que volteaba su silla y colocaba sus brazos en el respaldo

- Era un hermoso palacio, con grandes ventanas que...- Fuí abruptamente interrumpida por otro sujeto.

- ¡Qué cosas dices! ¡Ninguna mansión se puede comparar con esta casita! ¿A poco no...? - 

- ¡Obviamente no se puede com...!- Y de nueva cuenta, fui interrumpida.

- ¡Pero papá, eso es obvio, nuestra casita es acogedora! - Respondía una mujer de aproximadamente 27 años que en mi opinión tan poco era bella.

Y de nuevo ese desesperante parloteo continuó. No pude contener mi enojo, me levanté de la silla, azoté mis manos en la mesa y grité.

-¡Basta! ¡Ustedes no tienen ni una pizca de decencia! ¡Ya estoy harta de tanto alboroto! ¿A quién le importa su tonta casa?¡A nadie! ¡Así que podrían guardar silencio de una vez! -

Las personas se quedaron sin habla con los ojos bien abiertos, lucían como si hubieran visto a un  fantasma. 

- Veo que ya está conociendo a mi familia - Decía Zulan de una manera muy fría, apareciendo detrás mio, acomodando los platos y cubiertos sobre la mesa junto con Roxter.

- Zulan... Tengo hambre ¿por cuanto tiempo debo de esperar? - Pregunté un poco preocupada, mirando mi plato vacío. Sin embargo, algo en el plato captó mi atención.

-Zulan, este plato se ve desgastado y además está desportillado de los bordes.- Alegué con porte y alejando de mi ese inmundo trasto.

-En un momento se lo cambio, señorita Whirgutt - Respondía Zulan mientras dejaba otro en su lugar.

De pronto, se escucharon risas tímidas. Al mirar a las personas, noté que se tapan la boca y disimulaban voltear a otros lados.

Miré mi plato y me percaté que estaba peor que el anterior.

-¡Zulan! ¡Qué clase de broma es esta! ¡Claramente pedí un plato decente! - Espeté de forma ofendida.

Mayor fuer mi sorpresa al voltear y mirar a Zulan. Nunca en mi vida había a visto su cara llena de alegría ni mucho menos escuchado su risa tan prominente. Era perturbador y a su vez contagioso que una leve sonrisa se dibujó en mi rostro.

Por otro lado, cuando todos se disponían de disgustar los platillos, aquellos sujetos a mi alrededor parecían comer el mejor manjar de sus vidas aunque sólo se tratase de una pieza de carne con verduras. 

-Zulan, pensé que cenaría la mejor langosta con las especias más exóticas de todo el mundo, DEL MUNDO, ¿entiendes?, y no... esto - Cité.

Zulan me miró y lanzó una mirada retante  "comete este platillo o no te daré nada".  No tuve opción y degusté la cena, no sabía nada mal. Sentándose a mi lado sin decir nada y acomodando su vestido, la cruel Zulan empezó a comer también.

Miré a todos lados y no encontraba a Elliam. Los demás, no parecían preocuparse por su presencia. Y entre tanto ruido, aproveché la oportunidad.

-Zulan, no es que me importe pero... ¿dónde está Elliam? - Pregunté.

De pronto, un gran silencio cubrió el momento. Me sentí observada. Todos dirigían su atención hacia mi dirección y lanzaron esa mirada picarona. 

-¡Qué! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No es lo que piensan! ¡No digan nada!- Grité al mismo tiempo que mi cara se ponía tan roja como un tomate. Y seguí comiendo de mi plato. 




Princesa de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora